Son ya muchos los autores que han escrito sobre la moral que corre por la sangre de Occidente, así que no pretenderé aquí hacer una genealogía suya, pero sí quiero dejar ciertas cosas en claro. En primer lugar, entiendo por moral a la normatividad del sentimiento o la regulación del sentimiento (Deleuze, 1983). Puedes estar increíblemente furioso con Merino, pero sabes que está mal violentar a alguien, así que o protestas pacíficamente o afrontas las consecuencias de tus actos. Ahora, ¿quién posee en la verdad sobre lo que está bien y lo que está mal? Las religiones proporcionan vastos esquemas de valores que nos ayudan a discernir lo bueno de lo malo, así que para un cristiano no será tan difícil responder a la pregunta dado el vasto contenido que proporciona la religión cristiana sobre la moral. Pero en un mundo cada vez más secular, donde crece el número de ateos y escépticos y ya nadie se cree el cuento de un Cristo resucitado, ¿quién dicta los valores que nos alejan de vivir en caos? 

El último juicio, 1940

Como dice Burckhardt, en el mundo de la ciencia, estrictamente hablando, la moral no tiene lugar (1938). El hombre está dispuesto a desprenderse en cualquier momento de sus conocimientos técnicos o científicos para adquirir otros, si es que hay evidencia empírica de ello. Ahora, esta actitud frente a la moral no sería otra que la de un nihilista (distinta de la de un cristiano, cuya fe ni valores dependen de hechos empíricos). Pero ahora presento a un hombre sin fe, un hombre que se cree astuto por no tragarse los cuentos de ángeles malos o de un Dios bueno, pero que defiende el progreso, la paz mundial y la igualdad para todos. ¿Cuál es el esquema de valores en el que cree este hombre? Valores cristianos no pueden ser porque se ha declarado inmune a esas “tonterías” de la fe. Tampoco es que no tenga porque si no sería un nihilista. Evidentemente confía en el discurso científico si es que ya se ha demostrado muy astuto como para creer en cosas que sus ojos no ven. Pero la última vez que revisé, a la ciencia no le compete hablar de moral, entonces un esquema de valores jamás te va a presentar. Lo más probable es que los valores de este hombre sean los de su época, y ¿cuál es esta época? Pues aquella por la cual Nietzsche siente tanta pena, esa que ha pasado por procesos de secularización, por una revolución científica y, ahora, por una cultura de la cancelación. ¿Qué moral es esta? Pues sigue siendo la moral de la culpa, pero sin contenido cristiano; es decir, sin contenido en absoluto. Nos hemos quedado con una moral vacía, una moral sin valores definidos pues “ahí va viendo”, una moral sin discurso. Pues si le preguntas a ese hombre por qué lo malo es malo, te responde que porque sí. Ni modo, qué más te va a decir si niega que el origen mismo de su moral sea cristiano.

Fotograma de “Stalker”, 1979: Hombre sin fe usando la corona de Cristo

Este es un hombre que no puede estar más feliz de ser moderno, que lamentablemente se acerca mucho más al hombre nihilista que al hombre de fe. Este es un hombre que vive en la moral del momento y, si aparece una nueva, no tendrá problema en dejar la última. Este es un hombre que si se siente triste va a que le receten unas pastillas porque la tristeza es, según la ciencia, un problema neurótico. Este es un hombre que celebra su racionalidad, este es un hombre sin fe, sin rumbo. Pero que no todas sean malas noticias, al fin y al cabo, sigue siendo humano, ¿o no? Y es ahí donde puede que esté nuestro salvavidas, pues ese hombre que tal vez ahora no cree en nada aun puede seguir conociéndose, aun puede reconocer sus sombras. Busquemos ahí, entonces, la cura a esta crisis de la moral vacía. Busquemos en los lugares más profundos del alma.

El caminante sobre el mar de nubes, 1818

Referencias

Deleuze, G. (1983). Cine III: Verdad y Tiempo. Potencias de lo falso. Buenos Aires: Cactus

Burckhardt, J. (1938). Del paganismo al cristianismo: La época de Constantino el Grande. Ciudad de México: Fondo de Constantino el Grande

Nietzsche, F. (1896). On Truth and Lies in a Nonmoral Sense. Alemania

Nietzsche, F. (1887). La genealogía de la moral. Madrid: Alianza Editorial

Mariátegui, J.C. (1928). 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. Lima: Fondo Cultura Peruana 

Escribe: Daniela Alarcon

Editor: Paolo Pro