Tras la propagación del coronavirus, la incertidumbre ha alcanzado a las economías de todo el mundo. Según el FMI, esta recesión global sería incluso peor a la ocurrida en el 2008. La situación ha obligado a los gobiernos a tomar medidas singulares, tales como cuarentenas obligatorias y ciertamente, las consecuencias han sido estancamientos económicos. En el país, se han establecido 28 días de cuarentena sí lo sabemos ya no aguantas, 28 días en los que empresas han detenido su producción y por ende una dinámica de consumo que solventa familias. Entonces, ¿Estos días de relajo confinamiento social son necesarios a pesar del costo que implica?

IMPORTANCIA DE LA CUARENTENA: FACTOR R0

En el ámbito de la salud pública, el factor R0 es de suma importancia, dado que mediante este se puede medir la velocidad en la que se propaga una enfermedad. ¿Cómo funciona? Estudia en sí el cómo un individuo infectado puede vulnerar a otros y de esta manera incrementar el número de contagiados. Por ejemplo, si el factor R0 es igual a 2, una persona contagia a 2, estas dos contagiarán a otras 2 y así el número de infectados crecerá exponencialmente. La pandemia funciona de esa manera. Sin embargo, si este factor es menor a 1, se podría garantizar una disminución en el número de casos hasta reducirlos a 0.

En ese sentido, el estado ha optado por usar una de las medidas más agresivas para garantizar este distanciamiento entre nosotros, la cuarentena. De esta forma, podríamos evitar que el virus se propague violentamente y con este un colapso en los establecimientos de salud. 

Países como Alemania y Corea del Sur han hecho frente a esta pandemia de una forma extraordinaria. Además de contar con un buen sistema de salud, el método de diagnósticos masivo ha funcionado tan bien que, Alemania ha registrado una tasa de mortalidad del casi el 0.4% y Corea de un 0.6%, a pesar de la cantidad de casos detectados. Lamentablemente, la institucionalidad del país y el diseño del sistema de salud, no hace viable este método y la única solución, para un país tercermundista como el nuestro, es el aislamiento.

PERO ¿QUÉ PASA CON NUESTRA ECONOMÍA?

Nuestro país se caracteriza por tener una economía pequeña y abierta. Es decir, nuestro crecimiento depende del panorama internacional y esta crisis nos golpearía así no existiera un paciente cero. Las muestras recaen en crisis tales como las de 1983, 1990 y 2008, donde el precio de materias primas, salida de capitales y el aumento del tipo de cambio impactó en el PBI.

Esta crisis, sin embargo, nos golpea internamente de una manera más directa. De forma sencilla, las empresas no producen, no venden y los trabajadores no obtienen ingresos. Según el informe del IPE (Instituto Peruano de Economía), ante la declaración del estado de emergencia, el 50-55% del PBI se paralizaría.

Pues, son muy pocas las áreas de producción que no se han detenido por completo, como el sector agropecuario (exportaciones no se paralizaron) y la minería (solo operan con un 25% de su personal). Según Semana Económica, se aproximaría una recesión luego de 22 años de crecimiento sostenido y en el panorama desalentador que nos dibuja Waldo Mendoza (doctor en economía de la PUCP), la caída que se prevé a nuestro sistema económico comprende, por lo menos, dos dígitos (aún es incalculable) y en tres o cuatro meses es cuando podríamos pensar, recién, en una reactivación económica.

EL PAPEL DEL ESTADO Y NUESTRO

En esta situación, el estado cumple un rol importante, Keynes estaría feliz pues no nos dejarían morir en el largo plazo. El sector informal sería el más golpeado para hacer frente a esta coyuntura (entre octubre del 2018 y setiembre del 2019 se registraron 12,95 millones de trabajadores informales a escala nacional) eso se traduce en familias sin ingresos para vivir el día a día, por lo que el gobierno ha planteado políticas que nos permitirían resistir al aislamiento social.

Por ejemplo, el bono de 380 soles a familias vulnerables que hace poco se duplicó para la segunda parte de la cuarentena. Asimismo, el retiro de hasta 2400 soles de las CTS y la suspensión del importe de abril a las AFP, así como un retiro no recomendable de hasta 2000 soles por parte de trabajadores que no hayan aportado en los últimos 12 meses. Luego, las facilidades que se les da a las pymes con préstamos y un subsidio de 35% a la planilla para trabajadores que tienen un sueldo hasta 1500 soles, entre otros.

Todas estas iniciativas suponen un fuerte gasto fiscal (12 puntos del PBI) que, gracias a nuestras reservas, podemos solventarlas. Podemos ser testigos de que, en medio de dificultades y en términos comparativos, se está haciendo lo mejor posible, sin poner en riesgo nuestra salud y el de los más vulnerables. Por lo pronto, el Perú tiene pendiente reactivar la economía en cuanto se controle la propagación. La curva se aplanaría a fines de la segunda semana de abril, según Apoyo Consultoría. Mientras más rápido la contengamos, más temprano podremos salir a flote. Con esa lógica, debemos limitarnos a seguir las disposiciones del gobierno, porque esta lucha es de todos.

Fuente: APOYO Consultoría

DECISIONES DIFÍCILES

Países como Estados Unidos, Suecia y Brasil han tomado decisiones arriesgadas al pretender reducir el impacto económico con medidas poco severas. Aún no se puede determinar si las medidas liberales que toman estos países son las más eficaces; sin embargo, se juzgará si aquellas fueron las correctas. Estas posturas opuestas reflejan lo complicado que es tomar una decisión en estas circunstancias, que ponen en riesgo vidas. Tal vez, las muertes de una recesión económica no sean reflejadas tan visiblemente mas que en el largo plazo. Yace en la incertidumbre lo dramático de este tipo de costos.

Editado por Isabela García.