Seguramente incontables veces a lo largo de tus años de adolescencia te dijeron que era la etapa más impulsiva y emocional. Para enterarte si esto es verdad o no, sigue leyendo este artículo ¡Estamos seguros que te enganchará!

Al hablar de adolescencia, es necesario entender que durante esta etapa existe un desarrollo fisiológico, cognitivo y social. Durante esta etapa de transición el individuo entra en un periodo más emocional que cognitivo, dado que las estructuras cerebrales aún no alcanzan el fin de la etapa de maduración. Esta capacidad de control y madurez cognitiva es crucial al evaluar el desarrollo del individuo, pues, es lo que marca el paso a la adultez.

Gracias a la teoría de la “Huella Difusa” es posible comprender la toma de riesgos en adolescentes, pues, se suele evaluar las situaciones de manera subjetiva. Mientras que los adultos, hacen una evaluación objetiva antes de tomar una decisión. Es por ello, que los jóvenes son más propensos a tener relaciones sexuales sin usar protección. A nivel anatómico, esto se debe a que la corteza pre frontal aún no alcanzó el nivel de maduración adecuado que ocurre aproximadamente a los 20 años.

Asimismo, el cerebro no se desarrolla en soledad, pues, los ambientes sociales y contextos interfieren en el proceso. Los adolescentes al estar rodeados de pares son menos autónomos, dado que, preponderan la necesidad de encajar. Durante esta etapa, la inclusión y exclusión social forman parte importante del desarrollo social del individuo. El psiquiatra Vijayakumar realizó distintos experimentos que comprobaron ello. Uno de estos titulado “Cyberball exclution”, refleja el papel de las redes sociales en la inclusión social. Mediante una resonancia magnética funcional, se pudo ver la activación del núcleo accumbens (parte del sistema límbico) cuando el participante recibía likes en una aplicación similar a Instagram. Por otro lado, se descubrió que cuando recibían comentarios negativos la corteza insular se estimulaba y a la par se sentía un dolor similar o igual a cualquier dolor físico. Dejando en claro, cuanto influye este tipo de interacciones hoy en día en los adolescentes.

Por otro lado, los lóbulos parietal y temporal son los encargados de regular la inhibición de impulsos, ayudando a un mejor control cognitivo. Los autores mencionan que la exposición y consumo de sustancias (drogas y alcohol), pueden significar un alto riesgo en el desarrollo de estos sistemas. Prueba de ello, son los adolescentes de origen mexicano que crecen en contextos de pobreza y adicción. Según los autores, vivir en este tipo de ambientes genera un menor control emocional y cognitivo una vez que el individuo alcance la adultez, puesto que, la corteza orbitofrontal sufre un adelgazamiento, por ende, la actividad dorsal se disminuye. En cristiano, a menos actividad cognitiva, menos respuestas meditadas y reguladas se ejecutarán.

Asimismo, el papel de los padres en el desarrollo es crucial. Se ha demostrado que la exposición a un comportamiento negativo por parte de la madre, aumenta el riesgo de que los hijos presenten un pobre desarrollo psicológico y menos activación en el lóbulo frontal. Es por ello, que se debe de promover la crianza respetuosa y paternidad deseada, para que, de esta manera, la sociedad tenga individuos criados desde el amor y respeto.

En suma, la adolescencia es un proceso complejo tanto a nivel anatómico como psicológico que requiere de atención y contextos aptos para el correcto desarrollo del individuo. A su vez, el papel de pares y padres son cruciales en esta etapa de cambios cognitivos. Asimismo, debido a que las estructuras del cerebro aún no están desarrolladas, es difícil para los jóvenes no ser impulsivos en sus actos. Sin embargo, gracias al desarrollo cognitivo correcto y regulación emocional es posible. Y tú, ¿te consideras impulsivo?

Redacción: Ariana Recharte