El último 24 de junio, en el Aniversario 51 de la Reforma Agraria de Velasco, Martin Vizcarra envió un contundente mensaje a las clínicas privadas: si en un plazo máximo de 48 horas no llegaban a un acuerdo con el Estado sobre los cobros por tratar a pacientes Covid-19, el gobierno aplicaría el artículo 70 de la Constitución para expropiarlas (Velasco, are you there?).

A mediados del confinamiento se estableció una mesa de diálogo entre el Estado y las clínicas, mas el acuerdo no perduró. Sorprendentemente, tras lo dicho por Martín, en menos de 24 horas el diálogo se reanudó y llegaron a un acuerdo (¿El fin está cerca?). La tarifa por paciente, que le pagará el Estado a las clínicas, será plana y costará 55 mil soles, independientemente del número de días de hospitalización. Este último episodio de la historia peruana -que en unos años las futuras bendiciones estudiarán – colocó de nuevo sobre la mesa el eterno conflicto entre el sector público y privado. ¿Estado bueno y privado malo? No necesariamente. En este artículo veremos lo importante de analizar ambas caras de la moneda.

Como se comentó líneas arriba, se llegó a un consenso temporal y este se dio entre el Sistema Integral de Salud (SIS) y las clínicas. Consistía en un intercambio prestacional [1], mediante el cual un grupo de afiliados al seguro estatal fueron derivados a las clínicas. El acuerdo se logró mientras la cabeza del SIS era Doris Lituma; no obstante, tras su salida, las clínicas señalaron que el nuevo jefe estableció una tarifa que no cubría los costos de tratamiento de los pacientes Covid.19. No obstante, nunca se especificaron dichos costos. Este fue un fallido acercamiento entre el público y el privado.

La voz del pueblo es la voz de Dios y en estas épocas se hace escuchar mediante las redes sociales. Tras el ultimatum de Vizcarra, muchos usuarios cuestionaban la capacidad del Ministerio de Salud (MINSA) de administrar las clínicas privadas. Al fin y al cabo, en las clínicas se ha presentado menos del 3% de decesos [2] debido a que estas todavía cuentan con camas UCI. Para la politóloga Maria Alejandra Campos, que el gobierno asuma la administración de las clínicas aumentaría el número de tareas a un sector que en estos momentos no puede perder el valioso tiempo con el cual cuenta. En la misma línea, el abogado Carlos Caro considera que en caso se hubiese tenido que emplear el artículo 70, el gobierno solo debería administrar temporal o parcialmente (por ejemplo, solo las salas de emergencia) la atención en clínicas privadas.

Después de que el presi lanzara la bomba, las clínicas privadas -mediante su vocero, Carlos Joo Luck- le hicieron recordar la existencia de pacientes del SIS que se afiliaron al disuelto acuerdo descrito líneas arribas, cuyas deudas por el tratamiento recibido no fueron canceladas. A pesar de eso, lograron dialogar y llegar a un acuerdo. Sin embargo, cuando se creía que el tema estaba esclarecido, surgieron discrepancias en términos clave del acuerdo. ¿Quiénes podrían atenderse por 55 mil soles? Por un lado, Joo recalcaba que no todas las personas podrían acogerse a dicha tarifa, sino tan solo los asegurados por EsSalud o SIS. Asimismo, el ministro Zamora declaró que en el contrato que ambos organismos están elaborando se contempla la posibilidad que tanto pacientes derivados de hospitales públicos, como también los asegurados, puedan atenderse por la tarifa establecida.

Llegar a un acuerdo en un periodo de tiempo relativamente corto y sin hacer mucho escándalo es algo digno de admirar. No obstante, si el acuerdo no es claro para ambas partes, en vano habrá sido el esfuerzo para alcanzarlo. Este acuerdo tiene importantes detalles por definir -tales como esclarecer quienes serán los beneficiados y si la tarifa incluirá los medicamentos- y deben desarrollarse a la brevedad posible. Si bien la cifra de S/ 55 mil no podrá ser cubierta por la gran mayoría de peruanos, es crucial determinar si será para todos los pacientes que soliciten un tratamiento por Covid-19 o las clínicas seguirán cobrando exorbitantes sumas de 100 mil soles semanales a las familias. ¿El estado pagará únicamente el tratamiento de los asegurados -SIS o EsSalud- o no?

Alberto Vergara, desde el 18 de junio, trae a colación lo costoso que fue para los países desarrollados la primera ola producto de esta pandemia [3]. Por lo cual, la actual emergencia sanitaria que atravesamos ciertamente no debería ser una sorpresa para las autoridades peruanas. En medio de la catástrofe sanitaria, económica y social que vivimos, la discusión no debería centrarse en dictaminar quien es el bueno y quien el malo, pues en este punto no sumaría nada. Uruguay ha sido capaz de demostrar que un trabajo articulado entre el público y el privado puede salvar vidas, pues casi todo el país cuenta con acceso a atención hospitalaria [4]. Los consensos y planes desarrollados por el sector público y privado deben enfocarse en lo realmente importante en este momento: proteger la vida de los peruanos. Es imposible ignorar lo dicho por Vizcarra: “no podemos arreglar en 100 días lo que no se hizo en 100 años”, pero es un buen momento para iniciar.

Editado por Isabela García

[1]http://www.essalud.gob.pe/downloads/foro_int_sostenibilidad_financiera/2017/Pablo-Lavado-Padilla.pdf

[2]https://elcomercio.pe/opinion/editorial/editorial-el-ultimatum-y-la-curva-covid-19-noticia/?ref=ecr

[3]https://ciup.up.edu.pe/analisis/la-crisis-covid-19-como-aleph-peruano/

[4]https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-52837193