En las últimas semanas, casi todos los medios de comunicación le han dedicado al menos unos minutitos o un par de hojitas al Sr. Phillip Butters. ¿La razón? Sucede que durante un popular y a la vez polémico discurso en la marcha contra el currículo nacional, el aclamado periodista culpó a PPK y a todo su gabinete de querer implantar una presunta ideología de género que atentaría contra la salud mental de los niños. De paso, le pidió a Keiko que bote a la Ministra de Educación, Marilú Martens, acusándola públicamente de promover el libertinaje sexual en los menores de edad. Lo más candente vino después de ese discurso, cuando Butters mostró abiertamente su rechazo al resto de personas que no pensaban como él, brindando declaraciones llenas de agravios, falsedades y amenazas, e incluso utilizando a los hijos de PPK, Zavala y Martens para ridiculizar argumentos a favor de la tolerancia, el respeto y la diversidad (chequeen la declaración completa aquí abajito).

“Si (René Gastelumendi, periodista) quiere que su hija sea lesbiana o su hijo homosexual y que tengan sexo a los 13 años, que tengan ellos. Que armen su orgía con los hijos de Marilú Martens y que hagan su fiesta gay o trans con los hijos de PPK o con los hijos de Zavala o que vayan todos los rosquetes y todas las lesbianas y que hagan su orgía ahí. Lindo, pero que lo haga con sus hijos, no con los míos”

Como era de esperarse, las declaraciones de Butters se volvieron virales al instante en la mayoría de redes sociales, y motivó la indignación de muchas personas que se volcaron a expresar su reclamo en contra del periodista por su mensaje discriminatorio hacia la comunidad LGBT. Sin embargo, esta vez las quejas no llegaron a la entonces casa radial de Butters, Radio Capital, pues ahí muchas veces nuestra opinión no importa. Lo que sucedió fue que la gente se puso las pilas y trasladó todo su malestar a los auspiciadores del programa de Phillip (p.e. Artesco, Entel, Passarela, entre otras), logrando que varias de las empresas anunciantes convenientemente deslinden con las declaraciones del periodista y retire la publicidad de su espacio radial. Dado que una radio no puede vivir sin auspicios, el Grupo RPP, donde pertenece Radio Capital, dejó de ver en Butters un activo rentable, ocasionando su separación del programa radial al ritmo y compás de #ConMisAuspiciosNoTeMetas.

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RPP le dijo a Butters: #ConMisAuspiciosNoTeMetas

La separación de Butters de Radio Capital trajo consigo una serie de reacciones bastante sorprendentes. Por un lado, el buen Phillip se achoró e inició un boicot contra las empresas que le quitaron el auspicio a su programa. Propagando información falsa y utilizando expresiones de alto contenido xenófobo, Butters llegó a afirmar que la empresa Entel nos espía por teléfono entregando información de todos los peruanos a los chilenos, y también acusó a Artesco de fabricar útiles escolares que envenenan a los niños.

Paralelamente, muchos de los seguidores y amigos del periodista denunciaron lo ocurrido como una censura y represión de la libertad de expresión, convocando incluso a marchas masivas para mostrarle su rotundo apoyo. Butters avivó más este malestar acusando al gobierno de estar detrás de su salida de Radio Capital, obviamente sin ningún tipo de pruebas. Estos reclamos, sin embargo, no toman en cuenta que Phillip Butters siempre ha tenido y tendrá la tribuna libre para defender sus ideas, incluso con ofensas y amenazas. Lamentablemente, no se puede exigir que Butters tenga cabida en un medio de comunicación privado cuyos auspiciadores ya no quieren tener nada que ver con él.

Para suerte de Butters, a los días de ser despedido y luego de pedir disculpas públicas por sus “excesos verbales”, le llegó una nueva chambita. Otros grupos periodísticos (Exitosa y Willax),  notaron la enorme acogida del estilo frontal de Phillip y lo anunciaron como su nuevo gran jale. Lo curioso fue que su llegada a Exitosa generó que cerca de 18 columnistas abandonaran dicho medio, y que la co-fundadora de Willax, Cecilia Valenzuela, renuncie a su propia empresa. Todos señalaban que su retiro respondía al “discurso de odio y discriminación” que encarna Phillip Butters.

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Ni los animales del arca de Noé quieren tener algo que ver con Butters.

Pero este no es el fin de la historia. Las últimas dos semanas han confirmado que existe un gran sector de la población que se identifica con el carácter frontal y agresivo que predica Phillip Butters. Bajo reiteradas muestras de xenofobia, discriminación y rechazo a la diversidad del país, Butters se encuentra personificando al líder de opinión en cuya demagogia no cuadra el respeto a las minorías o a quienes opinen distinto. Es difícil, lamentablemente, no comparar esta situación con lo ocurrido en Estados Unidos con Donald Trump, pues de la misma forma que Trump consiguió apoyo a través del rechazo a la presencia de musulmanes o mexicanos en su territorio, Butters se gana likes promoviendo el boicot hacia las empresas chilenas en el Perú; y porque del mismo modo que Trump movilizaba gente apelando en muchos casos al racismo contra los afroamericanos, Butters es capaz de hacer vibrar a “70 mil personas” en la Plaza San Martín con un discurso que rechaza la igualdad de género y los derechos de la comunidad LGBT.

Combatir la intolerancia con un discurso más convicente debemos, de lo contrario, un Phillip Trump en el Perú próximamente tendremos.