Diego Winkelried es egresado de economía de la Universidad del Pacífico. Fue un alumno sobresaliente en el pregrado y alcanzó el primer puesto en su maestría en la University of Cambridge. Luego, obtuvo el doctorado también en Cambridge. Actualmente es jefe del departamento de Finanzas de la UP, profesor de Matemáticas 3 en pregrado y de Econometría en posgrado. Ha trabajado en el BCR como jefe de modelos macroeconómicos. A pesar de su ajustada agenda pudo concedernos una entrevista para conocer un poco más sobre él y su opinión sobre el día a día.

¿Cuál fue la motivación para ser economista y qué factores influyeron en su decisión?

Yo entré a la Pacífico en el año 1996 y en ese entonces ser economista era una opción bien interesante porque el país estaba experimentando un cambio muy importante: estábamos comenzando a alcanzar la estabilidad macroeconómica. Me gustó la idea de ser economista porque veía cómo, finalmente, decisiones económicas acertadas podrían cambiarle la cara al país, modernizándolo. Nunca tuve una segunda opción. Tuve la suerte de tener esa claridad vocacional, que yo sé que no mucha gente la tiene, al término del colegio. Yo la tenía muy clara desde antes y disfruté mucho mi carrera, mis estudios, a pesar de que era muy difíciles, muy exigentes. Disfruté mucho de estar aprendiendo economía.

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Primero de su maestría y destacado alumno de pregrado

¿Cuál sería el secreto para ser uno de los mejores estudiantes?

Yo fui un buen estudiante en pregrado. Salí primero en el máster, el cual fue más fácil que la Pacífico (risas). En realidad, sí hubo bastante transpiración, bastante esfuerzo porque esta universidad siempre ha sido exigente, pero no me costó porque me gustaba, de verdad me gustaba lo que aprendía y por ese mismo gusto me ponían una ecuación diferencial o un estimador econométrico un poco raro y no me asustaban, sino que iba a atacarlos y analizarlos con más detalle. Este fantasma que a veces persigue a los alumnos de que “uy que difícil”, yo lo tomaba como un reto con muy buena gana.

En ese sentido, a la economía la podemos separar en la parte intuitiva y por el otro lado, la cuantitativa. Así, existen personas que les gusta más la parte intuitiva, pero igual tienen que llevar cursos cuantitativos y les cuesta. ¿Qué les recomendaría?

Es un buen punto. Las matemáticas son parte del lenguaje que un economista debe manejar. No te digo que debes ser un crack en ellas, pero tienes que entender lo que dicen. La intuición es muy útil, pero tiene un límite. Uno puede entender muy bien a nivel intuitivo de qué se trata la ley de oferta y demanda, podría también entender de qué se trata la ley de rendimientos decrecientes, pero no podría entender mucho más. Los resultados más interesantes de economía necesitan un poco de matemáticas para poder ser descubiertos.

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El BCR es uno de los mejores centros laborales donde puedes aplicar la economía pura

Tocando un poco su experiencia en Cambridge, ¿cuáles considera que fueron las herramientas que la UP le dio para estudiar fuera y qué fue lo que influyó en su decisión de irse por el lado cuantitativo?

Antes de irme a Cambridge yo tuve un paso de algunos años por el BCR. El Banco Central es mi segunda escuela, ya que tiene la característica de ser un lugar donde ejerces la economía plenamente. Una cosa que aprendí bastante ahí, lo cual no ves en la universidad sino en el ejercicio de tu carrera, es a separar la paja del trigo y darte cuenta qué es lo importante y qué es adorno. Pero es parte, creo yo, del crecimiento como profesional, de la madurez que uno puede alcanzar ya fuera de las aulas. Es ahí cuando me fui a Cambridge. Me fui bastante cuajado como economista porque efectivamente la Pacífico me dio una formación bastante buena y el BCR me permitió ganar más experiencia como economista.

Cuando trabajaba en el BCR, realizó una investigación sobre el surgimiento de China como potencia mundial y cómo esto afectaba a las economías emergentes, por ejemplo, el Perú. ¿Usted cómo considera qué es esta dependencia que tiene Perú del exterior?

