El perfeccionismo ha sido por mucho tiempo tratado más como una virtud que como un defecto. Si bien superficialmente pensamos que es negativo, socialmente siempre se ha valorado y aspirado la perfección. De hecho, existe una admiración por las personas que persiguen la perfección (al menos en este lado occidental de la sociedad). No son todos diciendo que son perfeccionistas como uno de sus defectos para postular a la chamba. Pero no es para tanto, ¿verdad? Es mejor ser un perfeccionista a ser un descuidado ¿verdad? Pues bien, Disney no estuvo de acuerdo y últimamente lanzó dos películas tocando este tema: Encanto y Turning Red. ¿Coincidencia de la necesidad del tema? No lo creo. En estas nos muestran, de distinta forma, el lado oscuro del perfeccionismo. A pesar de estar conscientes sobre el tema ¿por qué entramos en negación y no podemos verla como algo completamente malo? o ¿realmente hay alguna parte de esta que sea positiva? Para poder responder a estas interrogantes debemos primero preguntarnos ¿qué es el perfeccionismo? y ¿qué lo causa?

Fuente: CineStation

¿Qué es el perfeccionismo?

Por el lado etimológico la palabra perfección deriva del latín «perfectio» que significa “acción de dejar algo acabado”, lo que muestra una cualidad de algo que no tiene defectos y posee el más alto nivel de excelencia #UnderPresureWhat. Ya como término psicológico, el psiquiatra Bernard Hollander fue el primero que definió el perfeccionismo en 1978 como “la práctica de exigirse a uno mismo, o a los demás, una mayor calidad de rendimiento requerida por la situación”. Desde ese momento se ha investigado más al respecto para poder definir mejor si es una característica positiva o negativa. Spoiler: Esto va a depender de tu percepción.

Tipos de perfeccionismo

El psicólogo Hamachek (1978) diferenció dos tipos de perfeccionismo: una manifestación positiva denominada “perfeccionismo normal o adaptativo” y una negativa denominada “perfeccionismo neurótico o desadaptativo”. Pero ¿en qué se diferencian? Pues, los psicólogos Rice, Ashby y Slaney (2002) afirman que es la discrepancia, que es la distancia que existe entre lo percibido como perfecto y el trabajo realizado.

Los perfeccionistas normales o adaptativos presentan altos estándares de desempeño y baja discrepancia, es decir, perciben una corta o nula distancia entre sus estándares y su desempeño. Normalmente los estándares que tienen son altos (igual es perfeccionismo, ¿no?), pero realistas y enfocados a la superación personal. Mientras que sienten que su desempeño ha sido el adecuado para alcanzar sus estándares. Este tipo de perfeccionismo es positivo porque sirve como motivación para alcanzar metas ambiciosas y sentirse orgulloso de sí mismo. También es el que socialmente admiramos o envidiamos de los nerds sobresalientes o las señoritas perfectas, y el que asumimos que los perfeccionistas tienen.

Los perfeccionistas neuróticos o desadaptativos, por otro lado, presentan altos estándares de desempeño, pero también alta discrepancia. Este es el perfeccionismo dañino, cercano a un defecto que entendemos, que ocasiona sufrimiento. En sí, las personas que lo padecen no sufren debido a su desempeño real, sino por la idea que tienen de los estándares perfectos y de su propio desempeño respecto a estos. Si los estándares son irrealistas, y creen que su desempeño es bajo, se genera una alta discrepancia independientemente del resultado obtenido.

Pues bien, entonces solo hay que ser perfeccionistas adaptativos ¿no? #Easy. En realidad, la misma noción de perfección implícitamente conlleva a buscar ideales algo utópicos. Manejar esta noción de un modo saludable es difícil de lograr, y por esto, el perfeccionismo desadaptativo es el más común.

No solo eso, este tipo de perfeccionismo puede llegar a ser muy peligroso. En su vertiente más patológica, está implicada en trastornos de la conducta alimenticia, ansiedad, estrés, baja autoestima y es una característica de personas con trastorno obsesivo compulsivo (Frost & Steketee, 1997). También, aunque no lo creas, está relacionado a la procrastinación. Se tiende a posponer las decisiones o acciones al infinito al tener miedo de cometer algún error.

La receta para crear un perfeccionista

De acuerdo con el modelo de Paul Hewitt y Gordon Flett (1991), el perfeccionismo contiene un componente interno y dos externos. Por un lado, el componente interno es el perfeccionismo autorientado (PAO). O sea, tus ambiciones propias para conseguir ser “the best”. Por otro lado, los componentes externos son el perfeccionismo socialmente prescrito (PSP) y el orientado a los otros (POO). Estas son las reglas de perfección del entorno sobre ti y las que puedes tener tú sobre los demás. Estos componentes pueden generar el mejor combo para tener traumas intergeneracionales una presión difícil de manejar y discrepancia alta (con la realidad).

¿Qué podemos hacer?

Debemos ser conscientes de las percepciones subjetivas que tenemos de lo perfecto e incluso de nuestro trabajo para reducir la discrepancia. Esto supone ser capaces de establecer un estándar alcanzable; y, medir correctamente nuestro desempeño. Inclusive, introducir cierto grado de aceptación de lo imperfecto en este.

Fuente: MoveLab

Si nuestro perfeccionismo se debe principalmente por el componente externo socialmente prescrito (PSP), es probable que nuestro objetivo sea sentirse aceptado y luego lo reproduzcamos hacia otros (POO). (Hola, círculo vicioso familiar de Turning Red). Debemos recordar que nuestro amor propio no puede recaer solo la aceptación de nuestros jefes, profesores o incluso familia. Trabajar hasta el perfeccionismo para probar nuestra valía no es la opción, pues merecemos amor desde el inicio.

Si más bien es algo interno, como es el perfeccionismo autorientado (PAO), es importante saber que es necesario tener un espacio para equivocarnos, para ser amables con nosotros mismos (Quiérete a pesar del jalado), y disfrutar del proceso más que del resultado. Tener grandes aspiraciones es genial, pero debemos recordar que para llegar a ellas es normal e incluso necesario equivocarnos y ser algo imperfectos.

Edición: Cristobal Contreras

Bibliografía:

De Rosa, L.; Dalla Valle, A.; Rutsztein, G, & Keegan, E. (2012). Perfeccionismo y Autocrítica: Consideraciones clínicas. Revista Argentina de Clínica Psicológica, XXI (3),209-215. ISSN: 0327-6716. Disponible en:   https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=281929021003

Giménez, M. (2019, 9 agosto). Perfeccionismo: La tendencia que limita alcanzar las metas. Psicólogos Madrid | Centro Área Humana. https://www.areahumana.es/perfeccionismo/#Las-trampas-del-perfeccionismo-Qu-dice-la-Psicologa-y-la-Psiquiatra

De Rosa, Lorena (2012). Factores mantenedores del perfeccionismo desadaptativo o clínico. IV Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XIX Jornadas de Investigación VIII Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología – Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

Consecuencias del perfeccionismo desadaptativo en la vida social infantil: relación con el apoyo social percibido. (2017, noviembre). [Congreso]. VI Congreso Internacional de Investigación de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de La Plata, La Plata, Argentina. http://sedici.unlp.edu.ar/handle/10915/69437