Este año estamos presenciando la guerra comercial entre Estados Unidos y China, en el cual ninguno de los dos países puede dar un paso en falso que provoque dudas acerca de su primacía. Sin embargo, desde junio, el gobierno del presidente chino, Xi Jinping, ha visto cómo se cuestiona el poderío del país asiático al desatarse multitudinarias protestas en la Región Administrativa Especial de Hong Kong.

A pesar del creer de muchos, Hong Kong sí pertenece a China, desde que fue devuelto al gigante asiático por el Reino Unido en 1997; sin embargo, para la administración de la región, China aplicó el principio “un país, dos sistemas”, en donde se le reconoce una mayor autonomía a Hong Kong para su gestión. Es por tal razón que cuando pensamos en Hong Kong vemos a una región con sus propias instituciones públicas, en donde existe mayor libertad en el ejercicio de los derechos de los ciudadanos; a comparación de China, que presenta una mayor intervención estatal en la economía y los nacionales no pueden ejercer, por ejemplo, su libertad de expresión (está prohibido el acceso al face o el #F4F en Instagram).

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Estos contrastes en la forma de vivir de ambas regiones han generado que gran parte de los ciudadanos hongkoneses no sientan o quieran ser parte del total de China en el futuro (en principio, el sistema solo rige hasta el año 2047, a partir de ese momento Hong Kong tendrá que acoplarse al resto de China en su totalidad y tendrá que seguir sus reglas). Esta disconformidad se ha manifestado en los últimos meses con protestas en las principales ciudades de Hong Kong en las que asistieron miles de personas en defensa de la democracia y libertad.

Las protestas iniciaron en junio por estar en contra de una ley de extradición de presuntos criminales hongkoneses a China para que sean juzgados bajo un sistema judicial completamente distinto  al que les rige. Es por ello que, hoy por hoy, Hong Kong marcha para mostrar su rechazo a este tipo de intervencionismo del gobierno de Xi Jinping en sus instituciones públicas, y demandan a Carrie Lam, la jefa ejecutiva de Hong Kong, a que renuncie a su cargo, por haber esperado que la población hongkonesa convulsione para dejar suspendida la entrada en vigencia de la norma.

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En ese sentido, a pesar de detener esta ley, las acciones del gobierno Hong Kong fueron tardías y toda una región se ha paralizado. Esto trajo consigo la paralización de miles de vuelos en el aeropuerto con más tráfico en el continente asiática, así como, demostraciones del uso de la fuerza (en muchos casos sin razones) por parte de los policías contra manifestantes que han vandalizado instituciones públicas que tienen una relación directa con la “Administración Central” de China.

Ante todo este caos en Hong Kong, el Gobierno de Xi Jinping se encuentra acorralado. En un mundo en el que muchas sociedades resaltan la importancia del ejercicio de los ciudadanos de sus derechos, cualquier censura es repudiada, y, aunque a China pueda parecer importarle poco estas restricciones en vista de cómo se encuentra su sociedad, los hongkoneses no aceptarán tales prácticas, y por eso lucharán por su autonomía.

Mientras tanto, a China solo le queda cuidar las apariencias (al tratar de minimizar la situación o soltando propaganda engañosa y parcial), y evitar que la sociedad de Hong Kong genere simpatía alrededor del mundo y su status de potencia se vea en detrimento.

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Fuentes:

https://cnnespanol.cnn.com/video/hong-kong-crisis-protestas-embajador-argentino-guelar-perspectivas-buenos-aires/

https://cnnespanol.cnn.com/2019/08/18/hong-kong-protestas-china-fin-de-semana-millon-manifestantes/

https://elcomercio.pe/mundo/asia/protestas-hong-kong-vivo-manifestantes-pro-democracia-marchan-desafiar-china-noticia-666333

Editado por: Sofía Flores