Ha sido una semana complicada y bastante exhaustiva para cualquier peruano, sin importar su opinión respecto a los sucesos ocurridos. La mayoría apoyó las protestas y ahora sienten que tienen un presidente que nos va a llevar a las siguientes elecciones. Podemos decir que, para nuestro país, las manifestaciones han sido efectivas para lograr el cambio que buscábamos, pero a con un costo lamentable. Necesitamos ver si es que el criterio que nos ha funcionado, se puede expandir al resto del mundo. ¿Por qué? Bueno, en el 2019 se registró el punto más bajo en el Índice de Democracia publicado por la Unidad de Inteligencia de The Economist desde el 2006. Ello nos dice que, a pesar del auge económico mundial en la última década, cada vez menos personas tienen sus libertades civiles aseguradas.

Empecemos en Europa. En Bielorrusia queda el último dictador de Europa, Alexander Lukashenko, quien ha visto su país sumido en el caos de las protestas desde agosto de este año. Todo comenzó, cuando Lukashenko ganó las elecciones presidenciales con el 80% de los votos; sin embargo, la población salió a protestar señalando que dicho resultado era falso. Al día de hoy, se han reportado tres muertes por las manifestaciones, pero distintas organizaciones de derechos humanos consideran que el número es más alto. Una muerte adicional, se reportó el 12 de noviembre, ocasionada por un escuadrón similar a los ternas (oficiales vestidos de civiles). En setiembre, se acusó a una líder de las manifestaciones, Maria Kolesnikova, con incitación a la violación de seguridad nacional y hasta se le secuestró brevemente con el fin de expulsarla del país. La líder de la oposición, Svetlana Tikhanovskaya, se encuentra exiliada en Lituania. Han pasado más de 100 días desde que empezaron las protestas y Lukashenko sigue en el poder.


Protestas en contra de Lukashenko en Bielorrusia. Foto: Deutsche Welle.

Vamos ahora a nuestro país vecino en el sur. Las manifestaciones iniciaron para manifestarse contra el alza de los costos de vida en el país, exacerbado por el incremento de precios de tiquetes del metro. El 18 de octubre de 2019, se reportaron varios actos de vandalismo, incluyendo la quema de 80 estaciones del metro, de las cuales 11 quedaron totalmente destruidas. El presidente chileno, Sebastián Piñera, ha estado tan desconectado con el contexto de su país que, durante una de las manifestaciones entre estudiantes y carabineros, se encontraba en un restaurant italiano ¿Ántero 2.0?. Dentro de las protestas que ocurrieron en dicho mes, al menos 19 personas murieron y más de 3,100 se encontraban detenidas. Luego de la presión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en investigar las muertes, Piñera tuiteó que había escuchado el mensaje y que le rogaba a Dios para que juntos, puedan trabajar para tener un futuro mejor. Podemos concluir que, no se ha producido mucho avance, dado que este mes, se volvieron a dar más protestas. En otro contexto,  dos oficiales atacaron a dos menores de edad en un hogar para niños y adolescentes .

En Colombia, también se ha venido generando manifestaciones en contra del gobierno del presidente Iván Duque. Éstas buscan la mejora de la infraestructura de salud, ayuda al pequeño empresario y un salario mínimo para los desempleados. En setiembre, se reportó que al menos 7 personas habían fallecido en las protestas que se dieron en la ciudad de Bogotá. Uno de esos decesos causó ira en la población y una nueva ola de reclamos, pues fue causado porque la policía electrocutó repetidamente con Tasers a un hombre. Similar al caso de George Floyd, hay un vídeo de Javier Ordoñez, gritándole a los oficiales que se estaba ahogando.

Protestas en Colombia. Foto: El Público

En Brasil, se dieron manifestaciones en junio manifestando un rechazo al manejo de la pandemia por la administración del presidente Jair Bolsonaro. Se buscaba su renuncia y se le llamó una amenaza para la democracia, cuando se reportó que, en 7 días, se habían presentado 259,105 nuevos casos de infectados. Al igual que en los otros países, la represión violenta de la policía generó más caos y más gente se unió a las protestas. El 20 de noviembre, las manifestaciones se volvieron a presentar por la muerte de dos jóvenes en un supermercado a manos de dos miembros de seguridad del local, uno de los cuales era oficial de la policía militar. Las protestas nuevamente surgieron, exigiendo la renuncia de Jair Bolsonaro, quien ha declarado que considera que el racismo no existe en Brasil.

Protestas en Brasil. Foto: Atalayar

Pero, ¿por qué tanta violencia?… Un artículo de abril de The Economist señaló que ese podría ser un resultado más de la pandemia, una crisis que aumentaría o resaltaría las desigualdades sociales. ¿Y qué podemos concluir de todo esto? Que no somos el único país que se vio sumido en protestas. Debemos sentirnos con suerte que el gobierno de facto de Merino no llegó a más, aunque lamentablemente nos costó la vida de Inti y Bryan, héroes que tuvieron que dejarnos para lograr un cambio y sentir que nuestra voz realmente se hizo escuchar. Así que, cada peruano debería sentirse con esperanza de que algo mejor viene.

Edición: María Fernanda Tumbalobos