Save Ralph”, video que se hizo viral las últimas semanas, nos muestra la vida y los horrores que atraviesa un conejo mientras lo utilizan para probar cosméticos. Este video ha vuelto a poner en la mirada pública el uso de animales en pruebas, pero ¿qué tan veraz es su contenido? y ¿cómo funciona y cómo se regula esta actividad? Vamos por partes. 

Ralph nos lleva a empatizar más con su sufrimiento, pues este personaje antropomórfico humaniza al animal. Como consecuencia, mucha gente alzó su puño en contra de las pruebas en animales sin pensarlo dos veces. A pesar de que el video se enfoca en la prueba de cosméticos, la producción termina generando un sentimiento de rechazo a toda experimentación e investigación con animales, actividad conocida como “animal testing”.

Figura 1. Estudio donde se usan ratas para investigar una posible rehabilitación luego de un daño en la espina dorsal. Fuente: NYT

Sin embargo, la campaña da a entender que las pruebas cosméticas y científicas (no se dignan en diferenciarlos) en animales están permitidas en todo el mundo; que es fácil hacerlas; que no hay regulaciones y que estos animales serían más felices  en el campo. 

En la Unión Europea se prohíbe la producción y venta de productos probados en animales, o cuyos ingredientes hayan sido probados en animales, muy parecido a Colombia y Guatemala donde también está prohibido. En Perú, lo usual es que las empresas se acojan al reglamento europeo y, por lo tanto, sus productos sean “cruelty-free”. En China, en cambio, la historia es diferente, pues algunos productos sí son testeados en animales.

Por su parte, llegar a utilizar animales en investigación no es sencillo. Para siquiera usar a un conejo se debe justificar ante un Comité de Ética el acto, sustentar el por qué no hay otra alternativa y  llenar montañas del respectivo papeleo. Cabe resaltar que estos animales han nacido dentro de un bioterio, un criadero de laboratorio, para ser usados en laboratorio; no han sido arrebatados del “campo”. 

Figura 2. Ejemplo de un bioterio, lugar que debe tener todos los requerimientos del animal. Fuente: UNAM

Gracias a Ralph, las redes han sido invadidas por posts que te ayudan a diferenciar marcas “libres de crueldad” con unos lindos stickers de conejito. Pero si, como mencioné, la mayoría de marcas en el mercado occidental no testea en animales, ¿Que significan esos stickers? Pura finta

Los promotores de estas movidas son ONGs famosas que velan por el bienestar animal, como HSUN (promotora de “Save Ralph”), y PETA. Estas organizaciones pueden tener una labor loable, pero no están libres de responsabilidad . La HSUN a pesar de su nombre, y propagandas que solo incluyen perros y gatos, no está asociada a muchos refugios animales o sociedades humanitarias. Aunque ha ido cambiando, en el 2010 la impresión que dejaba era contraria a la realidad. El 71% de estadounidenses creían que era un refugio para animales. Es decir, las personas donaban sus dólares a HSUN creyendo que ayudaba directamente a los animales cuando mayormente los gastaba en lobbying. PETA, actúa de manera contraria a su ética. Solamente en el 2014, le practicó eutanasia al 80% de los 2631 animales que llegaron a sus albergues en Virginia, EE.UU antes que buscarles un nuevo hogar. Incluso sacó a un chihuahua de la casa de su dueño y lo “durmió” ese mismo día, violando la ley estatal. Irónico, ¿no?

Figura 3. “Aquí está el resto de tu abrigo de lana”. Todos sabemos que una oveja no queda así después de ser trasquilada. Fuente: PETA

Para que quede claro, a ningún investigador le gusta dañar animales y mucho menos sacrificarlos. Sin embargo, su uso aún es necesario en ciertos campos de investigación como neurobiología, toxicología, desarrollo de drogas, etc., pues son los mejores modelos con los que se cuentan para obtener buenos y confiables resultados. Reemplazos como cultivos celulares no tienen la complejidad que muchos estudios biomédicos y de fisiología necesitan, y no sirven para ver procesos dentro de la biología del desarrollo, como los efectos de activación o desactivación de genes, algo que ha servido para conocer las causas de malformaciones congénitas en el ser humano.

Figura 4. Piel bio impresa como una alternativa del testeo de cosméticos en animales, proceso donde es posible el reemplazo total. Fuente: Artículo

Toda prueba con animales debe seguir principios éticos y regulaciones de bienestar animal. Primero, se debe justificar el ensayo: ¿traerá algún beneficio futuro a personas o animales? ¿generará nuevo conocimiento o una aplicación importante? ¿el protocolo es adecuado? y segundo: el ensayo debe seguir las 3R reducir, reutilizar y reciclar

Reemplazar: se analiza si es realmente necesario el uso de animales. Se busca y usa alternativas que sean iguales o mejores que el modelo animal, como líneas celulares o modelos 3D de tejidos o estructuras.

Reducir: si no hay otro método, se tiene que usar la menor cantidad posible con la que se puedan obtener resultados apropiados.

Refinar: se debe prevenir y minimizar al máximo cualquier síntoma de dolor o angustia en los animales y asegurar que cuenten con todas las necesidades cubiertas: cobijo, alimento, temperatura, humedad, etc. 

Figura 5. Resumen de las 3R. Fuente: EMA

El objetivo final es que los animales ya no sean necesarios para pruebas y estudios pero, a pesar de los avances biotecnológicos, aún estamos lejos del reemplazo total. De igual forma, donde las personas prestan mayor atención es en el uso de animales vertebrados, de “sangre caliente” e “inteligentes”, como mamíferos, aves y cefalópodos (pulpitos). 

Si aún se niegan a aceptar la idea de pruebas en animales piensen en las millones de vidas que se han salvado y mejorado gracias ellos, con los avances en tratar el VIH, enfermedades neurodegenerativas, el desarrollo de las vacunas de la polio, hepatitis B, ¡del COVID-19!… Inclusive se ha logrado mejorar el manejo y conservación de otras especies. Pero todo ello no quiere decir que los animales deban ser maltratados, ni mantenidos en malas condiciones, ni sufrir en vano

Editado por: ASOL