Ya llevamos más de una semana sin pollo a la brasa #MeQuieroMorir en cuarentena y la situación no parece mejorar. El coronavirus es trending topic mundial y no solo los presidentes y médicos están tomando cartas en el asunto, sino que las principales universidades del mundo están migrando al formato virtual de clases #ComoJulioProfe. Ese también es el caso de las universidades locales más conocidas, las cuales ya han notificado que el primer semestre de este año va a iniciar online #MalditoVirus #AlMenosNoHayTráfico(?). Este hecho ha generado descontento en los alumnos, principalmente por la deficiente respuesta de las autoridades universitarias respecto al tema de las pensiones, un aspecto clave para la familia del universitario promedio #AcasoCreenQueImprimimosDinero(?). Ante esta coyuntura y que estoy aburrido en casa, su ente anónimo favorito ha decidido analizar cuál debería ser el comportamiento óptimo de las universidades.

#MeDuelen

A pesar de que muchas universidades sean instituciones sin fines de lucro o algo así, este hecho no quita que busquen maximizar beneficios con el objetivo de realizar inversiones de expansión, sobre todo en este entorno de demanda creciente. Por ello, el razonamiento que manejan no dista del de una empresa real #PlataComoCancha. Así, es posible analizar el comportamiento de las empresas a partir de teoría de la firma #FullMicro. Como toda empresa, las universidades deben reaccionar ante los shocks del entorno. En este caso, dada la migración hacia las clases virtuales, las universidades reducen sus costos marginales. Esto se debe al nulo uso de sus instalaciones, lo cual reduce el costo de mantenimiento de sus activos. No obstante, ¿ese es factor suficiente para reducir las pensiones? #Evaluemos

Es necesario explicar que las universidades se encuentran en un mercado de competencia imperfecta, y su poder de negociación es elevado en estos casos, ya que los alumnos ya se encuentran matriculados. Aún así, en un modelo microeconómico, el precio que ofrece una empresa con un poder de negociación alto está directamente relacionado con el costo marginal. Bajo esa lógica, las universidades deberían reducir sus pensiones, ¿no? Pues no, ya que existe un componente detrás muy importante, la percepción de la empresa acerca del comportamiento de la demanda. ¿Cómo así? Imaginemos que una empresa vende 100 tortas por día y, a partir de un shock externo, debe cocinar con otro tipo de harina y sus costos marginales bajan. No obstante, le siguen comprando 100 tortas por día. Económicamente, ¿debe reducir sus precios? No, dado que la empresa percibe que la cantidad demandada es fija y no se ve afectada por estos factores. Entonces, la reducción de costos marginales no es incentivo suficiente para una reducción del precio. ¿Entonces, cuáles son los incentivos que se deben alinear para que se reduzcan las pensiones?

¿Así nos ven las autoridades?

Para poder responder la pregunta anterior, primero debemos analizar el comportamiento de la demanda por educación superior. Por un lado, debido a las medidas tomadas por el gobierno #YoMeQuedoEnCasa, muchas firmas han tenido que parar operaciones, por lo que su producción disminuye y, a partir de ello, los ingresos de las familias también. Asimismo, es importante notar que la demanda de bienes de primera necesidad como Netflix (?) comida se ve poco afectada a pesar del aumento de precios de estos #TodoMal, por lo que el porcentaje del ingreso destinado a otros bienes se ve reducido #JustoEnMisGanasDeHelado. Así, a pesar de que la educación es un bien muy presente en la ideología peruana, sigue siendo un bien normal e incluso un bien de lujo para ciertas familias. En este sentido, el menor ingreso real produce una caída en la demanda de educación, reflejada en la deserción del ciclo o reducción de créditos cursados. 

