Empieza el esperado feriado de Semana Santa y, si es que no viajaste o hiciste planes #SemanaTrancaStarted, seguramente estás aprovechando esta ocasión para reflexionar acerca de tus pecados acciones durante el año #TodaLaVida #Pecador(a). Estas fechas son utilizadas por muchos para, además de embriagarse viajar o ir de fiesta, acercarse más a la fe. Sin embargo, gracias a este acercamiento, afloran ciertas preguntas acerca de las decisiones de Jesús al momento de realizar milagros ¿qué tan eficientes fueron sus decisiones desde el punto de vista económico?

#AuditandoAJesús

Cuando analizamos su desempeño #AuditandoAJesús 

Como país católico (?) es común que la mayoría de los colegios del Perú sean educados en base a esta religión. Muchos de nosotros conocemos o nos han contado alguna vez alguno de los tantos milagros que hizo Jesús. Pero…, ¿alguna vez te has preguntado si las decisiones de Jesús podrían tener alguna base económica? ¿Podría ser Jesús catalogado como un “planeador central” de la economía de su época? Si fuera el caso, ¿qué tan eficientes habrían sido sus decisiones? ¿Era un Pareto óptimo? Para responder estas preguntas, #VozActual realizará un análisis de dos milagros de Jesús.

Antes de empezar, es necesario aclarar la definición de planeador central. Según mi profe de macro, este es un “Dios benevolente” cuya utilidad se maximiza cuando la utilidad de todos los demás agentes también se maximiza. Dado ello, ¿podemos considerar a Jesús o Dios como un planeador central? #NoLoSéRick

  • La multiplicación de los panes y peces

En este milagro, Jesús, con una pequeña cantidad de alimento, fue capaz de dar de comer a toda una multitud de personas que fueron a verlo. A fin de simplificar este ejemplo, asumimos que, en esta economía, los únicos bienes que daban utilidad a los agentes eran los panes y los peces. Bajo este supuesto, Jesús no solamente redistribuyó las insignificantes cantidades de ambos bienes que había en la economía (5 panes y 2 peces), sino que aumentó la cantidad de bienes que había en la misma; en otras palabras, “hizo el pastel más grande”.

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Por ende, cada agente recibió más de lo que esperaba recibir en un principio. Esto incrementó sus posibilidades de consumo, por lo que ahora los agentes consumirán más de ambos bienes. Dado que “más es mejor”, cada agente se encontrará en un nivel de utilidad mayor al anterior. #TodosEstánMejor #PanYPescadoParaTodos

 

  • Convirtió el agua en vino

Podemos analizar este milagro desde el punto de vista de la producción y desde el punto de vista de la distribución de consumos en el tiempo.

  1. En la producción

En la elaboración del vino, Jesús utilizó pocos factores de producción, porque ni siquiera utilizó el insumo principal: uvas. Solo utilizó agua. Si asumimos que Jesús tuviera una empresa de vinos, su proceso de producción sería muy eficiente dado que sus costos serían mínimos y el vino producido sería de alta calidad.

#ProducciónEficiente

La fábrica de Jesús #Eficiencia #Calidad

  1. Distribución de consumo en el tiempo

Luego de realizar el milagro, todos se asombraron dado que usualmente en las bodas se repartía primero el mejor vino y se dejaba el peor para el final. Sin embargo, dado que el vino elaborado por Jesús era de mejor calidad, en realidad, dejaron el mejor vino para el final.

Para simplificar el análisis, llamaremos al inicio de la boda como el período 1 (t=1), y al final de la boda como período 2 (t=2). Debido a que se consumía lo mejor al inicio y se dejaba lo peor para el final, lo común era tener una utilidad alta en t=1 y una utilidad baja en t=2.

Dado que Jesús realizó el milagro en t=2, la utilidad de los agentes en el segundo período se incrementó producto de un shock no esperado como nosotros en las fiestas de parciales. Con ello, no sólo logró un incremento en el bienestar de los asistentes, sino que también logró suavizar el consumo de vinos de buena calidad en ambos períodos.

#JesúsSePoneLosVinocos

#JesúsSePoneLosVinocos

Por lo tanto, gracias a ambos milagros, podemos concluir que las decisiones de Jesús fueron positivas porque aumentaron las posibilidades de consumo de la economía e incrementaron el bienestar de las personas. En este sentido, es posible concluir que las decisiones de Jesús resultaron ser eficientes. Asimismo, dado que sus decisiones maximizaban la utilidad de todos los demás agentes de la economía, podríamos decir que Jesús ocupaba el rol del planeador central. Ahora vamos a ver Ben-Hur una vez más.

 

 

Edición: Sofía Flores