¿Una simple palabra puede cambiar nuestra decisión como agentes económicos? #Depende #OseaSíPeroNo ¿Cómo las políticas de gobierno pueden generar cambios en el comportamiento de los individuos con un pequeño “empujón”? #SiMeEmpujasMeCaigo.

Hasta el siglo pasado, los modelos económicos se guiaban bajo el supuesto de que las personas actúan de manera racional y bajo su propio interés; es decir, siempre eligen la mejor opción sin importar los perjuicios que podrían causar a los demás. Sin embargo, Richard Thaler, Premio Nobel de Economía 2017, comenzó a cuestionar este supuesto escribiendo sobre comportamientos atípicos en las personas que no podían explicarse con la teoría económica tradicional. Es así que Thaler identificó que los individuos suelen incurrir en errores sistemáticos, fallos lógicos y sesgos cognitivos que afectan las decisiones que se toman sin que ellos se puedan dar cuenta.

De esta forma, Thaler y Sunstein (2008) introdujeron el concepto de nudge (empujón). Este se define como un cambio de política relativamente sutil que alienta a las personas a tomar decisiones que sean de su propio interés. Es decir, estas pequeñas intervenciones buscan modificar el comportamiento de los individuos de una forma predecible cambiando la forma de presentar las opciones al momento de tomar una decisión.

Un claro ejemplo de esto es el tipo de decisión que los individuos pueden tomar: por defecto o voluntariamente. Así, un caso práctico es el cambio en el régimen del sistema de pensiones en el Reino Unido. En el 2012, el gobierno introdujo la inscripción automática para todos los trabajadores. Este hecho hizo que la membresía activa de los planes de pensiones del sector privado haya aumentado de 2.7 millones a 7.7 millones en el 2016. El siguiente gráfico muestra la evolución de los miembros activos durante el período 2008-2016:

Otro ejemplo de nudge,que ha funcionado perfectamente, fue con el sistema de donación de órganos de algunos países. En el Reino Unido o en el Perú, los ciudadanos deben expresar su voluntad respecto a ello después de su fallecimiento, para que finalmente se logre concretar todo el proceso. Por ello, es que las tasas de donación son bajas.

Sin embargo, en el caso de España, se opera bajo un sistema de exclusión voluntaria, mediante el cual todos los ciudadanos se registran automáticamente para la donación de órganos a menos que elijan declarar lo contrario. Es decir, la elección por defecto es que se decida donar a menos que se haga los trámites para que ocurra lo contrario. Este sistema de exclusión voluntaria es una de las razones por las que España es líder mundial en donación de órganos.

Finalmente, un hecho aún más cotidiano surge en el ámbito de la publicidad y marketing. Cuando se realizan campañas sobre la salud, siempre se suele tomar como modelo la forma positiva de ver las cosas. Por ejemplo, se interpreta de manera distinta decir “el 95% de las operaciones al corazón fueron exitosas” a decir “solo el 5% de las operaciones al corazón fracasaron”. Esta diferencia yace en que la primera afirmación sugiere a la persona que es altamente probable que, si se llega a operar del corazón, salga bien librado. En cambio, la segunda frase podría llegar a sugestionar a la persona y hacerla pensar en que existe un riesgo de realizarse la operación.

Una pregunta que surge en este punto es la siguiente: ¿este “empujón” (nudge) infringe las libertades civiles? La respuesta es un rotundo #No. Si bien este concepto ha sido criticado, es difícil presentar un caso persuasivo contra los “empujones” de políticas. Por ejemplo, en el caso de la donación de órganos existe la opción de exclusión voluntaria y esta siempre permanece disponible. Es por ello que, como las personas pueden decidir libremente, no se puede decir que este tipo de políticas infrinja la libertad de decisión.

Editado por Claudia Barraza