Se acerca San Valentín y, con esta fecha, llegan las rosas rojas, las cajas de chocolates y los osos de peluche, además de los innumerables posts en Instagram de parejas felices tu relación tóxica no cuenta. En este día, la gente se divide en dos bandos: los que lo celebran con su pareja o amigos, y los que no quieren tener nada que ver con el tema. Pero ¿de dónde sale esta fecha?

Le agradecemos la celebración del amor a un médico romano llamado Valentín que se convirtió en sacerdote y decidió unir a parejas en matrimonio. Ahora pensarán, ¿qué tiene esto de especial? Pues en esa época, el emperador Claudio II prohibió el casamiento, ya que creía que los soldados solteros y sin hijos se desempeñaban mejor. Una vez descubierto, San Valentín se negó a dejar de ayudar a los soldados, por lo que fue condenado a muerte. En prisión, le dio clases a Julia, la hija del carcelero, quien rápidamente se volvió muy cercana a él. Antes de morir, le dejó una carta, la cual firmó “tu Valentín”. A partir de esto es que se estila, especialmente en países anglosajones, referirnos a nuestro significant other como “nuestro Valentín”.

Por más inofensiva que parezca, esta fecha podría ser la causa de que se arme una hecatombe en tu relación WHAT?. Sí, la psicología ha encontrado, a través de los años, evidencia que muestra que esta fecha sirve como catalizador para romper con alguien. La principal razón es que esta fecha viene con altas expectativas y, cuando la realidad no iguala lo que teníamos en mente, terminamos decepcionándonos.

Además, en esta era de redes sociales, es especialmente difícil evitar compararnos. Esto se deriva de la teoría de la interdependencia inicialmente desarrollada por John Thibaut and Harold Kelley en 1959,  que nos dice que la satisfacción que siente una persona está basada en dos cosas: cómo su relación se compara con lo que anhela recibir y cómo se compara su pareja con respecto a las alternativas disponibles el ganado. Estas comparaciones generalmente nos hacen caer en el sesgo de correspondencia: nuestra tendencia de explicar el comportamiento de las demás personas valorando de más los motivos personales que los externos. Para entenderlo mejor, planteamos el siguiente caso:

Tenemos una amiga que celebró el 14 de febrero en París, mientras que nosotros salimos a cenar. Instintivamente, al ver las fotos, pensaríamos que sus fotos son un ejemplo del día a día de su increíble relación, a diferencia de nuestra cena, que fue un detalle que se da solo ese día. De la misma forma, sentiríamos que nuestra cena fue de obligación o que normalmente no tendríamos esos detalles; en lugar de pensar que tal vez, en ese momento, tenemos otras prioridades.


Asimismo, por las fuertes campañas publicitarias, tendemos a pensar más seguido en temas relacionados al amor. Esto nos lleva finalmente a cuestionar más seguido los problemas que tengamos con nuestras parejas, convirtiendo a San Valentín en un magnificador de defectos. Además, nos hace enfocarnos en esa fecha específica, perdiendo de vista los detalles diarios que son la base de una relación duradera. Según un estudio realizado por los Gottman, pareja de psicólogos y autores estadounidenses, observando los detalles que se tienen de manera constante en una pareja, se puede predecir con 94% de efectividad si lograran quedarse juntos en el futuro.

Por último, tenemos como driver la teoría del apego, que en este contexto se divide en dos componentes: avoidance y anxiety. El primero está enfocado en las personas que tienen mucha seguridad en sí mismas, lo cual las lleva a perder la confianza en el resto y tienden a ser menos felices porque sus parejas no logran satisfacerlos. El segundo se centra en las personas que tienen poca seguridad y buscan en una pareja la solución a sus problemas, lo cual termina por llevarlos a la infelicidad cuando en la realidad no se cumplen sus expectativas. Ambos son extremos de un mismo espectro dentro de las relaciones intrapersonales; dependiendo de dónde nos ubiquemos, el día de San Valentín nos afectará de diferente manera. La solidez, el tiempo y la confianza que tengamos con nuestra pareja también nos ayudará, a sortear los efectos de esta fecha.

Finalmente, el día de San Valentín no tiene que ser necesariamente malo para todas las parejas. Sin embargo, sirve para potenciar los problemas existentes que podamos haber acumulado y nos obliga a atenderlos, sea para resolverlos o, en caso no tengan arreglo, terminar la relación thank you next. Así que ya saben, si su pareja sherete quiere salir este viernes, piénsenlo dos veces. En caso quieran arriesgarse, su mejor opción es rezarle a San Valentín otherwise you´re cancelled.


Edición: Paolo Pró