Hacia 2018, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) nos sorprendió con una noticia #Bomba: ¡la pobreza monetaria había aumentado después de 10 años de decrecimiento! Aunque tuvimos considerables pérdidas debido al fenómeno del Niño costero, esta noticia nos cayó como balde de agua fría #Brrrr. Luego de hacer algunos análisis de qué población es la que cruzó la línea de pobreza como tú cruzaste la línea de mi corazón (?), encontramos que dentro de este conjunto de individuos se encuentran nuestros “amigos” congresistas. Lamentablemente, los 15,000 soles + bonus extra de productividad que reciben no les alcanza para vivir #LaVidaQueMerecen.

La evolución de la pobreza en el Perú 2007 – 2017

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Nuestros pobres congresistas están sufriendo. Hace no mucho fue que Leyla Chihuán, congresista de #FuerzaPopular sostuvo que “lo que gana en el Congreso no le alcanza para el ritmo de vida que lleva”. A mí tampoco me alcanza y por eso me peleo con los cobradores cuando me quieren cobrar dos soles y yo siempre pago un sol cincuenta. Además, recientemente, nuestra vicepresidenta y también  congresista, Mercedes Aráoz, mencionó que las remuneraciones de los legisladores se deberían actualizar y aumentar, de acuerdo con el costo de vida del país en la actualidad.

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La pregunta de los 33 millones de peruanos que alientan a la selección es: ¿Qué ritmo de vida llevan estas señoras para que 15,000 soles mensuales no les alcance? Pero bueno, todos tenemos derecho a un aumento salarial. La teoría económica señala que las personas deben recibir un salario promedio en función a la productividad marginal de su trabajo. La nueva pregunta entonces es… ¿Qué tan productivos son nuestros congresistas para recibir este beneficio? #EconomicsIsLove #MechitaColega

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Pensemos en la demanda y oferta de trabajo en el sector público. Como ya se mencionó, el sueldo de un congresista se determinará según su productividad marginal (factor L). Cada congresista, además de sus horas de trabajo, también emplea su capital humano, asociado a la calidad de su trabajo en cada hora trabajada (H). Pero ¿qué es productividad marginal y con qué se come? Pues repasemos…

La “famosa” productividad marginal del trabajo es el producto adicional que se obtiene cuando la cantidad del factor trabajo utilizado se incrementa en una unidad. Considerando una función de producción homogénea con retornos a escala constante (el producto aumenta en la misma proporción del cambio en los factores) y derivable dos veces, la productividad marginal de trabajo (o la primera derivada de la función de producción asociada al factor trabajo) tiene rendimientos decrecientes (pendiente negativa). Esto se debe a que, si bien las primeras horas de trabajo aportan mucho a la producción, se llega a un punto en el que una hora adicional ya no aporta tanto. Por ejemplo, cuando empiezas tu día, estás con todas las energías para trabajar, pero pasadas las 5 de la tarde, ya sólo quieres irte a casa y lo que puedas aportar a tu empresa es cada vez menor. #TengoSueño #DurmiendoEnElCongreso

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Entonces, las empresas fijan el salario en función a cuánto producirá sus trabajadores en su jornada laboral. Para ello, se utiliza la siguiente ecuación:

VPmgL=W

Donde VPmgL es el valor de la productividad marginal del trabajo. Generalmente, se expresa como el precio del producto que generan multiplicado por el “esfuerzo” que hacen por producirlo. En la ecuación anterior, W representa el salario a pagar. Que igual no es otra cosa que un análisis coste – beneficio. Donde W representa un costo y VPmgL los beneficios. Pero… ¿un costo para quién? #MisImpuestos y, más importante, ¿un beneficio para quién? #ElPerúNoAvanza

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Ahora contextualicemos esto a nuestros congresistas. Ellos no generan ningún producto y no hay precio para ello. Además, como diría mi amiga Rosita Bartra: “trabajar 8 horas es similitud a la esclavitud” #ARamónCastillaNoLeGustaEsto. Por ende, su productividad marginal podría medirse a través del capital humano que presentan además de lo que producen: proyectos de ley. Planteemos una función de capital humano como Katz y Murphy (1992):

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Si obtener la productividad marginal quieres, derivar debes. Donde las denominaciones “coll” y “hs” corresponden a variables dummy y representan educación universitaria y educación secundaria, respectivamente. Además, su capital humano depende de sus political skills (“skill”) y sus años de experiencia parlamentaria (“exp”). El shock sobre A puede observarse cómo la innovación, renovación e implementación de leyes que cada congresista presenta. Entonces, al derivar, un incremento en la oferta de graduados universitarios “Lcoll”; es decir, más postulantes con educación universitaria al congreso, reduce su producto marginal (PmgH decreciente en L), mientras que un aumento en el parámetro tecnológico ”Acoll” eleva su producto marginal (PmgH creciente en A). Esto nos demuestra que la PmgH será mayor a medida que crezca la innovación A.

Finalmente, es coherente afirmar que si nuestras aspirantes a Kim Kardashian; Leyla Chihuán o Meche Aráoz sacasen una buena ley eficiente y eficaz en favor de la ciudadanía, elevarían su producto marginal  por medio del parámetro A y, por tanto, tendrían el derecho de ganar un mayor salario. Es como decir, legisla BIEN para que te paguen BIEN y vivas “bien” #SeLoGanaron #RobaPeroTrabaja #MeFuiEnFloro #NoMePaganPorEscribirHUMO .