Desde la instauración del cargo durante la Restauración Meiji en 1885 en Japón, Shinzo Abe ha sido el primer ministro de Japón con el mandato más largo, hecho destacable cuando se considera que han sido 62 funcionarios los acreedores de la distinción de haber durado más de 5 años. El 28 de agosto; sin embargo, este anunció su renuncia por motivos de salud, la cual se concretizará una vez su partido elija a su sucesor en el cargo. Como contexto, Abe pertenece a una facción ultranacionalista del Partido Liberal Democrático de Japón.

Por tal motivo, es conveniente dar un ejemplo del carácter ultranacionalista de Abe: en más de una ocasión ha visitado el polémico Santuario Yasukuni, construido el 1869 -año en el que inició la Restauración Meiji-, dedicado a todos aquellos que murieron en las guerras donde Japón participó. Y, como confirmaron los sacerdotes en 1978, esto incluye a los criminales de guerra “clase A” que murieron ejecutados en la edición asiática de los juicios de Nüremberg (juicios sucedidos en Alemania donde los nazis fueron juzgados como criminales de guerra). Desde entonces, ni el mismo emperador japonés, Hirohito, se ha atrevido a regresar a dicho lugar. Pero, si eres un político que quiere demostrar que está dispuesto a convertir a las Fuerzas Armadas en un Ejército facultado para invadir naciones extranjeras, es un destino muy atractivo.

Más aún, Abe es un revisionista histórico (el revisionismo histórico es la reinterpretación de los eventos históricos) que acusó a los libros de texto estadounidenses de cambiar la historia, pues se detallaron “distorsionadamente” eventos como la masacre cometida por el ejército imperial japonés en Nanking – China durante la segunda guerra entre China y Japón en 1937 (más información aquí). Asimismo, según señala Jeff Kingston, director de estudios asiáticos en la Universidad del Temple (Tokio), los revisionistas japoneses aspiran a reescribir la historia de la expansión militar de Japón en el continente asiático e ignorar los actos criminales cometidos por el ejército imperial japonés durante fines del siglo XIX y mediados del siglo XX (más información aquí).

Éramos demasiado jóvenes para entender la escena en la que se niega el genocidio de los nómades del aire en la serie Avatar.

Con todo este trasfondo, un sucesor de la línea de Abe podría resultar problemático para Japón, pues si bien tener de enemigo a China era de esperarse bajo cualquier caso, las tendencias revisionistas de Abe no han sido bien vistas en Corea del Sur, país que, en teoría, es el aliado natural de Japón. A este punto, China ya es el principal socio comercial de Corea del Sur, con una buena ventaja sobre los Estados Unidos, por no hablar de Japón. Esto no significa que sus relaciones sean necesariamente buenas, pero la continuidad de esta política de Estado japonesa podría unir a China y Corea del Sur, países que tanto sufrieron a manos de los criminales de guerra “clase A”.

Por medio siglo, la política japonesa tuvo su eje izquierda-derecha definido en función de soviético-americano y, al final de la Guerra Fría, tenía sentido mantener la división de aquellos que buscan la paz con China y los que no, pues ahí residía la mayor amenaza. Pero resulta extraño tener una derecha pro-estadounidense que también desciende de la derecha imperialista, aquella que luchó contra EE. UU. y que hoy visita Yasukuni. Hasta el día de hoy, parece que al gobierno estadounidense no le agradan estas visitas, pues los secretarios de Estado y de defensa de EE. UU. visitaron el cementerio Chidorigafuchi en 2013, lugar en el que también se conmemora a los caídos durante el combate, sin las connotaciones que tiene Yasukuni. Considerando que, el último dignatario extranjero importante en visitarlo fue el expresidente de Argentina, Rafael Videla, en 1979, claramente estaban mandando un mensaje.

Chuck Hagel y John Kerry visitando Chidorigafuchi

Ante todo esto, ¿cómo es la relación entre EE. UU. y Japón luego de la llegada del presidente Donald Trump? Como se habrán dado cuenta, el gobierno estadounidense suele ser muy sutil cuando se trata de disputas internas de aliados que tiene a pocos kilómetros de la costa china. Por lo tanto, no es fácil saber exactamente dónde residen sus intereses en cuanto al nacionalismo y revisionismo de un líder político japonés. Cabe destacar que, Trump ha introducido gran incertidumbre a la cooperación de EE. UU. con Japón. Por ejemplo, cuando Trump anunció que el gobierno japonés tendría que pagar por las tropas estadounidenses estacionadas en Japón, a pesar de que este ya cubre más del 90% del presupuesto y claramente el gobierno de los EE. UU. se beneficia mucho de tener tropas cerca de China.

Por último, no se puede omitir una discusión al respecto del proceso de paz entre Corea del Sur y Corea del Norte iniciado el 2018 como iniciativa del recién electo presidente surcoreano Moon Jae-in, pero también con una fuerte participación de Trump. Junto con estos diálogos, Kim Jong-un también se ha reunido en cinco ocasiones con el mandatario chino, Xi Jinping conocido por su parecido a Winnie-Pooh, quien ha aplaudido los intentos de pacificar la península tras un deterioro en las relaciones con Corea del Norte el 2018. Abe, mientras tanto, si bien ha reaccionado positivamente a estos avances, no se acerca al entusiasmo de su contraparte surcoreana, Moon Jae-in. Y, a pesar de haberse realizado conferencias en Vietnam y Singapur, ningún representante japonés ha participado directamente en este esfuerzo multilateral.

Kim Jong-un y Moon Jae-in. Fuente: Reuters

Eso no significa necesariamente que Abe no tenga interés en el asunto, sino más bien que los fantasmas del pasado imperial japonés estarían impidiendo que Japón tome la oportunidad de conducir un avance tan importante a su conveniencia. Precisamente, el revisionismo de Abe le ha atado las manos a la hora de acercarse a Corea del Sur con el fin de mantener un frente unido contra China. Recordemos que, durante la era del imperialismo japonés, la región de Corea estuvo dominada por el Japón imperial.

Luego de haber discutido sobre el revisionismo de Abe nos preguntamos: ¿el siguiente líder continuará con las tendencias revisionistas de Abe? Pues si es así, ya tenemos una idea de cómo será visto ello por otros países.

Fuentes:
https://lta.reuters.com/article/japon-eeuu-idLTAKBN1XQ0EZ
https://www.scmp.com/news/asia/article/1323787/kerry-visit-tokyo-cemetery-seen-us-message-over-yasukuni-shrine
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-53944004
https://www.swissinfo.ch/spa/afp/el-revisionismo-japon%C3%A9s-se-envalentona-bajo-el-mandato-de-abe/42971276
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/masacre-nankin_15018
https://japonismo.com/blog/controversia-santuario-yasukuni-tokio
https://www.dw.com/es/ministros-japoneses-visitan-el-pol%C3%A9mico-santuario-patri%C3%B3tico-de-yasukuni/a-54579579