25 de mayo de 2020. Minneapolis, Minnesota. George Floyd, ciudadano afroamericano de 46 años que trabajaba como seguridad en un restaurante, murió asfixiado en medio de una intervención policial luego de que un oficial se arrodillara sobre su cuello durante varios minutos. En la filmación del incidente, registrado por un testigo, se escucha al hombre, ya reducido en el suelo, repetir la frase “no puedo respirar”. En un punto, se le oye decir “no me maten”. ¿Hecho aislado? No. Lamentablemente, el caso forma parte de una larga lista de muertes racistas perpetradas por las fuerzas del orden estadounidenses.

Manifestante rezando en el lugar de los hechos. Fuente: BBC News, AFP

Difícil determinar qué es más indignante (hasta escalofriante): que una de las principales causas de muerte de hombres afroamericanos sea la policía, o que sigan ocurriendo sucesos como el anterior, reflejo casi exacto de tantos otros como el de Eric Garner, incluso durante tiempos de pandemia. Y es que el racismo tanto en Estados Unidos como en cualquier otra parte del mundo se presenta como un problema interminable. Erradicar la idea equivocada de que una “raza”, término considerado confuso, es superior a otra parece una misión utópica. Los actos de discriminación son el pan de cada día en toda sociedad, en sus medios de comunicación y entretenimiento. Distintos autores han reflexionado sobre estos temas a través de sus obras, en muchas ocasiones, alzando su voz de protesta en contra de episodios de violencia y a favor de la reivindicación de los derechos de la comunidad negra.

Uno de los cineastas más prolíficos, álgidos, controversiales y polémicos respecto a esta problemática es Spike Lee. Esté uno de acuerdo o no con sus comentarios en las redes sociales y sus posturas políticas no debería desvalorizar el hecho de que, desde la mitad de la década de los ochenta hasta el día de hoy, con sus respectivos altibajos, ha dirigido largometrajes y documentales notables como She’s Gotta Have It, Malcolm X, 4 Little Girls, 25th Hour, BlacKkKlansman, entre otros. Graduado de la Universidad de Nueva York, donde estudió junto a otros realizadores como Ang Lee, a lo largo de su filmografía se ha dedicado a explorar las tensas relaciones raciales establecidas en la sociedad estadounidense a través de distintos géneros como la comedia y el drama.

En 1989, se estrenó en el Festival de Cannes Do the Right Thing, traducida al español como Haz lo correcto, película que impulsó su carrera. Aclamada por la crítica y ganadora de múltiples premios, la obra cumbre de Lee se mantiene vigente no sólo por sus valores artísticos y sus cualidades a nivel narrativo, sino, principalmente, debido al mensaje de denuncia social que busca transmitir mediante su relato. La historia transcurre en un día caluroso en el barrio Bedford-Stuyvesant de Brooklyn, condado escenario de gran parte de los filmes del realizador, donde confluyen ciudadanos de diversas culturas y orígenes tales como afrodescendientes, latinos, asiáticos e italoamericanos. Mookie (interpretado por el mismo Lee), joven padre de familia que trabaja como repartidor en la pizzería de Sal (Danny Aiello), deambula por las calles teniendo pequeños encuentros con diferentes vecinos. Durante su recorrido, observa desde una posición pasiva cómo se acrecientan las tensiones raciales entre los habitantes a la par del calor que los sofocan.

De manera paulatina, la situación de tensión termina por estallar al final de la película. Por la noche, Radio Raheem, muchacho negro, alto y fornido, que va de lado a lado cargando un pesado equipo de música que entona a todo volumen una sola melodía, la canción “Fight the Power” de Public Enemy, entra efusivamente junto a Buggin’ Out y Smiley a la pizzería de Sal para reclamarle la falta de fotos de personalidades afroamericanas en el muro de la fama. Ante la negativa del dueño, los involucrados discuten a gritos hasta que Sal, en un acto de desesperación y hastío, agarra un bate de béisbol y destruye la radio. Raheem reacciona ahorcándolo y llevan el conflicto hasta la calle alertando a los vecinos. La policía arriba a la escena y aparta al joven a la fuerza aplicándole una llave al cuello con la porra reglamentaria. Frente a los ojos del vecindario, el robusto cuerpo de Radio Raheem cae al suelo sin vida. El oficial, que hizo oídos sordos ante las advertencias, lo había asfixiado hasta la muerte. Tres décadas después del estreno del filme, estas imágenes se siguen repitiendo, una y otra vez…

Mookie, testigo de la muerte de su amigo, contempla el panorama de indignación. Atónito, se cubre la cara con ambas manos. Retrocede en busca de un tacho de basura, lo agarra, camina hacia la pizzería y lo lanza contra la ventana. Inicia un disturbio que termina con la quema del local y las represalias por parte de las fuerzas del orden. Es aquí donde entra a tallar el dilema moral que rodea al filme: ¿Mookie hizo lo correcto? Cada uno es libre de formar su propia interpretación. De hecho, antes de los créditos, el cineasta incluye dos citas: una de Martin Luther King, representante de la vía pacifista, y otra de Malcolm X, quien se mostraba a favor del uso de la violencia si es que era requerida. Incluso, después de los mensajes, se enseña una foto de los dos líderes, lo cual representa que ambas posturas van de la mano, que algunas veces prevalece el amor y en otras el odio. No obstante, Lee deja claro desde la secuencia inicial del largometraje, en la que Rosie Perez baila con total desenfreno, agresividad y furia al ritmo de “Fight the Power”, que se inclina más por la segunda. Al momento de redactar este artículo, en Minneapolis están ocurriendo una serie de protestas, tanto pacíficas como violentas, en contra de la policía debido a la injusta muerte de George Floyd. Solo espero que, en un futuro, al volver a darle una revisada a la película o a este artículo, estos repugnantes hechos hayan dejado de ocurrir.

Protestante levantando su puño frente a una casa de cambios incendiada durante las manifestaciones en Minneapolis. Fuente: BBC News

Edición: Kelly Pérez V.

Fuentes:

Cronología (y vídeos) de muertes racistas en EE UU. (7 de julio de 2016). El País. Recuperado de https://elpais.com/internacional/2015/04/28/actualidad/1430220612_557427.html

Four Minnesota police officers fired after death of unarmed black man. (26 de mayo de 2020). BBC News. Recuperado de https://www.bbc.com/news/world-us-canada-52806572

Khan, A. (18 de agosto de 2019). Ser baleado por la policía es la principal causa de muerte de los hombres negros en Estados Unidos. Los Angeles Times. Recuperado de https://www.latimes.com/espanol/eeuu/articulo/2019-08-18/los-disparos-a-la-policia-son-la-causa-principal-de-la-muerte-de-los-hombres-negros

Mediavilla, D. (7 de febrero de 2016). ¿Debemos seguir empleando el concepto de raza?. El País. Recuperado de https://elpais.com/elpais/2016/02/05/ciencia/1454696080_059342.html