El 2018 ha sido un año catastrófico para reflexionar. Múltiples elecciones presidenciales alrededor del mundo han dado lugar a gobiernos populistas que terminan opacando los esfuerzos de los gobiernos liberales; pese a que algunos puedan estar a favor de estas reformas, como es el caso de los conservadores en los Estados Unidos (aunque no todos, aún hay esperanza dentro del partido republicano). Un claro ejemplo de gobierno populista se dio en Italia en el pasado marzo de este año, donde un comediante de televisión fue el dirigente del partido con mayor número de votos en el parlamento #TrumpNoEsElÚnico.

Movimiento de las 5 estrellas

Movimiento de las 5 estrellas

La cuestión que desató este caos y que viene azotando al continente europeo desde el 2013 es la democratización del fútbol la ola de inmigrantes y refugiados que llegan desde el Medio Oriente o África. El gobierno anterior tuvo que disolverse como resultado de la pérdida en las votaciones de una reforma constitucional para ser más inclusivos con los refugiados. El Perú por suerte no ha tenido muchos problemas con respecto a esto, especialmente porque los venezolanos tienen una cultura bastante similar a la nuestra, pero aun así se han dado casos de un discurso de odio en contra de los venezolanos, siendo el más común “vienen y se roban nuestros trabajos”.

Un grupo de refugiados llegando a una playa italiana

Un grupo de refugiados llegando a una playa italiana

Se puede estar a favor o en contra de los refugiados, eso es una muestra de tu valor como persona opinión personal. Lo que sí se debe tener en cuenta es que las políticas de Estado que se lleven a cabo pueden generar una reacción como la de Italia si es que no se ejecutan con el periodo de tiempo apropiado: existe un estudio realizado por la revista The Economist, luego de la elección de Donald Trump, que plantea que después de un periodo de reformas va a haber un periodo de reacción hacia estas reformas. En otras palabras, Donald Trump es la reacción alérgica que Estados Unidos tuvo debido a las políticas de Obama.

Este es un tema que el gobierno del Perú podría tomar en cuenta si es que al menos funcionara, por ende, tomaré como ejemplo uno que funciona más que el nuestro: el colombiano. Así como nosotros tenemos a Fujimori, nuestros vecinos del norte tienen a Uribe, un político al que se le otorga la calificación de haber puesto fin al auge de las FARC. Claramente, de la misma manera que el Chino, hay escándalos de grupos paramilitares que cometieron atrocidades contra pueblos que pueden o no haber estado apoyando a estos grupos armados.

El mes pasado, Colombia tuvo la primera vuelta de sus elecciones donde, al igual que acá, se eligen a los dos candidatos que irán a segunda vuelta y el porcentaje de votos determina el número de curules que cada partido obtendrá en el parlamento. Tan abierta es la polarización de este país que ya se parece al Perú que las dos opciones en segunda vuelta son los candidatos de izquierda y derecha (siendo la derecha la representación de Uribe). Una de las razones por las cuales el uribismo retomó su popularidad es porque prometieron tener más “mano dura” con las FARC ahora que se dio el no-muy-popular tratado de paz entre este grupo y el gobierno. Por otro lado, dicen que el partido de la izquierda es el partido de las FARC. Todo es muy friccionado y controversial, pero al menos no gastan más de S/80,000 en flores #Galarreta.

Uribe

El Querido Fujimori Colombiano

Volviendo a Italia y su partido conservador ultra populista, esta semana le negó la entrada a una embarcación privada que se encargaba de realizar trabajo de salvataje en busca de refugiados náufragos en el Mediterráneo. Esto retrasó dos días a la embarcación, poniendo en peligro no sólo a sus seiscientos refugiados, sino también a la tripulación, pues los recursos empezaron a escasear. Finalmente, España terminó permitiéndole la entrada a uno de sus puertos #GraciasPiqué. La noticia causó bastante revuelo, pues Italia había sido uno de los países más comprensivos con la llegada de inmigrantes a sus costas.

Un grupo de refugiados siendo rescatado

Un grupo de refugiados siendo rescatado

Es comprensible que presionar a una sociedad a aceptar cambios, de manera apresurada, a los que no está dispuesta es realizar puede ser mala política pública, pese a la popularidad de estos en cierto sector de la población. Si se quiere realizar un verdadero cambio en la sociedad, los pasos tienen que ser lentos y graduales, ya sea que se esté hablando de reformas tributarias o de la Unión Civil, hay que prever reacciones hacia estas políticas.