Las elecciones presidenciales y congresales están preparándose en el horno. Todos vamos leyendo, como locos, propuestas, hojas de vida y antecedentes de los candidatos, para votar de manera informada. Pero, un tema que queda en el aire es el del financiamiento de las organizaciones delictivas políticas.

Keiko, Grupo Romero… ¿te suena conocido? Pues la Ley No. 28094 (Ley de Partidos Políticos) ha tenido algunos ajustes en los últimos cinco años y, así, cualquiera se pierde. ¿Cómo es que FREPAP, Somos Perú y el moradito logran sobrevivir?

Fuente: El Comercio.

Para esto, debemos tener en cuenta que los partidos políticos no necesitan dinero solo para sus campañas, sino, en general, para ocio realizar sus actividades más cotidianas cuando no están en campaña. Por eso, resulta interesante la respuesta a la pregunta de con qué recursos es que estas organizaciones se mueven.

Entonces, los partidos tienen tres salidas, si imagináramos que van por la vía expresa de la perdición política.

Primera, circuito de playas. Los partidos son organizaciones compuestas por personas, y esas mismas personas pueden aportar dinerito cuotas periódicas, con la finalidad de solventar los gastos propios de dichas entidades.

Segunda, Av. Benavides. Las organizaciones políticas también pueden recibir dinero de personas privadas, como tú o como yo, de manera voluntaria. Si nos cae bien el partido “Teletubbies”, pues podemos contribuir con dinero o bienes para que se mantenga con vida y pueda seguir lavando cerebros expresando sus ideas.

¿Los límites? Que a partir de cierta cantidad, la transferencia debe ser a través del sistema financiero; que cuando están en campaña, se puede aportar máximo 100 UIT (S/ 4,400.00 para este año) por actividad; y que cuando no están en campaña, el máximo es 120 UIT al año.

Parece poco, ¿no? Pero hagamos los cálculos:

100 x 4,400 (UIT al 2021) = 440,000 soles por actividad.

120 x 4,400 = 528,000 soles al año.

440,000 + 528,000 = 968,000 soles o más, si se aporta el máximo a más de una actividad. En resumen, no es poca cosa.

Aparte de esos “límites”, tú podrías aportar a la agrupación política, en cualquier momento, algo de dinerito.

Total de ingresos de los partidos en las campañas de los años 2006, 2011 y 2016. Fuente: Portal de Transparencia.

Tercera y última salida, Av. 28 de Julio. Sí, Forsyth y Acuña los partidos también pueden recibir financiamiento del Estado. ¿Cómo? De forma directa o indirecta.

El financiamiento público directo, más que un aporte voluntario del Estado, es una obligación. Pero, debemos acotar en letra chiquita que solo son beneficiarios aquellos partidos que se ven finalmente representados en el Congreso, y siempre que haya dinero sobrante suficiente en el Presupuesto General de la República.

Por eso, este tipo de financiamiento específico casi nunca se da por falta de plata.

De todos modos, lo que debería ocurrir es que aquellos partidos que llegan al Congreso, reciben el 0,1% de la UIT por cada voto emitido para elegir representantes al Congreso, lo que equivale a 4.4 soles por cada voto, según la UIT del año 2021.

Ahora bien, la forma de financiamiento indirecta es, básicamente, la franja electoral (también obligatoria). Esto es que, sesenta días antes de las elecciones, los partidos inscritos pueden acceder “gratuitamente” con subvención del Estado a cualquier medio de difusión o redes sociales que elijan.

Todo ello va a ser pagado por la Oficina Nacional de Procesos Electorales, alias ONPE, según el presupuesto que le es asignado, el mismo que recibe en combo con el presupuesto total para el proceso electoral específico. En este caso, Elecciones Generales del 11 de abril.

Sin perjuicio de ello, el candidato Forsyth señaló que una sola vida vale más que cualquier campaña, por lo que no quiso “recibir” el dinero designado por la ONPE para la publicidad de su campaña. Todo bien con su intención, el asunto es que no se puede hacer eso.

Me explico. El que la ONPE pague los espacios publicitarios de las agrupaciones políticas no significa que los partidos reciben el cash y con eso les pagan a los medios, sino que ellos elijen los medios que desean utilizar, y la ONPE luego les paga a dichos medios. O sea, es un trueque: las organizaciones no reciben dinero de la ONPE.

Adicionalmente, en el supuesto de que Forsyth sí pudiera rechazar dicho financiamiento para que el mismo sea destinado a contrarrestar a la Covid-19, surgen las siguientes preguntas: ¿de dónde Victoria Nacional recibiría entonces dinero para solventar su campaña? ¿de aportes privados? ¿de quién? Recordemos que los mayores escándalos de corrupción están relacionados al financiamiento de partidos políticos para campañas electorales.

Aquí nomás en la esquina, pasó lo de los tapers naranjas con dinero de dudosa procedencia. Así, cualquiera engatusa convence a las personas.

Tipos de fuentes de ingresos de los partidos en las campañas de los años 2006, 2011 y 2016. Fuente: Portal de Transparencia.

Como podemos ver en el gráfico, la mayoría de ingresos provenía de “otras fuentes” y debemos tener en cuenta que recién a finales del 2017 es que se exige alguna identificación de los aportantes privados, por lo que hasta después de las elecciones del 2016 antes de esa fecha, nadie sabía para quién trabajaba.

Si bien ahora sí se exige la identificación de dichos aportantes, igual es información que poca gente se pregunta.

Lo que quiero decir es que el financiamiento de partidos políticos es cosa seria. Es tan importante saber qué dinero es el que está detrás de sus actividades, como saber quiénes conforman la agrupación, porque, finalmente, los que aportaron “voluntariamente” unos cuantos bastantes fajos de billetes querrán algo a cambio, ¿o no? Pocas personas en este mundo dan puntada sin hilo.

Editado por: Raisa Escudero.