Ahora me dura menos #LauraSad

Por otro lado, otro factor que se debe tomar en cuenta es la preferencia de los alumnos por las clases virtuales, formato considerado menos eficiente por el universitario promedio. Esto podría ser explicado por el sesgo del status quo, que es la preferencia por mantener la situación actual, en lugar de tomar un riesgo como la bika.Dado que esta modalidad de enseñanza es poco utilizada en el país, muchos de los alumnos aún poseen dudas acerca del funcionamiento de esta plataforma. Así, aversos a la pérdida del status quo, se encontrarán dudosos acerca de llevar el ciclo virtual o no. Esto conlleva a que, aún con los mismos ingresos, la disposición a pagar sea menor que antes #TodoPorLaIncertidumbre.

Ya me vi en una semana así en clase

En este sentido, en el corto plazo, la demanda por educación se está viendo afectada. Esto se da, en primer lugar, porque la educación puede ser considerada como un bien de lujo para muchas familias afectadas por la situación y, en segundo lugar, porque el hecho de cambiar de modalidad genera incertidumbre que algunos preferirán evitar. Esta reducción de la demanda dependerá de la elasticidad precio de las familias. Aquellos de ciclos mayores, por ejemplo, tendrán una elasticidad menor, dado que necesitan graduarse para tener ingresos de egresado #ElBoostEsMásDeMilSoles; sin embargo, existen algunos alumnos indiferentes con respecto al tiempo en graduarse, que tendrán una elasticidad mayor, dado que prefieren el status quo, y optarán por otras medidas #AdiósCiclo.

#AdiósVaquero

Pensando en el largo plazo todos estaremos muertos, el hecho de no reducir las pensiones universitarias podría traer consecuencias para las instituciones que eviten implementar esta medida. Para analizar este fenómeno, pensemos por un momento en un modelo de Hotelling #CómoSeComeEso(?). Supongamos que en una ciudad existen dos tipos de universidades: el primer tipo contiene a todas aquellas que han decidido no reducir ni un solo céntimo las pensiones, mientras que el segundo tipo contiene a aquellas que decidieron reducir las pensiones. En particular, pensemos en que solo hay una universidad por cada tipo y que ambas poseen exactamente la misma calidad de enseñanza.

En condiciones normales, ambas universidades se repartirán a los consumidores (estudiantes) de manera equitativa mitad pa ti, mitad pa mí. Esto es, si ambos fijan el mismo precio y tuvieran la misma calidad del producto, los alumnos serían indiferentes de elegir cualquier universidad. Sin embargo, el factor diferencial en esta situación será la utilidad que obtengan los consumidores. Esta dependerá de, entre otros factores, cuál de las dos universidades les ofrece el menor riesgo posible ante cualquier shock que pueda surgir tal como el coronavirus (recordemos una vez más que estamos pensando en el largo plazo y que los individuos son aversos al riesgo #YoApuestoEnBetsson). Por lo tanto, si la universidad tipo 1 decide no reducir sus pensiones y la tipo 2 sí lo hace, este sería un problema a futuro, ya que como ambas tienen la misma calidad de enseñanza, la utilidad de entrar en la segunda será mayor por el hecho de que esta contiene un ‘seguro’ ante choques externos. Entonces, los consumidores indiferentes, que inicialmente se encontraban repartidos de manera equitativa, comenzarán a migrar hacia la universidad tipo 2 hasta que la diferenciación de precios y calidad lo permita.

#JustoEnMiBolsillo

Gracias al análisis económico #GraciasUP hemos demostrado que existen razones para que las universidades bajen el costo de las pensiones. Sin embargo, no hemos mencionado los nuevos costos en los que están incurriendo las universidades y para ser sinceros ninguno de nosotros ha sido rector de una alguna vez #Todavía. La decisión debe ser tomada por cada universidad, pero está en nosotros los alumnos quemar las universidades asegurar que las autoridades perciban el comportamiento de sus consumidores #CorreitoEs. A partir de dicha información, las autoridades van a tomar la decisión que beneficie a todas las partes y, así, empezar con todo este semestre #NiLaCuarentenaNosPara.

#AhíVoy2020-1 #AIntentarNoDormirEnClase