A lo largo de la historia, el sector del arte y la cultura se ha enfrentado a múltiples situaciones complicadas. Entre ellas podemos mencionar las Guerras Mundiales, crisis económicas, conflictos internos, pandemias, austeridad, y pobreza, logrando salir a flote en cada una de ellas. Desde la llegada de nuestro microscópico rival, las actividades artísticas y culturales se han detenido, al menos como las conocíamos.

Hoy, en medio de una complicada situación para el país y el mundo, el sector se enfrenta a las dificultades desde la otra orilla. Durante estos últimos meses hemos sido testigos sobre cómo diversas agrupaciones culturales y artistas independientes se han volcado sobre las redes sociales para poder difundir su contenido y subsistir. El caso que expondré hoy es uno entre muchos, la ANTIFIL. Aquí vamos a echar una mirada a cómo están sobreviviendo estos colectivos al distanciamiento social y qué podemos aprender de este caso en específico. 

Definición Académica

ANTIFIL: Es la Feria Alternativa del Libro. Creada en 2016, tiene como objetivo reunir a artistas de todo el mundo, con el fin de presentar sus propuestas de manera gratuita. En dicha feria se presentan títulos locales de casas editoriales con propuestas emergentes a nivel nacional. En todos sus años han llegado a tener 70 mil asistentes y ha reunido a más de 300 colectivos culturales, y cada año son más. 

¿Cómo se manejaban?¿Qué ha pasado?

Antes de la pandemia, la ANTIFIL tenía canales de autogestión que le permitían solventarse económicamente para lograr con su gratuidad. Entre ellos estaban los Antitonazos, el Antifest, y merchandising elaborado por ellos mismos. Sin embargo, todo ese sistema se ha tenido que detener para preservar la salud de sus asistentes. La situación por la que atraviesa el sector cultural y artístico es lamentable. Como menciona Carina Moreno en su artículo del diario El Peruano titulado “La cultura y las artes en tiempos de la pandemia”, apenas 600 mil trabajadores del sector cuentan con estabilidad laboral, por lo que muchos de ellos han tenido que encontrar en el mundo digital un último recurso con el que ingeniárselas para sobrevivir y que puedan “nutrir de vida” a la gente. 

¿Cómo están enfrentando la pandemia?

Así como para las clases, las conferencias y el trabajo, la ANTIFIL se ha reinventado y se presentan ahora en formato digital a través de su página web, apostando por el e-commerce. A través de su página web están realizando la venta de las Antichelas (elaboradas por la cervecería artesanal Antes de Cristo), polos, poleras, pines y llaveros con diseños originales. 

Siguiendo la idea de Carina Moreno, en este contexto, solo el estado está en capacidad de brindar las herramientas a los colectivos artísticos si es que tomamos en cuenta que muchos de ellos eran sostenidos por auspicios. Ante las dificultades que se presentan en el sector privado, solamente el apoyo del público es capaz de sostener ésta y otras iniciativas artísticas y culturales. Es por ello que además de esta iniciativa de venta de merchandising, han apostado por el Crowdfunding a través de Patreon. Es un llamado directo a su público a apoyarlos a sobrellevar la situación y hacerla sostenible. También están ofreciendo membresías con las que se puede personalizar la experiencia de quien se ha convertido en partícipe de esta iniciativa a través de posts de Facebook, la distribución de fanzines mensuales y el acceso prioritario a futuros eventos de la organización. Mayor información la presentan en el siguiente video.

Lo que hemos aprendido

En momentos difíciles, los artistas y las diferentes asociaciones culturales han apostado por la realización de conciertos vía streaming, obras de teatro realizadas por Zoom, entre otras plataformas con el fin de mostrar su contenido. Es aquí donde podemos ver que su principal apuesta está en su propio público como motor y sustento del arte y la cultura para subsistir y, a través de diversas estrategias web, también se ha convertido en una herramienta para fortalecer los vínculos entre el público y su artista. Esta es una propuesta de subsistencia entre muchas otras apuestas diferentes, cada una con sus matices, pero con la misma intención: la resistencia del arte y la cultura.