¿Recuerdan esa sentencia al final de El Caballero de la Noche en el que Jim Gordon le dice a su hijo “él es el héroe que merecemos, pero no el que necesitamos ahora”? Resulta que no solo aplicaba para películas de superhéroes, sino también en la incursión de un gigante, que digo gigante, un ente omnipresente, como lo es Google, en tierras foráneas. Y no estamos tratando con el típico salto de región basado en el outsourcing. Estamos hablando del mercado informático más grande del mundo, con alrededor de 675 millones de usuarios (al 2014).

Tomémonos, pues, una pausa de tantas pasiones electorales y tensiones internacionales para analizar esta crónica acerca de la controversia nacida del caso de Google versus China y cómo esta ha sido capaz de mecer los cimientos de la compañía informática más poderosa del mundo y rediseñar las bases del concepto de Responsabilidad Social.

El caso Google v China

El caso Google v China

Hace ya mucho tiempo, en el 2005 el directorio de Google se convenció de que el próximo paso para lograr el monopolio perfecto la masificación máxima de su servicio era la incursión en China. Todo parecía muy bien hasta el momento, todos saldrían recompensados: China aseguraría mejoraría la productividad de su gente al brindarles una herramienta útil, Google se haría con el mercado informático más amplio del mundo y la gente en China difundiría y accedería a TODO tipo de información en tiempo real. ¿Ya vimos dónde está el problema no?

Exacto, El Partido Popular Chino desde el comienzo no vio con buenos ojos la incursión de Google en su terruño y, en una conversación con los pesos pesados de la compañía, impusieron sus propios términos para que Google operara. Entre de estas demandas, estaba la eliminación de varias búsquedas importantes para comprender mejor las heroicas campañas el dudoso accionar del régimen – inclusive actos ilegales –, la supresión de varios sitios web de opinión y de medios periodísticos y la censura de diversos estudios, tesis y entrevistas de personas que se oponían al régimen.

Felizmente, Google, el último defensor de la libertad de expresión y acceso a la información de nuestra era, se opuso férreamente a tal atrocidad, se impuso ante el régimen y plantó sus políticas pro Libertad de Expresión en toda China ¿Cómo? ¿Qué no lo hizo? Bueno, la verdad es que no. En el 2006, Google ya había aceptado todos los términos del Gobierno Chino para lograr su incursión en el mercado con Google.cn. Es decir, varias de las búsquedas anteriormente citadas sí habían sido eliminadas o censuradas. Aparte de esto, varios servicios especiales como Blogger o Gmail no fueron implantados en el momento de su lanzamiento. Por lo que el servicio de Google se vería tan reducido en cuanto a calidad como los buscadores chinos de siempre.
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El Google que merecemos

Lo que sigue en la crónica es que, justamente la misión por la que Google trabajó tanto, ahora le juega en contra. Esto se evidenció en diversas protestas que llegaron hasta la puerta de los HQ de Google en Mountain View, California, en el 2006. En pocas palabras, los internautas sentían como si Google hubiese traicionado sus principios básicos al colaborar con un régimen autoritario en pro de abarcar un jugoso mercado. Lo cual era en parte verdad; sin embargo, y lo más importante tal vez, es queGoogle se dio cuenta de que el debate acerca de la Libertad de Expresión es sumamente diferente en cada hemisferio. Y se podía entender que en China sea plausible un control sobre la información como el planteado. Ese es el Google que merecemos, uno que se sepa adaptar a un contexto complicado en pro de su misión, lo que nos lleva al siguiente punto.

El Google que necesitamos ahora

La solución al predicamento, y lo que ha hecho que Google se mantenga en China hasta hoy, son los movimientos graduales. Hasta el 2009 la compañía sí cooperaba con las autoridades, mediante la censura de ciertas búsquedas acerca de distintos medios, esto llegó incluso a censurar footage de fuerzas chinas arremetiendo brutalmente contra tibetanos en dicho año. En el 2010, Google expresó que había sido víctima de un ataque masivo de hackeo; el gigante no tomó muy bien esta acción y su respuesta fue redirigir ciertas búsquedas sensibles a los servidores en Hong Kong, libres de censura. Se dijo también que, si esta problemática  seguía en un futuro se retiraría por completo del país. Finalmente, ya en el 2013, Google eliminó completamente todos los avisos de censura, en toda China. Este, en verdad, es el Google que necesita China si desea sumarse por completo a la comunidad global.

Como vemos, esta crónica, que abarcó 15 largos años, termina con un final feliz. Ejemplifica que a veces la Responsabilidad Social de una empresa sí varía según el contexto y sus acciones. Felizmente, esto solo pasó con Google ¿verdad?

Don't be evil China

Don’t be evil China

PD1. ¿Sabes, de casualidad, cuál es el slogan – el motto – de Google?

PD2. Si desea saber más de esta historia, chequee << http://www.nytimes.com/2006/04/23/magazine/23google.html >>