Una de las películas peruanas más controversiales del año está por estrenarse. Y no, no hablo de Asu Mare 3 for god’s sake. Se trata de Caiga quien Caiga. Si a estas alturas no sabes de qué trata, te ruego que salgas de esta página, obviamente es acerca de mi tema tabú favorito de toda la vida para encender la candela en toda reunión familiar: Fujimori, Montesinos y la década de los 90. Basada en el libro del procurador anticorrupción José Ugaz, Caiga quien Caiga se estrenará este 23 de agosto.

Te contaría más sobre de qué trata precisamente, pero no gané ninguno de los concursos para el Avant Premier porque no soy influencer (aún). El dato que si les puedo dar es que este film ganó nada menos que S/ 198,000 otorgados por el Ministerio de Cultura en el marco del Concurso Nacional de Proyectos de Distribución de Largometraje 2018.

tenor

Esta película es la más reciente muestra de una larga tradición de expresiones artísticas nacionales que buscan repasar, retratar, estudiar y/o criticar todo lo acontecido en la década de los noventa. Es difícil calcular el número de obras realizadas sobre el Fujimorismo, tanto en libros, producciones cinematográficas o teatrales. Sin embargo, su existencia es fundamental para nuestra memoria colectiva. Aquí hacemos un breve repaso a algunas obras representativas.

Ciudadano Fujimori (1993, libro biográfico)

Escrito por Luis Jockamowitz, este fue el primer intento por dar a conocer el pasado del misterioso outsider que, contra todo pronóstico, ganó la contienda electoral del ‘90. Jockamowitz logró construir una apasionante historia sobre el entonces presidente a través de testimonios de familiares y amigos, de documentos legales, de declaraciones a la prensa y de una investigación sobre la colonia japonesa en el Perú.

Lo interesante de la historia presentada por el autor es que la desarrolla tanto en torno a la vida de Alberto, como también en torno a la vida colectiva de la colonia japonesa en Perú y su relación con la política exterior de nuestro país. Imperdible obra que retrata al político más repudiado por unos, más admirado por otros, y sin duda el menos desapercibido no como tú, Alan, y tu voto pérdido.

Si estás interesado en leerlo, puedes comprarlo aquí.

ciudadano fujimori

 

Su nombre era Fujimori (2016, documental)

El cineasta peruano Fernando Vílchez construyó este documental a partir de material de archivo de los noventa, videos de la primera marcha por el colectivo “No a Keiko” y entrevistas a políticos, periodistas y analistas.

Por las expresiones de la voz en off que dirige este documental, podría pensarse que Vílchez está parcializado o que representa intereses de partidos contrincantes a Fuerza Popular. Lo cierto es que su documental está cimentado con documentos y fuentes sólidas.

El objetivo de publicar este documental, en vísperas de la última contienda electoral, fue de traer al presente y a la memoria colectiva la sucesión de hechos antidemocráticos del gobierno fujimorista de los 90. Para ello, emplea material de investigaciones que hicieron la Fiscalía de la Nación y la Procuraduría Anticorrupción.

Archivo Fujimori – Expediente Teatral (2018, obra de teatro)

Esta obra fue un proyecto de la Asociación Cultural Trenzar y Manada Teatros, en memoria a una joven periodista llamada Melissa Alfaro, quien murió al abrir un sobre bomba cuando trabajaba en el semanario Cambio.

Dividida en cuatro entregas o “archivos” teatrales de 15 minutos cada uno, la obra trata de delitos perpetuados durante el Fujimorismo, como interceptaciones telefónicas, utilización de diarios chica y el asesinato a la periodista Melissa Alfaro.

El colectivo teatral detrás de esta obra busca que se repliquen más iniciativas como la suya, para ayudar a seguir construyendo memoria.

archivo F

 

Orientaciones políticas a parte, algo que debemos resaltar sobre las obras peruanas que tratan la siempre controversial década de los noventa es que buscan contar la historia de los hechos con tanto fundamento como sea posible.

Remover de lo profundo los hechos de la historia y traerlos al presente, haciendo memoria colectiva, es un acto de responsabilidad que estas obras llevan a cabo con rigurosidad y valentía. Dejemos que el arte siga haciendo lo suyo, y consumamos más estas producciones para promoverlas y seguir teniendo esta fuente de historia que nos recuerde de dónde venimos, y que cosas nunca más se deben repetir.

Pd. Especiales gracias al Sr. Montecinos y la carta notarial más caradura de la historia peruana que envió a los productores de Caiga quien Caiga. Qué mejor cosa puede sucederle a una película peruana próxima a estrenarse que hacerse viral por semejante chiste anécdota.