Las criptomonedas han llegado para quedarse. Desde hace unos años, hemos sido testigos del alza del precio de criptomonedas como el Bitcoin, el Ethereum y, últimamente, el Dogecoin. Conforme se han ido popularizando, inversionistas individuales e institucionales han depositado su confianza (y dinero) en ellas, y han logrado la valoración que gozan hoy en día. En este artículo, hablaremos en particular del Dogecoin, un meme una cripotmoneada que está logrando valuaciones extraordinarias en los últimos días. Pero, ¿por qué vale tanto un Dogecoin? ¿Qué tiene que ver Elon Musk aquí? ¿Puedo comprar en la tía poison con Dogecoins? Aquí te contestamos estas preguntas, al toque como siempre.

¿Una cripto… qué?

Comencemos definiendo. Una criptomoneda es un activo digital que utiliza un cifrado criptográfico (de ahí su nombre) para garantizar su titularidad, la seguridad de las transacciones y el control de la creación de unidades adicionales. De tal modo, una criptomoneda no se puede replicar. Las criptomonedas funcionan a través de un sistema digital descentralizado conocido como blockchain, el cual hace posible que no puedan ser controladas por alguna entidad, como un gobierno o un banco central. No existe regulación o respaldo para las criptomonedas, lo cual resulta ser algo atractivo para inversionistas que no confían (o gustan) de las regulaciones centralizadas que permitan la trazabilidad y control de activos financieros.

El meme que se hizo un activo digial

Ahora que ya sabes qué es una criptomoneda, aterrizamos al Dogecoin y al porqué de su valor. En principio, el Dogecoin nació como un meme memaso que parodia el boom de las criptomonedas. Sin embargo, a la fecha que se escribe este artículo (16/04/2021), el Dogecoin ha llegado a cotizarse en más de 0.35 USD (duplicando su valor respecto al día anterior) e, irónicamente, pretende convertirse en un verdadero activo digital.

Stonks always go up.
Fuente: CoinMarketCap

Bien, pero ¿por qué vale tanto? La respuesta rápida es la demanda creciente y una oferta limitada. Ahora, si exploramos el origen de la demanda de las criptomonedas (en general), encontraremos diversos factores como su utilidad, popularidad o la mera especulación. Dentro de estas características, Dogecoin cumple las dos últimas dado que está funcionando más como un producto cultural que como un activo financiero (como un NFT, tema que da para un próximo artículo), y, por supuesto, hay quienes invierten especulando con el precio. En el punto de la popularidad, Elon Musk y otras celebridades le han dado un empujón al Dogecoin mostrando su apoyo y simpatía con este criptomeme, por lo que resulta entendible su rápida valorización.

Fuente: Business Insider

Pero hay un big disclaimer

Según Scott Knapp, Chief Market Strategist en CUNA Mutual Group, la alta valuación de las criptomonedas está formando una burbuja en el mercado, similar a la de las dot com. Asimismo, esto formaría parte una “meme manía” en los mercados financieros, que comenzó GameStop en febrero de este año, y puede generar pérdidas importantes en inversores novatos.

Además, cómo se mencionó anteriormente, una característica buscada en las criptomonedas es su utilidad, y por el momento Dogecoin no la cumple porque no es aceptada como medio de pago en comercios convencionales, como sí lo es Bitcoin por ejemplo (cada día más negocios lo aceptan como medio de pago), y esto afecta en su valor.

Pero, ¿que no puedas pagar tu salchipapa en la tía veneno con Dogecoins significa que no valen nada? No necesariamente. Resalto nuevamente que, en definitiva, es el factor cultural el elemento que le está agregando valor al Dogecoin y causando que las personas lo compren por los jajas porque resulta divertido, al fin y al cabo. De todos modos, hay que tener cuidado si se piensa invertir en él porque el valor monetario que se le da al factor cultural no está definido, regulado o respaldado por un activo físico subyacente, por lo que puede ser extremadamente volátil.

El poder del internet (y de los memes).
Imagen: Forbes.com.mx

Edición : María Fernanda Tumbalobos