A lo largo de los años, muchas especies se han extinto y otras han sido clasificadas insertar frase famosa, en peligro de extinción. Por lo menos una vez en la vida, hemos escuchado o visto tal cosa, ya sea por los koalas, osos panda, rinocerontes, delfines rosados y más. Sin embargo, también conocemos otras frases como: especie amenazada, vulnerable, etc. Descubramos entonces qué significan estas clasificaciones, cómo se diferencian y cómo es que una especie puede llegar a extinguirse.

La extinción de especies es un proceso que lleva ocurriendo millones de años en la naturaleza. Sucede permanentemente y es algo normal: pregúntale sino a los dinosaurios. Que una especie se extinga, a primeras, no debería entrar en la dicotomía de ser algo bueno o malo. Es más, el proceso en sí es la desaparición completa de una especie, pero a la vez es un abanico de posibilidades para muchas otras. A pesar de ello, la extinción de miles de especies, en las últimas decenas de miles de años, no entra dentro de lo «normal» y ya sabemos quiénes son los principales responsables: ¡los políticos!

Imagen 1. Ejemplos de fauna amenazada en el Perú a través de monedas de un Sol, ¿consiguieron todas? Fuente: Colecciones Chéveres

Felizmente, en 1948, se creó la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) y, desde entonces, esta organización ha desempeñado un papel fundamental al momento de evaluar el estado de conservación de la naturaleza y los recursos naturales del mundo. La Lista Roja de Especies Amenazadas (que incluye tanto animales como plantas) es una de las principales herramientas que nos ha dado la UICN, la cual es la fuente más completa para estimar el riesgo global de extinción de las especies, en la actualidad

De esta lista, salen todos los términos que alguna vez hemos escuchado sobre el riesgo de una especie a desaparecer. Existen nueve categorías, que van desde el desconocimiento del estatus de una especie hasta conocer si su riesgo de extinción es bajo o alto.

Imagen 2. Categorías de la Lista Roja de la UICN. Fuente: Lista Roja

Tres representan a especies amenazadas: VU, EN, y CR, cada una un paso más cerca de la extinción. Las tres toman en cuenta criterios como la reducción de la población en los últimos 10 años, su distribución geográfica, la fragmentación del hábitat, el tamaño estimado de la población, etc. Solo en el Perú, hay cerca de 400 especies amenazadas entre anfibios, reptiles, aves, peces, mamíferos y plantas.

De las dos categorías de extinción, EW se refiere a una especie que solo la podemos encontrar en cautiverio o en determinados lugares fuera de su distribución histórica; y EX, a una especie de la que no queda duda que el último individuo en el mundo ha muerto. Por ejemplo, si a los geniales osos andinos solo se los pudiera encontrar en un centro de conservación o en un zoológico, sería una especie EW.

Imagen 3. Porcentaje de animales y plantas que entran en alguna categoría de amenaza de la UICN. Resalta el caso de los anfibios con un 41%. Fuente: UICN

La situación actual del planeta es tan grave que aproximadamente una de cada cuatro especies está en riesgo de desaparecer. Para que ello suceda, hay una serie de factores externos, ambientales y biológicos que deben estar afectándolas. La sobreexplotación, la pérdida y destrucción de hábitat, la presencia de especies invasoras, la contaminación y el cambio climático son las principales causas «externas» y generadas por el ser humano que pueden llevar a una especie al borde de la extinción.

Pero, ¿por qué la contaminación o la pérdida de hábitat pueden causar eso? Porque pueden afectar negativamente los ecosistemas, la distribución geográfica, el tamaño poblacional, la capacidad de reproducción y la variabilidad genética de una especie. Es como si cada año perdieras una parte de tu casa, tuvieras peor salud y tus gastos se incrementaran 200% que no vuelva a subir el dólar por favor.

Tomemos de ejemplo a la vaquita marina, un pequeño mamífero marino. Si cada año hay menos vaquitas y viven en una zona muy reducida, es una especie que corre peligro, porquesi hay muy pocos individuos, su éxito de reproducción será bajo. Además, caerá en lo que conocemos como endogamia, lo que genera que cada animal sea muy parecido genéticamente al otro y eso los vuelve más propensos a morir por enfermedades, catástrofes o competencia con otras especies. Si la población llega a ser excesivamente reducida, inclusive, se puede considerar a la especie como funcionalmente extinta.

Imagen 4. Representación de la vaquita marina (Phocoena sinus). Fuente: Wiki

Lamentablemente, el caso de la vaquita supera el ejemplo y, a la fecha, se estima que hay alrededor de 10 individuos en el mundo, lo que significa que, como muchas otras especies de animales y plantas, está condenada a la extinción. La vaquita marina ha entrado en un punto de no retorno, donde su población no es capaz de sostenerse en el tiempo y prácticamente todo la conduce a su desaparición. Ese punto de no retorno es conocido con el término: vórtice de extinción.

Recapitulando, extinguirse es normal y forma parte de la naturaleza, pero el ser humano ha cambiado las reglas del juego y su impacto ha venido conduciendo a varias especies a la desaparición. Un fruto de los esfuerzos internacionales por cuidar el ambiente y su biodiversidad es la Lista Roja, donde se clasifican las especies en categorías de amenaza para evaluar su riesgo de extinción. Hay varios factores por los que puede desaparecer una especie, factores ambientales, humanos y biológicos.

No obstante, no es necesario que una especie esté cerca de extinguirse para empezar a preocuparnos, porque, en la mayoría de los casos, el final ya está escrito en piedra. Nuestro planeta atraviesa una de sus mayores crisis y está en nuestras manos y la de nuestros gobernantes salvar nuestro planeta y la vida existente en él. Exijamos políticas, medidas y respuestas acordes a la magnitud del problema.

 Edición: Camila Chong