Es un viernes en la noche, acabas de salir del trabajo y te provoca ir por una hamburguesa. No, no quieres un Papacho’s; tienes, en realidad, ganas de un McDonald´s. No sabes exactamente la razón pero es a dónde te quieres dirigir. Entras, haces de pedido y terminas frente a la vitrina de juguetes de las “cajita feliz”, contemplando #LikeABaby.

¿Alguna vez te has preguntado por qué McDonald´s vende la “cajita feliz”? ¿Cuán rentable es? Bueno, ciertamente debe tener un margen; sin embargo, ¿de cuánto hablamos? El precio de una cajita es igual o hasta superior, a la de un combo, usando casi la misma cantidad de insumos pero con este juguete adicional. ¿Entonces por qué? ¿Por qué vender cajitas felices? Bueno, probablemente más de una razón pero lo innegable: marketing con un retorno futuro.

La estrategia está en acostumbrar al niño de manera que en un futuro, inconscientemente, compre, no necesariamente la cajita, pero sí un producto que le “recuerde” el momento “feliz” #OMG. Algunos llaman a esto manipulación, otros prefieren la palabra “influencia” de la sicología comportamental. Como sea, parece tratarse de una mala práctica del marketing que, en pocas palabras, “juega” con la mente humana.

Marketing_manipulacion

Cada vez nos enfrentamos a más casos y no parecemos reaccionar hasta que explote; solo veamos cómo la vaquita pura vida, que nos habían hecho creer que era purísima y buena para toda la vida, resultó ser cero pura. Y así sin más, esa lovemark al tacho… ¿Cómo seguir confiando si nos traicionan? Y la cosa se vuelve cada vez más y más grave. Existe un tipo de manipulación que inclusive va dirigido directamente a los niños. En la etapa donde son más vulnerables a adicciones y fáciles de influenciar, ahí es donde empieza todo.

Ahora, uno podrá decir que es decisión propia y que debe saber discernir entre manipulación y lo que uno realmente quiere; sin embargo, es claro que a veces algunas decisiones de los seres humanos no son 100% racionales #AunqueQueramosCreerQueSí y se apoyan mucho por lo emocional y lo inconsciente.

Entonces, ¿cuáles son los límites? ¿No debería haber una ley que regule y proteja al consumidor? Y con esto no me refiero a una pequeña multa después de haber hecho el daño, sino una ley que realmente pueda prevenir una manipulación por parte de las empresas. ¿O acaso es correcto que una gigante se aproveche de los demás en beneficio de uno y que no exista ninguna ley que lo prohíba? #NoSeñor

Manipulacion en marketing

Sin embargo, existe una cuestión que se debe tomar en cuenta, ¿hasta qué punto el marketing deja de persuadir y empieza a manipular? Definitivamente una materia difícil de fijar. ¿Cómo ser objetivos y condenar solo aquello que es realmente manipulación? Martin Lindstrom (2015), experto en marketing, nos dice “La frontera es muy fina, y quizá cambiante a cada momento. Ese es el problema, (…) depende del contexto.” ¿Entonces cómo?

Es claro que debe haber cierto límite y una ley que regule la manipulación; pero, tal vez lo concerniente es fijar uno donde todos podamos estar de acuerdos que se trata de manipulación y que resulte ser, en última instancia, una ley para el bien común. Tal vez, entonces, toca primero que cada uno se pregunte de vez en cuando acerca de lo que compra y por qué lo compra.

Nota: Este artículo no pretende transmitir que el marketing equivale a manipulación, pero sí que una mala práctica podría inducir a ello.