“La corrupción es hoy una pandemia que todo invade, que todo pervierte”

José Vidal Beneyto, 2009

Según el Barómetro Global de la Corrupción en América Latina y el Caribe 2019, la mayoría de ciudadanos sostiene que la corrupción está empeorando en su país y que su gobierno está teniendo un mal desempeño en la lucha contra este fenómeno. Uno de los casos más destacados es Lava Jato, caso que abarca tanto a la derecha (grandes empresarios de la construcción) como a la izquierda (Lula, Kirschner, Maduro, Ortega). Así también, el caso “Zapata” en Bolivia, un hecho que envuelve el tráfico de influencias de una expareja de Evo Morales que, como representante de la empresa china CAMC, firmó contratos con el Estado por 500 millones de dólares. En Ecuador, las denuncias iban desde tener las carreteras más caras del mundo hasta derroches que limitaban con lo absurdo. Dos etiquetas que parecían ser opuestas entre “derecha” e “izquierda”: “kcorrupción” y “comunismo” ¿Es que acaso ser corrupto es exclusivo de alguna ideología política?

Corrupta antigüedad

Foto: Cordon Press / The Granger Collection, Nueva York

Según Laporta (1996), las cinco prácticas de corrupción más comunes son: soborno, extorsión, arreglos, alteraciones fraudulentas del mercado y fraudes. Por la antigüedad, se le concede como un acto natural del ser humano; sin embargo, ¿se sabe cuál fue el primer caso documentado por corrupción? No, pero algunos historiadores se remontan hasta el reinado de Ramses IX, en el cual habían descubierto negocios sucios entre profanadores de tumbas y un funcionario del faraón.

Los romanos tampoco eran ajenos a esta práctica. El gobernante caminaba con una gran cantidad de “clientes”, mientras más grande su corte, más admirado y, para encontrar trabajo, debías recurrir a “contactos”. Sabino Perea, autor del libro: La corrupción en el mundo romano, describe que, con todo, la corrupción estaba mal vista. Para los romanos, el honor era lo más importante en la política. Pues, para llegar a la cumbre, el candidato debía haber ocupado cargos, tener educación y proceder de buena familia y, si al término del mandato, el gobernador se enriquecía, este debía devolverlo todo. Asimismo, había dos severas penas: una era exilio y la otra el suicidio. El último era el más recomendable, porque al menos lograbas mantener tu honor. Sin embargo, existía la doble moral: desviar recursos públicos era reprochable, pero en los negocios era normal.

Corrupción de la democracia

Si bien el servicio público es ejercido por instituciones políticas y estructuras burocráticas, y ambas están a cargo de las funciones de creación y ejecución de políticas, es pertinente establecer la distinción entre corrupción política y administrativa. La diferencia recae en que los actores principales son, en la primera, los políticos y, en la segunda, los burócratas.

Fuente: El Telégrafo

Las modalidades de corrupción política sugieren actos vinculados a la mala administración, delincuencia organizada y al clientelismo. Este último calificado como “bastard patronage” (Moss, 1995), el cual es un tema de eterna actualidad en el Perú del que se sabe poco. En nuestro país, esta cultura clientelista es más arraigada pues un político peruano es consciente de que su éxito se basa en aptitudes y vocación redistributivas, en vez de ideas o programas. En consecuencia, se impide contar con una eficiente administración pública. Michel (1998) extrae este tipo de conclusiones a partir de los casos de corrupción denunciados en empresas públicas chilenas desde 1990. Según el estudio, se constataría la existencia de redes de contacto partidista donde priman los profesionales militantes, que basan su carrera en la obtención de cargos de esta forma y organizan actividades ilícitas en la administración pública.

El impacto político de la corrupción debilita la democracia y gobernabilidad, Morales (2009) explica que la victimización por corrupción se relaciona de manera directa con los niveles de legitimidad democrática. Puesto que, es más probable que un ciudadano afectado directamente por la corrupción tienda a elegir otro régimen, debido a su cambio de un apoyo “concreto” a un apoyo “difuso”. La percepción de la política per se es alterada, de ser vista como un rol altruista se transforma en un espacio en el cual obtienes beneficios. Así, el aumento de los casos de corrupción y la percepción ciudadana afecta a las instituciones.

índice de percepción de la corrupción 2020

Correlación cero

Daniel Kauffman, pionero en la lucha contra la corrupción a nivel mundial, analizó la tendencia ideológica de los gobiernos de turno y descubrió que la correlación entre las tendencias ideológicas y los índices de corrupción era cero. Es decir, que había la misma probabilidad de que un gobierno de izquierda o derecha sea corrupto. La corrupción no distingue ideologías y buscar una corrupción cero es una utopía, pero sí se puede lograr que esta sea vista como una práctica de grupos desviados. Tal como lo dice José Ugaz, la lucha contra la corrupción no está perdida y no puede estarlo porque esta clase de discriminación estructural termina impactando en los derechos y calidad de vida de los grupos más vulnerables.

Edición: Camilla Chirinos