Tras la victoria peruana por cuatro goles a uno frente a Paraguay y los tres puntos ganados en mesa frente a Bolivia, se ha vuelto a sentir el espíritu mundialista en el país. La selección ha tomado un nuevo aire y parece estar cada vez mejor encaminada. Gracias al comando técnico, el equipo se ha fortalecido y ha resurgido desde las cenizas con una mentalidad ganadora y un juego cada vez más convincente. En Voz Actual te contamos qué pasos de la selección podría seguir el Gobierno para que el pueblo peruano también le devuelva la fe.

  1. Castiga a los juergueros:
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Nunca más profe, ¡se lo juro!

Ricardo Gareca, técnico de la selección peruana, nunca dio una explicación sobre las no convocatorias de algunos jugadores “fijos” para el equipo como Luis Advíncula y Carlos Zambrano. Sin embargo, en los partidos previos, el primero fue encontrado perreando festejando en una discoteca hasta la madrugada días antes de los cotejos y el segundo fue expulsado, tontamente, una vez más. Con estos castigos, el comando técnico de Ricardo Gareca dejó un mensaje claro para todos los jugadores: hay mano dura.

En el Estado, son incontables los casos por corrupción, lavado de dinero y otros delitos por los cuales funcionarios públicos son acusados y hasta sentenciados. Sin embargo, la débil legislación peruana y el peso del recorrido político salvan a estos infractores y hasta les dan la posibilidad de seguir siendo parte del circo Estado. No hay mano dura. Un día están acusados por colusión y al siguiente, forman parte del poder legislativo del país. La nueva ley de muerte civil promete ser la herramienta para implementar las sanciones necesarias para que a estos políticos se les haga más difícil regresar al Estado que a Bolt Advíncula regresar a la selección (?).

  1. Mantén la palabra, no hables de más:
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Alguien no escucha sus propios consejos… (?)

El técnico de la selección se ha mostrado muy sobrio y seguro en las declaraciones que ha dado hasta el momento. A pesar de las críticas que recibió desde el inicio de su ciclo, sus respuestas fueron casi siempre serenas y consecuentes con sus actos. Pese a la presión mediática y de los hinchas, ha mantenido sus decisiones, como no convocar a Farfán ni, en su momento, a jugadores con poca continuidad como André Carrillo o Cristian Benavente. Inclusive, a pesar de las críticas utilizó a Gerald Oropeza Christian Cueva como titular indiscutible en la última Copa América y sí que ha rendido frutos.

En los poco más de 100 días que PPK lleva en el poder, ha tenido que aclarar sus palabras o contradecirse más de una vez. Los incidentes pasan desde no preocuparse por “un poquito de contrabando” y que “fumar su troncho no es el fin del mundo” hasta “jalarse a algunos” congresistas fujimoristas y afirmar que José Chlimper estaba “muy calificado” para el puesto de director del BCR tras ser elegido como tal. Luego de cada una de estas declaraciones, nuestro Presidente ha tenido que aclarar o contradecirse, dejando la sensación de que no es consecuente con sus palabras.

“Queremos apoyar a Puno, queremos que Puno sea próspero. A mí, francamente, no me preocupa que haya un poquito de contrabando, a quién le importa eso”

  1. No importa quién haga el gol, gana Perú:

El 2 a 1 peruano frente a Paraguay, fue un golazo. El blanquiazul Christian Cueva se mandó una gran jugada individual y cuando quedó frente al arquero, lejos de interesarse por terminar su jugada con un gol propio, le cedió la pelota al crema Édison Flores para que quede con el arco vacío y sólo tenga que empujarla. Este gol es el reflejo de un grupo de jóvenes que buscan un mismo objetivo: que gane Perú. La selección se ha convertido en un equipo que dejó atrás a las estrellas, el hinchaje y los intereses personales para darle alegrías a todo el país (aunque igual se viene el quino).

¡Qué dupla!

¡Qué buena dupla!

En el Estado, el bienestar personal parece imponerse ante cualquier ideal. Las bancadas están en constantes conflictos, los líderes políticos están unos contra otros, el cardenal discute con ministras y la única votación del Congreso en la que Daniel Lisurattás Abugattás no maldecía parecía ser la de aumento de sueldo para los congresistas (?). Nuestros funcionarios públicos se olvidan de sus funciones y se preocupan más por conseguir el puesto que buscaban o una concesión para la empresa a la que le hizo consultoría hace unos años. Así, el beneficio del país queda en segundo plano y se derrumba, autogol tras autogol, la ilusión del pueblo peruano.