Si hay algo que asociamos con la sociedad de Medio Oriente, es la injerencia de la religión en la sociedad civil. No ha habido ningún caso de un gobierno secularista que no haya estado en conflicto con los valores tradicionales de la población. Vale la pena hacerse una pregunta: ¿están las naciones condenadas a tener el tipo de gobierno que tienen?

En una región llena de gobiernos teocráticos y gobiernos nacionalistas autoritarios, por mucho tiempo Turquía fue el ejemplo de que la democracia secular era una posibilidad en Oriente Próximo, de que la cultura tradicional islámica podía hacerse a un lado para generar una sociedad próspera y moderna. Si bien en teoría ha sido casi un siglo en el que Turquía puede funcionar de este modo, una rápida revisión de los golpes de Estado nos demuestra que, en realidad, este modelo nunca llegó a recibir aceptación total, sino que ha tenido que mantenerse a través de militares que terminan deponiendo candidatos islamistas elegidos democráticamente, después de lo cual permiten gobiernos civiles más afines a un sistema occidental de gobierno.

Aunque algunos estén familiarizados con la ideología panarabista, que cogió poder en la región gracias al mandato de Nasser en Egipto y su influencia en la formación del nacionalismo árabe, el origen del modelo secular turco es un tanto más antiguo. Este fue impulsado principalmente por Mustafa Kemal Atatürk, un militar otomano quien había participado de los Jóvenes Turcos, un movimiento secularista que había logrado restaurar la monarquía constitucional en el Imperio Otomano. Atatürk continuó su carrera militar en la Gran Guerra y la Guerra de Independencia Turca. Como sabemos que esta no te la enseñaron en el cole, se trató de lo siguiente: como el sultán Mehmed VI ya no gozaba de mucho más que un rol ceremonial, tras la repartición aliada de territorios otomanos ambos lados resolvieron sus diferencias al identificar a los nacionalistas como su enemigo común, a tal punto que el Sultán mandó una fatwa que llamaba a asesinar a los líderes revolucionarios. Este hecho es de especial relevancia para la idea de un Estado secular en Turquía.

 

Hola, soy el Imperio Otomano y esto es Jackass

Hola, soy el Imperio Otomano y esto es Jackass

Para tal momento, se sabía de la colaboración del califato con los poderes imperialistas; por tanto, en la sociedad turca se relacionó la estructura monárquica de gobierno con una traición a la nueva idea de nación que, en línea con las doctrinas europeas, ya no dependía de una dinastía, sino del pueblo. Este concepto fue base de lo que Atatürk implementó en su gobierno, en una ideología que terminó llamándose kemalismo. No sólo se ratificó el cambio a formas de autoridad más modernas y seculares, sino que también se modernizó la economía e incluso los derechos de las mujeres, a quienes se les otorgó acceso a la educación, tanto básica como superior, y se incentivó que puedan participar en el ámbito laboral. Todo esto fue entre los 20s y los 30s, antes de que el feminismo de segunda ola empezara a exigir tales derechos en Occidente.

Hagamos un salto en el tiempo al presente, el gobierno de Erdoğan está erosionando el legado secular de más de un siglo y está reprimiendo las libertades civiles. Cabe preguntarse cómo es que sucedió esto. Como ya fue mencionado, ha habido antes intentos de retroceder todos estos avances, pero fueron frustrados por el Ejército, en el cual podemos decir que Atatürk dejó su huella. Como bien recordamos, el 2016 hubo un intento militar de golpe de Estado, tras lo cual se escribió una nueva Constitución. Entre los cambios, se le está dando más discreción al Poder Ejecutivo sobre las actividades militares, lo cual parece muy conveniente luego de revisar quiénes han protegido el secularismo turco con mayor dedicación.

 

Cuando el Ejército hace un golpe de Estado y el tío SMS hace una nueva Constitución que le da más poder sobre el Ejército

Cuando el Ejército intenta tomar el poder y el tío SMS hace una nueva Constitución que le da más poder sobre el Ejército

Pero no es sólo Turquía; si revisamos los grupos seculares exitosos en Medio Oriente estos tienden a venir desde el Ejército. Gamel Abdel Nasser, Saddam Hussein, Yasser Arafat y los Assad no son más que los casos más relevantes de una tendencia que nos indica que hay algo más. Tomemos como caso de estudio a Siria, donde podemos observar bien cómo es que cambia la posición social de las mujeres y minorías religiosas entre las áreas ocupadas por la dictadura y las que ocupa el Ejército Libre Sirio. Entonces, la única forma de que las creencias religiosas no interfieran con una sociedad moderna es a través de las armas para reprimir las costumbres y tradiciones retrógradas. O es eso, o un cambio cultural que hemos visto cómo puede tomar siglos para observar los primeros cambios que sean transversales a la sociedad. Y a menos que la biotecnología descubra cómo hacernos vivir trescientos años, probablemente no veamos eso en Medio Oriente.
Si es que nos causa desconcierto este contraste, probablemente sea porque hay características sociales que asumimos como “valores democráticos”, y al ver que no tienen mucho de democráticos (pues Erdoğan y otros líderes islamistas fueron elegidos democráticamente) hay una disonancia cognitiva. Puede que para muchos la historia política de Medio Oriente sea extraña por todas estas paradojas, pero a veces no nos damos cuenta de cómo es que nuestra sociedad tiende a parecerse. ¿Acaso nuestras elecciones no fueron democráticas cuando nuestro Congreso fue dominado por los sectores más conservadores de la política? Podemos decir mucho de la señora K, pero no que no tiene apoyo popular.