“Muchas mujeres bajo encierro por Covid-19 enfrentan violencia donde deberían estar más seguras: en sus propios hogares”, afirmó el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres . Esto se convierte en un hecho al revisar las cifras de violencia doméstica que han ido escalonando desde el inicio de la cuarentena. El 60% de feminicidios en el Perú ocurren en un hogar, de acuerdo con el Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público. Es decir, se trata de una posibilidad palpable.


Hablemos de lo que está ocurriendo. Al 17 de abril, se han reportado 87 violaciones a mujeres en cuarentena. Asimismo, en las declaraciones de la Ministra de la Mujer Gloria Montenegro, del pasado 1 de abril, se advirtió que la línea 100 (Línea Telefónica de Auxilio) había registrado 5418 llamadas hasta el 31 de marzo. De dicha cifra, 538 eran mujeres en situación de agresión grave, al punto que ellas habían necesitado acudir a centros de refugio temporales.

¿Qué derechos se ven restringidos a las mujeres?

En primer lugar, se ven afectados sus derecho a la vida, a la integridad moral, psíquica y física. Todos estamos alarmados por el Covid-19 y los probables efectos que tenga en nuestra salud si nos contagiamos, mientras que a estas mujeres se les suma la preocupación de ser violentadas dentro de su propio hogar. No se les está facilitando una vida digna.

En segundo lugar, se ve restringido su derecho al libre desarrollo de la personalidad. Si ya todos estamos atravesando por una situación difícil de confinamiento obligatorio, las mujeres víctimas están pasándola mucho peor. El libre desenvolvimiento de la personalidad debería poder seguir desarrollándose dentro del ámbito del hogar. No obstante, ellas conviven con su agresor y necesitan de albergues temporales.

¿Qué se ha hecho desde las políticas públicas?

Primero, el Estado peruano presentó la “Cartilla de orientación para casos de violencia hacia las mujeres e integrantes del grupo familiar durante el Covid-19”. Esta fue elaborada por el Ministerio de la Mujer en conjunto con la Organización Manuela Ramos. Se trata de una cartilla de distribución digital con información para que las mujeres puedan actuar en casos de violencia durante la cuarentena.

Entre las medidas generales contra la violencia de género, el Programa Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres e Integrantes del Grupo Familiar ha explicado que el sistema de denuncias proseguirá. Por ende, la Policía se encuentra dispuesta a la recepción de denuncias por violencia de género.

Incluso, ante una situación de amenaza inminente, la salida del domicilio está justificada para estas mujeres. Ello, en virtud del deber garante del Estado protector de las poblaciones vulnerables. Otra medida tomada es que se ha incrementado el personal psicológico en los Centros de Emergencia de la Mujer, considerando el impacto en la salud mental que cualquier agresión sexual o física puede causar en las mujeres.

Finalmente, se han inaugurado albergues temporales. El pasado sábado 18 de abril el alcalde de Lima, Jorge Muñoz, inauguró el albergue temporal Casa de la Mujer, espacio destinado a brindar protección, alimentación y atención integral a las mujeres víctimas de violencia y a sus hijos, durante este periodo de inmovilización social obligatoria.

Reflexión final

Cabe concluir que en el contexto del Covid-19, las mujeres resultan una población vulnerable, por la violencia doméstica de la cual pueden ser víctimas. Es importante seguir habilitando albergues temporales y continuar planteando otras políticas públicas que puedan ayudarlas a alcanzar la vida digna que todos y todas merecemos. En plena cuarentena, pareciera que la armonía en los hogares dista de ser una realidad palpable, pues hay peligros de violencia de género ocultos. Es duro decirlo, pero una mujer en cuarentena no solo debe preocuparse por su salud frente al virus, sino también frente a su agresor.