No es algo que vaya a cambiar. El Perú toda su vida republicana y colonial ha sido un país minero y eso es algo que no va a cambiar. Ahora, dado eso, la pregunta que tenemos es “¿cómo aprovechamos esos recursos?”. Se pueden plantear estrategias financieras que vayan en contra de la corriente de los precios de los commodities. En el país tenemos un fondo de estabilización fiscal que, en principio, tiene ese objetivo: ahorrar en periodos de bonanza para poder gastar en periodos de sequía. Sin embargo, si tu comparas la experiencia local, por ejemplo, con la experiencia de Chile, que tiene un fondo similar, notarás que este es muchísimo más institucionalizado, con reglas mucho más claras y te das cuenta que todavía podemos avanzar mucho hacia esa dirección. En el corto plazo, yo creo que se podría comenzar a diseñar un escudo sin necesidad de que esto signifique, por ejemplo, las reformas estructurales que requeriría una diversificación productiva, algo que corresponde a la agenda de mediano y largo plazo.

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“Un físico es a un economista, como un ingeniero es a un financista”

Existen ciertas confusiones sobre las diferencias entre economía y finanzas. ¿Usted está de acuerdo si se dice que un físico es a un economista como un ingeniero es a un financista?

Sí, yo creo que es una buena analogía. Pero no es como The Big Bang Theory donde Sheldon Cooper lo para disminuyendo a Howard Wolowitz, el ingeniero. Tiene que ver más con dónde está tu foco, dónde está tu objetivo y el objetivo de un financiero es crear valor. Esto se consigue entendiendo cómo opera el mercado, qué instrumentos tiene a disposición para cubrirse de riesgos o para plantear estrategias de financiamiento lo más rentables posible. Entonces, en efecto, tiene este componente muchísimo más aplicado que la economía. No es que esta no tenga un componente aplicado, por supuesto que lo tiene, pero su foco, insisto, es más conceptual.

Es como la clasificación de Argentina: “normalmente” Argentina debería ir al mundial”

Ya que estuvo trabajando y dictando en el BCR, ¿cuál sería su visión general sobre el BCR?

El BCR, creo yo, es un ejemplo de institución pública para el país por el manejo de su personal. El personal del BCR es fuertemente capacitado, el curso de extensión es de hecho el mecanismo de selección del personal, por lo que tuviste que sobresalir de un grupo grande de estudiantes académicamente muy competitivos para poder ser admitido después en el Banco Central. Y no debería sorprenderte que el máximo representante del BCR, como Julio Velarde, sea una figura tan destacada. Es lo que una institución “normalmente” debería tener. Es como la clasificación de Argentina: “normalmente” Argentina debería ir al mundial. Entonces, el presidente del Banco Central “normalmente” debería ser un personaje que dé la hora. No estoy desmereciendo a Julio Velarde quien, así como en muchos, despierta en mí admiración; a lo que voy es que es absolutamente coherente que un economista de ese vuelo represente al BCR. Creo que es una institución muy importante para nuestro país y ha hecho un buen trabajo en la estabilización macro, en la preservación de la estabilidad monetaria y finalmente contribuyendo con el desarrollo justamente por ser una institución apolítica a la que se le permite trabajar en un marco de independencia.

Cambiando un poco de tema, y viendo el día a día. El nivel de competitividad ha aumentado, la competencia por puesto laborales es muy fuerte. ¿La UP qué plus les está dando a sus estudiantes que hace que se diferencien del resto?

Muy buen punto. La UP de hoy es bien distinta a la UP en la que yo fui estudiante. Esta universidad es varias veces más grande. Cuando yo estudiaba parecía más un instituto de economía y negocios porque era muy pequeña. Y claro, la universidad ha tenido que adecuarse un poquito. Creo la respuesta de la universidad ante una mayor competitividad ha sido apostar por la especialización en la forma de distintas carreras. En mi época la universidad tenia 3 carreras, ahora hay 9.

