La tarde del viernes 19 de abril: los vecinos, comerciantes y visitantes de Mesa Redonda se vieron sorprendidos por un voraz incendio en la cuadra 7 del Jirón Cusco. Cerca de 50 unidades del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú (CGBVP) tomaron el lugar. Este suceso significó de 30 a 50 inmuebles afectados, 30 familias damnificadas, clases escolares suspendidas, altos niveles de contaminación y… una lección más para que el error no sea recurrente. ¿Acaso vamos a esperar a que estas tragedias se multipliquen para que se apliquen las medidas correspondientes?

En vista de esto, Voz Actual no perdió el tiempo y se contactó con Ximena Medina, bombera voluntaria, quien apoyó en la elaboración de este artículo.

1. Tropezar de nuevo con la misma piedra

En los últimos cinco años, según el CGBVP, solo el distrito de Cercado de Lima ha registrado el 7.4% de emergencias respecto al total del departamento de Lima (66,484 emergencias, en promedio). Ocupa así el primer lugar en cuanto a recurrentes percances originados en la zona.

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Dato curioso: En el 2001, en Mesa Redonda, ocurrió uno de los incendios más grandes del país en donde murieron casi 300 personas.

“En la zona, la informalidad es bastante fuerte, la mayoría de ambientes tienen materiales inflamables. Además, el caudal de agua no es el adecuado para atender grandes incendios.” – Ximena Medina

La causa que se atribuye principalmente a los siniestros es la presencia de almacenes informales de materiales altamente inflamables. La zona concentra inmuebles que, o bien no cuentan con licencia de funcionamiento; o peor aún, cuentan con ella, pero los criterios para otorgarla fueron inadecuados. Una vez más, como de costumbre, se cuestiona la capacidad de regulación y fiscalización de las autoridades.

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Jorge Muñoz señaló que hay más de 18 mil licencias entre Mesa Redonda y el Mercado Central que deberían ser evaluadas, tanto en seguridad como en permisos.

2. ¿Medidas abruptas para calmar a la población?

“Se sabe que hay incendios. Debería darse importancia a controles periódicos y licencias adecuadas.” – Ximena Medina

En respuesta a lo sucedido, la Municipalidad de Lima aprobó una ordenanza que se espera permita el reordenamiento de Mesa Redonda. Así, se identificaron cinco zonas de influencia en donde se plantea la suspensión de recepción de solicitudes y el otorgamiento de licencias de funcionamiento. Además, para las tres zonas más cercanas al último incendio se señala la suspensión temporal del comercio por un total de 30 días, tiempo para evaluar las licencias de funcionamiento de los comerciantes.

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Mayor orden, mayor control… mejor gestión.

Si bien estas medidas buscan garantizar la seguridad de la población, la paralización de operaciones debido al cierre de Mesa Redonda provocaría pérdidas de US$20 millones al día. Entonces, ¿por qué no se implementó esta fiscalización de manera progresiva antes para que los efectos no se presenten de manera violenta?

3. Siguientes pasos

“Siempre que ocurre una emergencia grande, viene un periodo de fiscalización con un sector público más exigente. Esto dura un mes o un par de semanas. En mi opinión, esta es una respuesta para calmar a la gente.” – Ximena Medina

A pesar de todo, el trabajo planteado por la municipalidad es buen arranque. Por ahora, callará la boca de muchos, pero si no se desarrolla de manera sostenible, el esfuerzo habrá sido en vano. Una buena opción es que los planes de gobierno y las políticas municipales incluyan fundamentos sólidos de cara a una mejor fiscalización.

El problema en líneas generales es claro: no se destinan recursos suficientes ni se da la importancia debida hasta que las circunstancias estén en el ojo de la tormenta. Todos los años se registran incendios de gran magnitud en la zona. Lamentablemente, con tantas experiencias similares, las recomendaciones, en cuanto a una inspección pertinente y continua, han sido dejadas de lado.

En este lugar de gran movimiento comercial, es necesario el análisis de las actividades para que se garantice el cumplimiento normativo. Una mayor articulación entre público y privado, respecto a capacidad de control y concientización, es la clave para hacer eficiente el mercado, garantizando el bien común.

Editado por Isabela García.