Acabó la Copa América y mas allá de estar ‘cerca de las puertas del cielo’, como leí en un perfil de Instagram, considero que todos los peruanos nos debemos quedar con una sensación de felicidad y #apoyoincondicional. Ahora, no sólo el domingo pasado se celebró la final de este campeonato, sino también el de la Copa de Oro (a nivel de Norteamérica, Centroamérica y Caribe) y, sobretodo, la final de la Copa Mundial de Fútbol Femenino en Francia. Entonces, y en línea del artículo de mi compañera Claudia Zambrano, les presento la siguiente reflexión: ¿recibió o no la suficiente atención este campeonato femenino?

 Primero vamos con la ‘noticia calientita’: Ayer la selección femenina de Estados Unidos derrotó a Holanda para coronarse por cuarta vez campeonas mundiales (qué tal contraste con la selección masculina en la Copa de Oro que no clasificó a Rusia 2018 y perdió la final ayer con México). La jugadora estadounidense Megan Rapinoe se ha hecho conocida por utilizar este deporte como herramienta social para exigir que se le tome igual de importancia al fútbol femenino, y ayer no fue la excepción. En el siguiente video se puede apreciar la indignación de la atacante durante la entrevista post-partido.

De toda la clase de opiniones producto de las declaraciones de la reciente campeona, rescato el punto de vista de un youtuber que explicó que “si bien el fútbol es un deporte, también significa toneladas de dinero. ¿Cuál fútbol da mas dinero? El masculino, claro.” Probablemente el comentario sea acertado pues los hechos hablan por sí solos: por un lado, la FIFA otorgó a Francia el año pasado US$38 millones por campeonar mientras que sólo otorgará US$4 millones a Estados Unidos por el triunfo del equipo femenino. La FIFA y sus autoridades afiliadas no están utilizando plenamente sus recursos y capacidad de gestión para promover adecuadamente el fútbol femenino: de hecho, la cadena Fox Sports expuso que 14 millones de personas televisaron este encuentro, muy por encima de las 11.4 millones del Mundial Masculino de Rusia del 2018. Además, Telemundo dijo que la final femenina fue la más televisada por una distribuidora de lengua hispana.

“No voy a ir a esa p*** Casa Blanca.” – Megan Rapinoe luego de tildar de misógino al presidente Donald Trump.

No solo Rapinoe, sino también Marta, la jugadora brasileña ganadora 6 veces del trofeo Fifa World Player, se sumó a las declaraciones públicas en contra de la falta de promoción del fútbol femenino. En un momento de euforia y tristeza por su último encuentro mundialista, luego de quedar eliminada, Marta exigió a las niñas brasileñas ‘valorizar el fútbol'(pero creo que el mensaje se puede expandir a todos), considerando que todo cambio requiere un esfuerzo tanto de nuestras instituciones como de uno mismo.

Para concluir, quisiera saber si esta situación actual del deporte bipolarizado puede considerarse como ‘discriminación de género’. Para eso, recurro al mensaje que me transmitió mi profesora de Humanidades este ciclo respecto a esto: “Cuando una persona es excluida por algún atributo que no puede cambiar (género, color, etc) entonces es discriminación. Es injusto ser apartado(a) por algo que uno no decidió.” Espero que todo lo exhibido llame a la reflexión sobre esta situación, y cómo este deporte tan bello tiene potencial para cualquier idea que queramos expresar, pero, sobre todo, para quien sea que lo quiera jugar.

Editado por: Pierina Paytán.