Yo pienso que la universidad tiene grandes ventajas. La UP tiene la gran fortaleza de seguir convocando posiblemente a los mejores estudiantes del Perú. Entonces, el insumo con el que la universidad trabaja es un material de gran calidad. El proceso de admisión busca efectivamente identificar y luego captar talento. Porque, nuevamente, la Pacífico tiene muy claro que una parte importante de su éxito son sus estudiantes. Te puedes traer al mejor profesor del mundo, pero si no tienes buenos estudiantes, el profesor no puede ir a ningún lado y eso es crucial. La otra parte es la que acabo de comentar, tenemos también la capacidad, afortunadamente, de poder convocar a los mejores profesores del medio.

El hecho de que la universidad sea tan exigente hace que los estudiantes desarrollen una una tolerancia al trabajo pesado, al trabajo bajo presión y son tremendamente valoradas”

Creo que siempre se va a notar una gran diferencia entre un alumno de la UP y otro de cualquier universidad en el centro laboral.

Correcto. Esto tiene que ver, por supuesto, con nuestro nivel de exigencia y el hecho de que constantemente estamos tratando de innovar y de proveer las herramientas que permitan a nuestros estudiantes sobresalir. Pero también tiene que ver con una madurez de los alumnos que, como te digo son buenos a priori, alcanzan dentro de la universidad. El hecho de que la UP sea tan exigente desarrolla en los jóvenes una reciedumbre, una tolerancia al trabajo pesado, al trabajo bajo presión, que finalmente son habilidades tremendamente valoradas en el mercado laboral y es ahí donde nosotros tenemos bastante ventaja. Los chicos no se dan cuenta mientras van desarrollando esas habilidades, pero las desarrollan. Nuestros estudiantes son aspiracionales, son exigentes consigo mismos, ambiciosos, y se produce este mix, dándose la combinación ideal para que efectivamente salga un perfil muy fuerte.

Unas cortas para terminar, ¿algún curso de pregrado que le gustaría dictar aparte de mate 3?

Econometría, esos son mis cursos. En finanzas me gusta mucho un curso que se llama Análisis y Gestión de Riesgo, me parece que es un curso fascinante, pero hay varias personas que lo pueden dictar mejor que yo.

Un poco para conocerlo más, ¿qué actividades realiza en sus tiempos libres? No creo que siempre este leyendo libros

No, no, no soy tan marciano como uno piensa (risas). Hoy por hoy, en mi tiempo libre, que trato que sea la mayor parte de mi tiempo, trato de ser papá (risas). Tengo dos hijas menores, chiquitas todavía, y cualquier minuto libre que tengo se lo dedico a ellas. No creo que esto vaya a cambiar mucho en los próximos años; es una cosa que me gusta mucho hacer.

Yo pienso que si puedo despertar ese sentimiento o esa inspiración en algún estudiante, eso se podría considerar uno de mis mejores logros”

Después de su familia, ¿cuál sería su mayor grande logro como profesional?

¿Mi mayor logro? Es una buena pregunta. No me he puesto a pensar en eso. Me gusta mucho que mis estudiantes me consideren un buen profesor, un buen economista en general. Acá en la UP tuve profesores, algunos todavía trabajan aquí, que en su momento fueron personas muy importantes para mí, fueron mentores que me inspiraron mucho a ser un mejor profesional. Yo pienso que si puedo despertar ese sentimiento o esa inspiración en algún estudiante, eso se podría considerar uno de mis mejores logros.

¿Estás trabajando en algún paper?

Sí, en varios. Estoy trabajando es unas investigaciones sobre el comportamiento de los precios de los commodities. Creo que entender mejor cómo funcionan permitiría hacer mejores políticas en un país como el Perú. También estoy regresando, de a pocos y con la ayuda de algunos colegas a temas de pobreza, en los que en algún momento tuve una pequeña exploración y hace mucho que no veía porque me volví muy macro. Y, por supuesto, también estoy haciendo un poco de investigación en finanzas, sobre todo en el tema de respuestas de las firmas ante su entorno económico. Mientras haya un poco de tiempo para hacer investigación, estoy dedicado en esos tres frentes.

Gracias por su tiempo.

Gracias a ti.