Terminaron las celebraciones de Año Nuevo y todos comienzan a plantearse objetivos para el 2019. Muchos festejan juntos, acompañados de la familia, amig@s y novi@s. Pero, existen quienes no tienen suerte en el amor y se preguntan por si el 14 de febrero la pasaran solos y en estado Chihuán. Paradójicamente, muchos ya han pasado por relaciones que no pasan del mes o nunca firman o son firmados. Otros incluso ya ni creen si existe el amor.

¿Acaso estas experiencias y percepciones son señales del mercado de que el final feliz es solo un sueño? ¿Existe algún escenario en el cual se pueda tener pareja y ser felices para siempre hasta que Badabun los separe?

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Para nuestra curiosidad, existe un algoritmo que es capaz de emparejar personas de tal manera que al final de su proceso todas las personas que busquen una relación  puedan tener una y no exista posibilidad de que se separen.

¿Cómo funciona? ¿Es la solución para tus cinco años de soltería? Primero debemos hacer supuestos importantes:

En primer lugar, las preferencias son estáticas en el tiempo. Esto quiere decir que si a un individuo le gusta una persona sobre las demás, en el siguiente mes esto no va a cambiar. El otro supuesto es que las parejas a formar serán heterosexuales de tal manera que el resultado sea más simple.

Con esto hecho, estamos listos para saber cómo se puede obtener una relación que sea estable. La estabilidad se refiere a que a pesar de que una persona pueda sentir más atracción por otra que la actual pareja, si  intenta ir con “el otro/otra” este terminará por no hacerlo  ya que la trampa está feliz con su relación y rechazaría cualquier movimiento, y por lo tanto no tiene mejor opción que la pareja asignada por el algoritmo.

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Para explicarlo se debe imaginar un escenario con una cantidad “n” de hombres y “n” de mujeres (de tal manera que todos tengan pareja). Además, es importante designar un grupo que “proponga” y otro que es “propuesto”. En contra de las convenciones tradicionales, se plantea que las mujeres son las que buscan activamente a los hombres para tener una relación. Asimismo, cada persona, debe tener una lista de preferencias  en la que ordenan de mayor a menor intensidad a las personas del grupo contrario.

Entonces empieza el primer día. En este las mujeres buscan al hombre que va primero en sus listas y se les declaran. Acto seguido, los propuestos deben, en base a su orden, quedarse con la chica que se encuentre más arriba en sus preferencias. De este modo, se tendrán algunas parejas tentativas para ser estables y varias mujeres rechazadas #laurasad. En el segundo día este grupo debe buscar a los hombres que están segundos en sus listas.

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Así ocurren dos escenarios. En el primero algunas mujeres se declaran a hombres solteros y se forman nuevas parejas tentativas. En el segundo, hay hombres con nuevas babies que deben rechazar si ellas están más arriba en su lista de preferencias o de otro modo, rechazar a algunas.

Si seguimos este proceso por varios días hasta que ya no existan personas solteras habremos encontrado un grupo de parejas que tienen la propiedad de ser estables (Lo cual se puede demostrar y queda como ejercicio para el lector). ¡Entonces sí existe esperanza para tu vida amorosa!

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 No solo eso, además hay dos teoremas sobre el resultado del algoritmo:

  • Para el grupo que propone, se le asigna a sus miembros su mejor pareja posible.
  • Para el grupo que recibe propuestas, se le asigna a sus miembros su peor pareja posible.

Estos conceptos indican que al correr el algoritmo siempre habrá un grupo “perjudicado”. Es importante conocer las aplicaciones de estas ideas en la vida real. Por ejemplo, en Estados Unidos, para emparejar hospitales y egresados de medicina que buscan experiencia laboral, se usa el algoritmo. Inicialmente, se trataban a los centros médicos como los que elegían y por lo tanto se les consideraba “beneficiados” por el sistema. En otro momento se decidió invertir el orden del experimento para lograr el resultado inverso en el que los médicos toman ventaja.

Así, la conocedora de las preferencias individuales –economía- puede, mediante el algoritmo, emparejar a aquellos seres solitarios que piensan que no existe final feliz. Esto demuestra el potencial para agrupar dos tipos de agentes de cualquier tipo de forma estable para su uso en políticas públicas como en asegurar una distribución óptima de recursos.