El Papa Francisco trajo fe y esperanza para muchos, menos para PPK. Encuestas y declaraciones de la última semana muestran que el peruano ya no tolera más perro por res gato por liebre. PPK ya casi no tiene cartas para jugar contra sus adversarios, y si sumamos esto a su falta de viveza política, pues es fácil identificar una salida inminente. Si sabes algo del tema, si solo te interesa chupar todo el finde o si no has estado muy metido en el tema, dale un vistazo a estas 3 razones por las cuales creo que PPK está (nuevamente) más allá que acá:

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SIGUE SIN RESPONDER

PPK nunca se caracterizó por una labia prodigiosa ni por ser encarador. Ambas características unidas a su carisma de gringou quizás lo llevaron al sillón presidencial pero puede que sean las que lo saquen. Kuczynski dejó que confundan su paciencia con debilidad. Y cómo no hacerlo si es desesperante no tener una versión de él cada vez que se requiere. Los doble check azules aplicados a la comisión Lava Jato son el máximo ejemplo. Cuando no debes nada, no temes de lo que pueda suceder, sino pregúntenle a Liu Xiunhuan, dueño del chifa donde no se vendía perro. Ahora que por fin recibirá a la Comisión, poco podrá hacer por limpiar su nombre ante la mayoría de peruanos, los que muchas veces pasamos directo a las conclusiones antes de recibir un dictamen.

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¿GABINETE DE LA RECONCILIACIÓN?

PPK pareciese que cree que el nombre: Año del Diálogo y la Reconciliación Nacional basta para reconciliar al país. La reconciliación no se logra con cambio de políticas ni políticos, sino con un sincero diálogo que reúna y permita ver a ambas partes que sus acciones son en función al pueblo peruano y no en función a sus intereses políticos. El propio Juan Sheput, vocero del oficialismo, ha manifestado que las esquivas respuestas del Gabinete “generan una percepción equivocada e injusta de que el Gobierno no está a la altura de las exigencias”. Si el oficialismo continúa con una imagen así, faltarán partidos políticos para ponerse en su contra.

PPK SIN AS BAJO LA MANGA

La confianza demora en ganarse y se pierde al toque. PPK nunca tuvo realmente el respaldo de más de la mitad de la población. Fue el mal menor por el que varios se decantaron ante un gobierno fujimorista que sería una moneda al aire. Aun así, a los pocos que le tenían fe los defraudó; principalmente luego del indulto que mantuvo en reserva. Las decisiones posteriores de guardar silencio solo dieron rienda suelta a que se entienda todo como una jugada política explícita. PPK dejó que en una semana su salvación se entendiera como un trueque a vista y paciencia de toda la población. Cuando se quiso explicar a fondo cómo había sido el indulto, ya a nadie le interesaba. Ahora ya no hay jugada que valga porque necesitaría de respaldo político, y PPKausa tiene increíblemente menos causas de los que tenía cuando lo querían vacar.

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Jugar la vieja confiable al atribuir los pedidos de vacancia a grupos de extrema izquierda cuando tienes a personajes como Hildebrant, Rosa María Palacios y Mariátegui criticando duramente el desgobierno y prácticamente invitándote a salir es, o subestimar demasiado al pueblo peruano, o dar manotazos de ahogado. De cualquier modo PPK no queda bien parado. Ya no nos podemos dar el lujo de tener al país en stand by. ¿Serán estas tres razones nada rebuscadas suficientes para un reinicio?