Como siempre, llega esta época del año, en la que aunque nos muramos de calor, adornamos nuestras casas con copos de nieve, nos ponemos un gorrito de Papá Noel y nos tomamos un buen chocolate caliente. También es ese momento en el que hacemos intercambios de regalos entre nuestros amigos de oficina o centro de estudios, o quizá entre la familia. Pensamos en ropa, accesorios, chocolates y una infinidad de cosas, pero, ¿alguna vez has pensado en regalar una obra de arte?. Es probable que no, pues se suele pensar que un cuadro no es tan valorado como ese set de maquillaje que te pidieron en el ‘amigo secreto’.

Pero, ¿cuál es el verdadero precio del arte?

Existen mercados para valorizar las obras artísticas y dado a que cada arte es único e irrepetible, el valor de cada pieza incrementa dada su escasez relativa. La cuantía a pagar por una obra también dependerá del artista firmante, monto que puede llegar a cifras inimaginables. Es por esto que es común que bancos y magnates millonarios inviertan en obras de arte, las cuales son consideradas como activos financieros. Veamos, a continuación, algunos de los cuadros más caros alguna vez vendidos.

A la izquierda Interchange de Kooning, a la derecha Number 17A de Pollock – Foto: Art Institute of Chicago

No, no es ‘La Mona Lisa’ (La Gioconda), tampoco es un Picasso o un Van Gogh. Pintada en 1955 por Willem de Kooning, óleo sobre lienzo, Interchange es la obra de arte con el precio en conjunto (por toda la transacción) más alto alguna vez pagado en un contrato privado de arte. Fue vendida por 300 millones de dólares, junto a Number 17A de Jackson Pollock (con un precio individual de 200 millones de dólares) representan la compra de arte más cara del mundo, por un total de 500 millones de dólares americanos. Kenneth Griffin, multimillonario y CEO de la firma de inversiones globales Citadel, fue el responsable de esta compra a fines del año 2015. Griffin, quien además es un coleccionista de arte apasionado, decidió exponer ambas obras de arte abstracto en el Instituto de Arte de Chicago (EE.UU).

Foto: Beyeler Foundation

Nafea Faa Ipoipo (“¿Cuándo te casarás?” traducido del título original en tahitiano) es el óleo sobre lienzo que ostenta el primer lugar en la lista de obras artísticas más caras junto a la pieza anteriormente mencionada, aunque en esta oportunidad, se trata de la compra de solo esta obra por el valor de 300 millones de dólares. Pintada en 1892 por el francés Paul Gauguin, fue adquirida por The Qatar Museums (también dueños de la tercera pintura más cara del mundo: Los jugadores de Cézanne) a principios del año 2015, igualmente en una venta privada. La obra posimpresionista representa momentos importantes en la vida del autor. Gauguin, que había sido un próspero agente de bolsa, decidió establecerse en Tahití, buscando un lugar para desarrollar su arte, un escenario alejado de la civilización.

Estas obras de arte, junto a otras, demuestran el valor que puede alcanzar una pintura al óleo en la actualidad. Basta con revisar los activos de distintas instituciones financieras e inversionistas para darse cuenta de esto. Si bien los altísimos precios pagados se aplican cuando hablamos de obras maestras, el arte debe ser apreciado más allá de su valor estético y ser considerado como prueba de distintas culturas y momentos específicos representados por un artista en un período determinado.

Sí, es probable que en esta Navidad no regalemos una pintura de 300 millones de dólares, pero podríamos comenzar por compartir la obra de los artistas, sea en pinturas al óleo, artesanías, tejidos o cualquier muestra de originalidad que impacte mediante el arte.


Sueño con pintar y luego pinto mis sueños – Vincent Van Gogh