El viernes pasado, se llevó a cabo la primera fecha del examen virtual de admisión de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Sin embargo, la jornada estudiantil quedó opacada por la gran cantidad de denuncias de plagio ocurridas durante el desarrollo del examen, desde supuestas transmisiones en vivo por plataformas virtuales como Twitch o Discord hasta capturas de las preguntas por WhatsApp y redes sociales #Paltaza. Pero ¿qué motiva a hacer trampa? ¿Acaso es exclusivo de la modalidad virtual? ¿Cómo ha influido la pandemia en este tipo de prácticas?

¡Qué hiciste ahora Vizcarra!

Una de las excusas más comunes de los cheaters o tramposos es hacerlo porque “todos lo hacen”. En ese sentido, Donald McCabe, fundador del International Center for Academic Integrity, indica que esto se debe a que los estudiantes tramposos creen que, si son honrados, estarán en desventaja frente a los que emplean medios deshonestos y se salen con la suya. Pero ¿eso no perpetúa la trampa en lugar de reducirla?

Por otro lado, están los que se justifican en la presión social o “necesidad”, ya sea porque han invertido muchos recursos #cuartapostulada o están en riesgo académico #segundatrica. Respecto a ello, Amos Schurr, psicólogo conductista en la Universidad Ben Gurion de Israel, señala que el comportamiento de un grupo (familia y amigos principalmente) influye en la visión individual acerca del engaño como acción aceptable y sobre cómo el deseo de ganar una competencia incrementa la probabilidad de que la persona sea deshonesta. En el caso peruano, obtener un cupo o un buen promedio (?).

Finalmente están aquellos que ya están acostumbrados a las ayuditas, planchas, rodilleras este tipo de prácticas alegando que es el “método más fácil y seguro” para obtener lo deseado. Este pensamiento es reforzado por la cultura del vivo que predomina en el país. Como bien indica el sociólogo Hernán Aliaga, el cultivo de la viveza garantiza el acceso a aquellas metas sociales tangibles asociadas con el éxito.

Además de ello, se debe señalar que la sociedad en la que vivimos está plagada de malos ejemplos: en los grandes negocios, la política, los deportes, etc. “Si quienes tienen autoridad o quienes son modelos de conducta cometen fraude, yo creo que se envía a los jóvenes la señal de que está bien hacer trampas”, dice David Callahan en su libro The Cheating Culture.

“No creo que hoy se haga más trampa que en el pasado, solo se está haciendo de una manera diferente”

Phillip Dawson, investigador

Lo sucedido en la UNMSM no es novedad. Los plagios, las suplantaciones en exámenes y las trampas en general se hacían antes de la pandemia y en otras casas de estudio; sin embargo, la migración a plataformas virtuales las ha facilitado en cierta forma. Para Phillip Dawson, director asociado del Centro de Investigación en Evaluación y Aprendizaje Digital de la Universidad Deakin (Australia), “se han alcanzado nuevas fronteras a la hora de hacer trampa gracias a la tecnología, como el hackeo de exámenes, o el uso de herramientas en Internet para editar contenidos (..)”.

Con las manos en la masa (?)

¿Qué podemos hacer?

Hay buenas noticias para aquellos que se sienten culpables y desean mejorar su comportamiento para convertirse en personas más honestas en sus estudios.

Un reporte de la Escuela de Negocios de Harvard señala que el sentido de perspectiva puede disminuir la tentación de engañar. En dicha investigación, un grupo de amigos observó a uno de sus miembros hacer trampa en un examen, lo cual generó que el resto de los integrantes fuera más propenso a ser deshonestos. No obstante, cuando el grupo observó a un extraño hacer trampa, la ética de ellos cambió por completo, y los hizo más honestos al completar el examen. ¿Qué pasó?

Shurr nos explica que “el umbral que permite comportamientos inaceptables no se corrigió. Simplemente nuestra actitud depende de la perspectiva con la cual vemos las acciones de los otros”. Así que, si queremos ser más honestos, quizás sea buena idea mantener cerca a nuestros rivales deshonestos, a fin de mantener una mejor perspectiva de nuestro propio comportamiento.

Y tú, ¿alguna vez hiciste trampa? ¿fue por la influencia de terceros? ¿O quizá alguna vez fuiste más honesto en la presencia de tramposos?