El Salvador, la rockstar de Latinoamérica, está marcando un precedente importante en el mundo de la economía crypto. Tras la aprobación de la Ley Bitcoin, con la cual se establece que el bitcoin es una moneda de uso corriente y aceptación obligatoria en todos los comercios, esta ha generado mucha controversia debido a la volatilidad de la criptomoneda y al contexto social en el que se encuentra el país centroamericano. En este artículo trataremos de vislumbrar las principales ventajas y desventajas de esta medida, mediante el análisis de la Teoría Cuantitativa del dinero.

Antes un poco de contexto

La economía salvadoreña se encuentra totalmente dolarizada desde 2001 y, además, fue uno de los mayores países receptores de remesas en el 2020. En ese año, El Salvador registraba un récord en la recepción de remesas del mundo (5.918,6 millones), que equivalía al 16% del PBI del país. Durante el 2021, la recepción de las remesas continuó creciendo gracias al desarrollo de la reactivación económica.

En junio del presente año, la Asamblea Legislativa salvadoreña aprobó el proyecto de Ley Bitcoin, se argumentó bajo los siguientes puntos: 

  1. La eliminación del costo de transacción de las remesas mediante Bitcoin, este costo representaba 10% de cada transacción.
  2. La integración económica de las personas no bancarizadas sería posible debido a que para utilizar bitcoin solo necesitas un dispositivo tecnológico y conexión a internet.

La circulación del bitcoin

Con el objetivo de que su población pueda iniciar con las transacciones de esta criptomoneda, el gobierno creó un monedero digital: Chivo. Este monedero inicia con 30 dólares que forman parte del incentivo del gobierno a quienes descarguen la aplicación. Mediante Chivo, el gobierno realiza el rol de cambista al entregar dólares por bitcoins. Cabe mencionar, que el dinero que se tiene para hacer los cambios se financió con impuestos de los contribuyentes.

Teoría cuantitativa del dinero

La función planteada por Irving Fisher (1911) nos muestra una relación directa de la masa monetaria y la velocidad de transacciones con el ingreso nominal agregado. Esta ecuación es llamada también la Ecuación de Intercambio:

La inserción del bitcoin impactaría directamente en el factor V pues las transacciones serán mucho más rápidas, debido a la utilización del monedero digital Chivo. Al subir V este impacta positivamente sobre el PBI nominal, el cual tendría que moverse bien por el nivel de precios (P) o el PBI real (Y). El alza en el nivel de precios tendría que deberse a cambios en la emisión de Bitcoin, lo que no depende directamente del Banco Central de El Salvador, pues el bitcoin es una criptomoneda descentralizada; es decir, existe la posibilidad de seguir minando más Bitcoin sin la supervisión de un Banco Central. La segunda forma en la que se podría elevar el nivel de precios es mediante las expectativas de los consumidores, lo cual se puede controlar generando confianza en las instituciones estatales.

El último punto se concentra en el papel de la comunicación constante y confiable del presidente, el Banco Central y la población. Una de las pruebas de la débil comunicación de los tres actores mencionados, fue el anuncio de la Ley Bitcoin en Miami, cuando su población no lo tenía previsto en los planes de gobierno del presidente.

Por último, la intención de disminuir el costo de transacción de las remesas juega un papel importante en el consumo, lo cual podría impactar en el PBI salvadoreño de manera negativa. Con bitcoin; sin embargo, esto es un arma de doble filo, pues, aunque se estaría ahorrando el costo de transacción, se estaría sujeto a la volatilidad de la criptomoneda en el momento en el que se realice una operación con esta.

En conclusión, el destino de la economía salvadoreña se encontraría muy influenciada por factores exógenos, debido a las características de una criptomoneda como bitcoin. Por ello, considero que, los esfuerzos deben estar enfocados en mermar la incertidumbre y en aprender en el camino porque, después de todo, El Salvador es el primer país en aprobar el bitcoin como moneda de uso corriente.