24 de diciembre. Once de la noche… Los niños no dejaban de mirar aquel árbol donde yacía cada uno de los regalos. Sabían que al menos uno era suyo. No podían aguantar las ganas de lanzarse al suelo, tomar el que le pertenecía y destrozar aquel papel de regalo que, horas antes, a los padres tanto trabajo les había costado colocar. La cena ya estaba lista. La familia estaba completa. Todos lucían ropa nueva. Todos se habían bañado. Nadie se mostraba disgustado, como si quisieran aparentar que todo estaba bien. Se encendió el equipo de sonido y la música envolvía el alegre entorno que parecía cobrar vida en cada uno de los participantes de esta fiesta. Al parecer nadie recordaba, o no quería recordar, todo lo vivido en esa última semana.

Era cuestión de horas. ¿Cuánto costó estar ahí en ese momento? ¿Por qué nadie se pregunta el costo de ese rango de horas entre las once de la noche del día 24 y tres de la mañana del día 25 de diciembre? Cuatro horas que han costado, además del dinero invertido en los insumos, aproximadamente dos semanas de estrés y preocupación. Si bien es cierto que diciembre es el mes favorito de algunos, también es el más angustiante para otros. Las fiestas de fin de año traen consigo, además de felicidad y unión familiar, externalidades negativas en cuatro aspectos que afectan nuestro día a día.

Contaminación

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¡Apéguese!

Es muy notorio que en estas fechas se ve una mayor cantidad de personas transitando por las calles porque es temporada de compras para los preparativos de las fiestas. Los niveles de consumo se expanden y los desechos generados también (antes y después de los días festivos). Sin embargo, el problema no son los desechos en sí, sino en dónde son arrojados. Debido a que en estas fechas se producen mayores niveles de basura, los niveles de contaminación suelen incrementarse también. En conclusión, si bien incentivar el consumo es bueno para la economía, no necesariamente lo es para el medio ambiente. Se podría pensar en una correlación negativa entre el consumo y la calidad ambiental. En tanto el consumo afecte positivamente al Producto Bruto Interno (PBI), se podría pensar que existe una correlación negativa entre el PBI y la calidad ambiental por estas fechas.

Aglomeración

Pero eso no es todo. El hecho de que muchas personas acudan a los centros comerciales en busca de regalos y/u otros insumos navideños también generan aglomeración, otro ejemplo de costo social. Las inmensas colas en los supermercados para poder pagar “la canasta navideña”, tu polo nuevo o simplemente para retirar efectivo del cajero automático son un reflejo de la aglomeración que también se hace presente en las calles. El tráfico vehicular es terrible. La mayor demanda de transporte y la prisa que tiene cada uno de los agentes genera cada cuello de botella que se observa a lo largo de las pistas. El costo de oportunidad del tiempo suele tender al infinito. Más aún, el clima actual que presente abundancia de calor hace que la situación se vea más complicada. Además, se incrementa la contaminación sonora producto de cada uno de los vehículos que pide pasar aun cuando el panorama parece mostrar que eso es imposible. Todo ello se traduce en cansancio, cambio de humor y estrés en las personas, lo cual reduce su productividad en los días festivos.

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Cualquier parecido a la Jv. Prado a las 6:30 pm es pura coincidencia (?)

Estrés

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Alguien no está feliz con sus regalos

El tráfico vehicular genera desesperación en las personas y cambios de mal humor, en especial, en los chóferes. Cada uno busca ocupar un espacio que le permita seguir avanzando hasta llegar a su punto de meta y, para que ello ocurra, no debe dejar que los otros chóferes ocupen ese puesto. Esto se podría asemejar a lo estudiado por la teoría de juegos propuesta por John Nash. Cada conductor tiene dos opciones: (i) pasar o (ii) dejar que pasen. Si deja que pasen, probablemente demore más, pero en su momento dejarán que este también pase y, si todos actúan en conjunto, el tráfico vehicular se verá reducido. Asimismo, si no deja pasar y quiere pasar, es probable que avance más rápido, pero si algún otro chófer lo nota, y actúa de la misma manera, al final nadie dejará pasar a nadie y el tráfico vehicular se hará mayor. Tal y como lo dice la teoría de juego: la mejor opción para la sociedad es la colusión (dejar pasar y esperar a que luego me dejen pasar). Pero los individuos “racionales” usualmente optan por la primera opción: pasar.

Criminalidad

El aumento de criminalidad en las calles también es una de las consecuencias de las fiestas de fin de año. Debido al gran movimiento en los mercados y la sobrepoblación en las calles, la probabilidad de que un individuo sea capturado por robo se reduce. Asimismo, el tráfico vehicular también colabora con la causa. Muchas de las personas que delinquen ven la gran detención de autos como la oportunidad perfecta para asechar a sus pasajeros y despojarlos de sus propiedades. Además, en estas fechas la información asimétrica se reduce para los que delinquen, pues saben que si las personas salen es porque quieren hacer compras, y, por ello, cuentan con cierto grado de liquidez en el bolsillo. Una crítica que puede surgir en estos tiempos es que ya no es muy común tener efectivo, sino que se compra con tarjeta de crédito o débito. Sin embargo, se sabe que esta modalidad de pago aún no ha sido adoptada por toda la población, por lo que sigue siendo válida la afirmación anterior. Además, muchas personas tienden a expandir su restricción presupuestaria, pues diciembre es el mes de las gratificaciones y los aguinaldos.


Accidentes

Finalmente, la tasa de accidentes también se ve en aumento. Por un lado, tienes a los chóferes frustrados en el tráfico vehicular que en cualquier momento pueden chocar o, por querer ganar, pueden atropellar a un peatón. Por otro lado, se tiene un mayor número de criminales que salen a las calles en busca de pertenencias a como dé lugar, por lo cual pueden incluso dañarte o asesinarte en caso de rehúso. Además, es el mes de los fuegos artificiales. Todos los años se ve en las noticias la inmensa cantidad de accidentes con pirotécnicos. Aun así, las personas no dejan de demandarlos en el mercado negro, en el que sus precios son muy altos, pues sólo se obtienen de manera ilegal. Finalmente, aumentan también los accidentes ocasionados por el exceso de alcohol. Quizás eres de los que lee cada viernes los memes de la cuenta de Facebook de la Policía Nacional del Perú en los que dice: “Si tomas, no manejes”. A pesar de ellos, aún existen personas que conducen en estado de ebriedad, o lo que es peor, andan por las calles en dicho estado. La tasa de casos por accidentes vinculados con el alcohol también es alta, lo cual incrementa automáticamente el costo de salir de casa.

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#BendícemeTíoPNP