Por supuesto, siempre creemos en la racionalidad de nuestros actos. Por fin lograste llenar tu alcancía para irte de viaje a tu lugar soñado o comprar el carro que tanto querías… o al menos eso pensabas. Pero, ¿realmente ahorraste “óptimamente”? ¿Las cuentas que llevas en tu cabeza están realmente bien?

Así como el de Homero, tú cerebro podría ser igual...

Así como el cerebro de Homero, el tuyo podría verse igual…

Muchas personas utilizan el mental accounting para llevar los cálculos de su vida diaria. Es esa acción que hace tu cerebro día a día para clasificar tu dinero de manera diferente. Estamos constantemente evaluando el beneficio marginal con el costo marginal de nuestros actos y creemos que cada decisión que tomamos es la “correcta”, después de todo, somos seres racionales, ¿o no?

Esto es lo que pasa en tu vida diaria

Esto es lo que pasa en tu vida diaria

A continuación, te describiré unos cuántos ejemplos para demostrarte que, de hecho y nuevamente, no existen personas enteramente racionales en este vasto mundo. No, no importa que seas el/la más tacañ@ de tus amigos o el/la que aprovecha todos los descuentos en las tiendas. Tarde o temprano terminas siendo un ser irracional, guiado por tus espíritus animales (siempre presente Keynes).

Ejemplo número 1: Pagos con tarjeta

Supongamos que vas a comprar a Plaza Vea, escoges un montón de productos y apenas miras los precios que tienen. Sí claro, se parecen a los de mercado, apenas unos cuantos céntimos de diferencia, qué importa que el halls este 0.50 más o el pan 1 sol más, total, al fin de cuentas pagarás con tu tarjeta. Ahora, imagina que vas a comprar exactamente lo mismo, pero a la bodega, donde solo aceptan efectivo. Mmm, efectivo, ese billete de 10 soles que ahora cargas contigo… Bueno, realmente no necesitabas comprar tantas galletas de chocolate, ¿o sí? ¿Por qué nos duele pagar más cuando es efectivo?

Un experimento similar se realizó con alumnos de Princeton y se descubrió que de hecho la gente tiene una mayor disposición a pagar cuando paga con tarjeta que con efectivo. ¿La razón? Nada más que pura irracionalidad, el dinero que tienes en tu cuenta no es visible, no es palpable, qué más da gastar 10 o 20 soles en plaza vea, total, pago con visa. Pero una vez que has sacado ese dinero del cajero y quieres gastarlo… como que las piensas más, ¿o no?

Si este bias quieres evitar, quemar tu tarjeta deberás...

Si este bias quieres evitar, quemar tu tarjeta deberás…

Ejemplo número 2: Descuentos

Ahora te voy a dar un par de ejemplos. Supongamos que vas a una tienda y venden un libro que buscas a 20 soles. Sin embargo, sabes que 8 cuadras más abajo puedes conseguir el mismo libro por 15. ¿Qué? ¿Cómo dices? ¿25% de descuento? Dudo que muchos de ustedes no se animen a bajar esas 8 cuadras para conseguir ese descuentazo ¿no? Ahora, supón que quieres comprar un libro diferente, en esta tienda esta 100 soles y 8 cuadras más abajo esta 95. Bueno, solo 5% de descuento y además tienes que caminar más, ¿vale la pena? Dudo que muchos se animen a ir. Pues bueno, nuevamente tu mente te juega en contra. Tendemos a pensar tanto en términos relativos que, a pesar que te ahorres el mismo monto (o sea 5 soles), nos desanimamos y simplemente prefieres no ahorrar ese dinero en el segundo caso y si en el primero.

Tú cada vez que obtienes un

Tú, cada vez que obtienes un “descuento”

Ejemplo número 3: Tu alcancía del “ahorro”

Todos hemos tenido nuestra alcancía de chanchito para ahorrar, aunque muchas veces no duro nada por esa “emergencia” que tuvimos. Sin embargo, todos tratan de guardar algo de dinero en su cajón o en algún escondido para que no te acuerdes que lo tienes y así no lo puedas gastar. Gano mi sueldo, pero siempre guardo unos 50 soles por ahí puede ser más, pero claro, yo no soy rica para ahorrar. Pero, ¿por qué la mayoría de gente hace eso y sigue gastando dinero de sus tarjetas de crédito? Está bien, estas “ahorrando” ese dinero, pero ¿no te generaría acaso alguna tasa de interés? No somos todos racionales y sabemos que el dinero tiene un costo de oportunidad. Entonces ¿por qué lo seguimos guardando en el cajón? Y más aún, ¿por qué simplemente no gastamos menos para que el banco no nos amarre la soga al cuello con su tasa de interés? Nuevamente, viene la irracionalidad. Total, no puedes gastar lo que no puedes ver, ¿o sí?

Y yo pensaba que habías entendido bien las clases de Macro 1

Y yo pensaba que habías entendido bien las clases de Macro 1

Así como estos hay múltiples ejemplos que demuestran el sesgo financiero que todos llevamos en nuestra cabeza cuando hacemos mental accounting. No todo puede ser perfecto, pero al menos puedes tratar de anticipar algo de estos sesgos y acércate más la racionalidad ¿o no?