Últimamente, los “chicos reality” vienen acaparando titulares de prensa con sus problemas migratorios e incluso llamando la atención de algunos políticos. El caso de Korina ya se asemeja a una novela turca (?) y la semana pasada detuvieron a otro conocido modelo del medio con la intención de deportarlo. Este último evento hubiera sido #TrendingTopic si es que justo el mismo día no hubiese dictado prisión preventiva contra un ex presidente y su esposa. El pasado 13 de julio, Ollanta Humala salió camino a la Sala Penal Nacional con el fin de ponerse a disposición de las autoridades y ser ingresado en un establecimiento penitenciario por los próximos 18 meses, al igual que su espesa esposa, Nadine Heredia. Este acontecimiento pareciera marcar una especie de tradición: todos los presidentes electos por el pueblo entre 1985 y 2016, han sido acusados por delitos de corrupción y tres de ellos (Fujimori, Toledo y Humala) deben (o deberían) pasar tiempo tras las rejas #AlanNoTeEscaparásDeLaJusticia.

¿Cómo lo haces?

Las gotas que derramaron el vaso en el caso Humala-Heredia

El juez Richard Concepción fue la justicia divina el encargado de dictar la sentencia a la ex pareja presidencial. Fun fact: es el mismo que en abril estableció la misma medida para Alejandro Toledo. Concepción concluyó que la medida de prisión preventiva era la ideal para Humala y Heredia, debido a que existen pruebas suficientes para decir que hay un alto grado de probabilidad de que evadan la justicia y obstaculicen la actividad probatoria. Para resolver esto, el juez tomó en consideración nuevos elementos probatorios como el poder otorgado por Humala y Heredia a Rosa Heredia Alarcón para que un tercero pueda salir del país con sus hijos, el contrato de Nadine con la FAO como un “favor” para eludir la justicia y el hecho de falsear su puño gráfico. Asimismo, consideró los audios sobre el caso Madre Mía, en el que se acusa al ex presidente de violar derechos humanos, el anticipo como herencia del inmueble de Surco a sus hijas y el acta de inconcurrencia de Ollanta Humala a la citación fiscal como factores que podrían incurrir en un intento de fuga.

Así, el expresidente Humala fue recluido en el penal de la Dirección de Operaciones Especiales (Diroes), donde también cumple su pena Alberto Fujimori; mientras que su esposa se encuentra en el Establecimiento Penitenciario Anexo de Mujeres de Chorrillos, lugares donde ambos cumplirán la prisión preventiva de 18 meses. Una pregunta en boca de muchos fue si Fujimori y Humala iban a ser amiguitos tener algún tipo de contacto durante este tiempo. La respuesta fue que negativa debido a que ambos cumplen regímenes diferentes y, por lo tanto, iban a disponer de ambientes separados.

BONUS: ¿Qué es de la vida de Alejandro Toledo?

A comienzo de año, otra resolución del mismo juez revolucionó las portadas peruanas. Se habían reunido las suficientes pruebas para tomar la decisión de emitir sobre Alejandro Toledo una orden de prisión preventiva por el caso Odebrecht, pero además otra por el caso Ecoteva. Sin embargo, a diferencia de Ollanta Humala, Toledo no se entregó a la justicia peruana y voló a Estados Unidos para ponerse a resguardo. ¿Qué hace ahora? Diferentes fuentes lo han fotografiado, de compras, jugando billar y hasta bailando reggaetón (?). Nada mal para ser la vida de prófugo. Dado que se ha reavivado el tema y como para que no digan que lo dejarón ahí, se ha hecho de conocimiento público la contratación de los servicios legales del estudio jurídico Foley Hoag para asesorar al Estado peruano en los procedimientos para el pedido de extradición.

Meanwhile…

Las cosas caen por su propio peso y, tras años de investigación, se han encontrado pruebas suficientes para dictaminar prisión preventiva no a uno, sino a dos expresidentes en menos de un año. Esperemos que estos procesos no queden solo en ese punto y en 18 meses no se “archiven casos” por dejadez o incapacidad de seguirlos correctamente. Por otro lado, ha quedado al descubierto el perfil de los gobernantes que nosotros mismos elegimos. Nuestros últimos líderes, quienes deberían lucir conductas intachables, ser incorruptibles y promover valores son precisamente todo lo contrario. Esto saca al descubierto una de las ideas más mediocres que concebimos a menudo y es la del político vivo y corrupto que, sin importar los medios, genera beneficio a la sociedad. La famosa frase “Roba pero hace obra” al parecer, no solo se aplicaría a Castañeda, sino que iría más allá. Asimismo, esta situación también estaría ligada a la famosa guerra fujimoristas vs el resto del mundo que observamos cada 5 años, ¿pasará lo mismo con PPK? Habrá que esperar que no corra el mismo destino que sus predecesores.