Una jornada movida fue la que vivió Venezuela la semana pasada con la continuación del mandato de Nicolas “El Ursurpador” Maduro para el periodo 2019-2025. Sin embargo, y como era de esperarse luego del escándalo de los comicios, la comunidad internacional decidió no reconocerlo como presidente.

Ni el mitin de Keiko en Arequipa estuvo tan vacío como la juramentación de Nicolas Maduro a la que acudieron solo 17 países. Las demás naciones mostraron su disconformidad ante el nuevo periodo de gobierno de Maduro, tanto así que la Organización de los Estados Americanos (OEA) emitió una resolución en la que se declaró la ilegitimidad del nuevo periodo de Maduro. ¿Qué hay detrás de este hecho? Si bien parte de ello puede deberse al rechazo internacional como resultado de la crisis humanitaria y a las controversias políticas, la principal causa es la irregularidad del proceso electoral.

Países que asistieron a la juramentación de Maduro

Fuente: Investigación Efecto Cocuyo

Fuente: Investigación Efecto Cocuyo

La comunidad internacional (Unión Europea, Grupo de Lima, entre otros) señaló que las elecciones no fueron oficiales pues (i) no se presentó gran parte de la oposición ante los evidentes signos de fraude (irregularidades legales) durante el proceso y (ii) por la opresión que sintieron por parte del actual régimen. Incluso, la oposición denunció la compra de electores con recursos del gobierno.

Si bien Maduro ha amenazado a los países opositores con imponer duras medidas diplomáticas, las consecuencias de que este no sea reconocido como presidente son más graves para Venezuela. El gobierno venezolano ha demostrado que no es capaz de manejar la crisis, ahora con el rechazo del nuevo mandato, es probable que se incrementen las sanciones monetarias y que se dificulte el acceso a una mayor variedad de fuentes externas de financiamiento, lo que dificultaría aún más el hallar una solución a la crisis económica que tiene sumergida a Venezuela. Como uno de tantos países, la semana pasada, Paraguay anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Venezuela, lo que implica el cierre de su embajada en Venezuela, y es probable que los países que no lo hayan hecho todavía, lo hagan.

Entonces, ¿qué le espera a Venezuela en este nuevo gobierno-dictadura? Esta semana Maduro anunció la subida del salario mínimo en 300%, es decir, alrededor de 20 dólares al mes; aunque poco podrá hacerle frente a la hiperinflación, la cual el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que cierre en 10.000.000% para este año (#omg), y a la escasez de productos básicos. Además, Maduro ha señalado que el petróleo, una de las principales exportaciones, será la salvación a la crisis, pues ha dispuesto que se incremente su producción. Sin embargo, parte de esas ganancias serían destinadas a pagar la elevada deuda externa que tiene el gobierno. Ante este panorama, es probable que los venezolanos sigan huyendo de su país ante la poca capacidad del gobierno para solucionar los temas de fondo. A eso hay que añadirle las amenazas que Maduro realizó en su juramentación contra todo aquel que se oponga a su régimen, por lo que la opresión que sienten los venezolanos por parte de un gobierno que debería garantizarles sus derechos es cada vez mayor.

elecciones

Pese a este oscuro escenario, en los últimos días surgió como la figura de la oposición el líder Juan Guaidó, recién elegido presidente de la Asociación Nacional de Venezuela. Este pidió apoyo militar y extranjero para asumir el mando de Venezuela ante la ilegitimidad del gobierno de Maduro y ha sido reconocido como presidente interino de Venezuela por la OEA.  No obstante, fue detenido por unos minutos por el Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), lo que demuestra la dificultad y las trabas que tendrá la oposición para sacar a Maduro del gobierno. Aun así, el apoyo que reciba internamente la oposición así como el respaldo internacional, puede resultar vital para que no se repita lo sucedido con otros líderes de la oposición como Leopoldo López o Henrique Capriles, que fueron censurados.