No es un secreto que Asia tiene las ciudades más grandes del mundo. Los 38 millones de habitantes en Tokio son una buena explicación de por qué esta sería la primera ciudad que quisiera atacar Godzilla cuando se despierte. A pesar de ello, la población de esta ciudad está disminuyendo rápidamente debido a una combinación entre una baja tasa de natalidad y una estricta política migratoria. Así, cabe hacerse una pregunta: ¿dónde atacaría Godzilla en el año 2050? El analista urbano Wendell Cox, en su sitio Demographia, recopila una lista de las áreas urbanas más pobladas. Si bien India y China cuentan con ciudades enormes, ninguna llega a exceder los 30 millones de habitantes. En este artículo, hablaremos del segundo lugar en esta lista.

A pesar de que, según estadísticas oficiales, los límites de la ciudad sólo encapsulan alrededor de 10 millones de habitantes, el área urbana alrededor de esta asciende a unos sorprendentes 34 millones. Hablo de Jakarta, la capital de Indonesia. En vista de todos los problemas que puede causar la sobrepoblación en países en desarrollo, se ha presentado un ambicioso plan para mudar la capital a Borneo, la tercera isla más grande del mundo. A continuación, centraré el foco de este artículo en analizar los pormenores de dicha propuesta.

En primer lugar, no era muy buena idea elegir a Jakarta como capital de Indonesia. Ser el centro administrativo de un país tan grande requiere de una sólida infraestructura, la cual es incompatible con un terreno pantanoso como en el que se sitúa esta ciudad. Además, el Estado no contaba con los recursos para pavimentar las calles que iban a recibir al enorme flujo de habitantes. El resultado ha sido la formación de barrios precarios que pueden ser mucho más problemáticos que las favelas. En ausencia de redes de tuberías, los habitantes han empezado a drenar los pozos de los alrededores. Y, además de la insalubridad que esto significa, lógicamente también presenta un riesgo de catástrofe ecológica, por lo cual una de las ciudades más grandes del mundo se está hundiendo 15 cm anuales.

Si estimamos la extensión de estos barrios como todo el territorio fuera de los límites oficiales, una simple resta nos indica que son 24 millones de personas que viven en zonas como esta

Pero las preocupaciones ecológicas no son el único factor detrás del cambio de capital: el país es ingobernable. Desde tiempos coloniales era un dolor de cabeza para los holandeses hacerse cargo de la administración y luchar contra las rebeliones. Si bien Jakarta servía como un centro administrativo y financiero de Java -donde se sitúa más de la mitad de la población de Indonesia-, el resto del país es fácilmente descuidado debido a la geografía del país, la cual requiere de una fuerte red de control marítimo. Así, el control del país podría hacerse más sencillo desde una posición más central como Borneo. La nación vecina de Malasia, que solo comprende la península de Malaya y parte de Borneo, si bien no es ninguna Suiza, tiene un nivel de institucionalidad sustancialmente más robusto, por no hablar de la utopía neorreaccionaria de Singapur.

Lamentablemente, a pesar del optimismo del presidente de Indonesia, Joko Widodo, frente a este plan, yo sigo un poco escéptico. Acá viene una pista de mi motivo: es un ranking que vas a ver en todas partes el 2021. La respuesta es la lista de los 10 jefes de Estado más corruptos, medidos según el dinero que robaron durante su mandato, según las estimaciones de Transparencia Internacional. Y si vas a ver esta lista en todos lados es porque el octavo lugar lo ocupa Fujimori, quien le robó 600 millones de dólares al Estado peruano. Pero el primer lugar, que equivaldría a tener decenas de Fujimoris en el poder, es Suharto, el segundo presidente que tuvo Indonesia. Por lo tanto, no es una exageración decir que Indonesia es la Mecca de la corrupción. Como tal, la puerta siempre está abierta a que una empresa como Odebrecht termine a cargo de construir la nueva capital.

El problema de la infraestructura en países en desarrollo no nos es ajeno. Por un lado, es probable que la construcción de una nueva capital agrave el problema de la corrupción. Pero no por ello hay que dejar de considerar que sin una infraestructura adecuada los mecanismos de supervisión y fiscalización pueden verse obstruidos debido a los mayores costos en telecomunicaciones. Los tiempos de transporte bajo los planes de infraestructura del presidente Widodo ya se han reducido a la tercera parte, y sería un error ignorar la importancia que esto tiene en la gobernabilidad pública. De otro modo, las islas fuera del área que es posible supervisar desde Jakarta podrían tener problemas institucionales que se estén dejando de lado, lo cual limitaría seriamente el desarrollo de la periferia oriental.

Y tampoco es como que en Jakarta no falte la infraestructura. El 2019 recién inauguraron su primer metro.

Edición: María Gracia García