“Las grandes oportunidades surgen de las crisis”, esta es quizá la frase que más he escuchado en los últimos días. Y es que, así como en mi caso, muchos de nosotros ya nos hemos resignado al hecho de que esta situación seguirá así por mucho tiempo #AlóVizcarraAlMediodía #CuarentenaTemporada1000 #DíaDeLaMadreEnCuarentena. A pesar de que el caos y la incertidumbre se han apoderado de la economía mundial, y que lo único seguro en este momento es que se aproxima una recesión muy fuerte #2008NoExistes, históricamente, son en los tiempos de crisis en los que la mayoría de los cambios en la estructura de la economía ha surgido. Por ello, queda preguntarnos cuáles serán los cambios o efectos de la actual crisis en el desarrollo de la economía mundial futura.

Si bien es cierto, este tipo de contextos generan pánico, debido a que ocasionan problemas como la desaceleración económica y efectos negativos en el mercado laboral. Sin embargo, pueden llegar a formar grandes cambios y aspectos positivos que se logran observar más en el largo plazo. Por ejemplo, generan la creación de nueva tecnología y nuevas formas de hacer las cosas, lo que podría incrementar la eficiencia en diferentes rubros en el futuro. Asimismo, los momentos de crisis se caracterizan por hacer notorios riesgos en los que las economías incurren, que son generalmente ignorados durante los buenos tiempos.

Uno de estos riesgos, que había sido ignorado por mucho tiempo, es la alta interdependencia económica entre países. Esta es, en principio, causada por los avances de la globalización con afán de trasladar la producción a donde sea más eficiente y poder aprovechar, por ejemplo, las economías a escala de los países más eficientes #MadeInChina. Esta situación es una consecuencia, también, de la especialización del trabajo. Ya que gracias a que un país será más eficiente en una industria específica, el costo de conseguir el bien en ese país y traerlo al mío, será menor al costo que implica producirlo localmente. Así, se hace más necesaria la relación con otros países para satisfacer necesidades. Sin embargo, ello implica compartir riesgos y dejar a las economías expuestas a sufrir mayores efectos negativos en presencia de shocks en otros países. Ante ello, habrá un replanteamiento de cuánto un país quiere depender de otro. Esto reducirá los niveles de globalización de los países con el fin de que las industrias no se vean tan afectadas ante futuros shocks. Un ejemplo de ello es que el ministro de finanzas de Francia ordenó a las compañías francesas que reevalúen sus cadenas de suministro para volverse menos dependientes de China y otras naciones asiáticas.

Así, es muy probable que los gobiernos incentiven e insistan en la producción local de productos farmacéuticos o alimenticios para evitar una futura lucha mundial por la provisión de artículos médicos como la que se está teniendo ahora #YaNoTeQuedarásSinMascarilla. En este sentido, muchas empresas tendrán que repensar dónde y cómo producen, analizando sus cadenas de suministro para evitar que posibles shocks las pueda paralizar. Esto implicará que muchas de ellas prefieran sacrificar eficiencia y beneficios a corto plazo para asegurar una mayor contingencia a shocks exógenos en el largo plazo. De hecho, la crisis solo ha contribuido a acelerar este proceso, ya que, debido a la guerra comercial entre los Estados Unidos y China, muchas multinacionales ya habían empezado a pensar en ello.

¿contingencia > eficiencia?

Por otro lado, hace poco, se premió a los economistas Howitt y Aghion por su estudio de la teoría de Schumpeter, que señala que el crecimiento macroeconómico de la productividad es el resultado de un proceso de destrucción creativa, en el que las empresas más productivas remplazan a las de menor producción. Howitt y Aghion concluyeron que este desarrollo macroeconómico es generado por la innovación a nivel microeconómico, en el que la nueva tecnología desplaza a la antigua #LaNuevaYLaEx #ThankUNext. Esto se cumplirá también para esta crisis, ya que el surgimiento de ella ha generado que las empresas empiecen a hablar más acerca de resiliencia y adaptación. Muchas empresas, por ejemplo, han notado que los viajes de negocio no son tan necesarios, ya que el trabajo remoto ha surgido como una nueva oportunidad que les permite adaptarse a la nueva realidad. En este sentido, es muy probable que las empresas que no logren adaptarse a estos cambios no logren sobrevivir a esta crisis, ya que serán desplazadas por las que sí lo logren.

Por el lado del sistema financiero global, es claro que el dólar estará cada vez más arraigado en el centro del sistema financiero global. Debido a que la FED abrió líneas de intercambio con catorce bancos centrales en el extranjero, inyectando dólares en sus sistemas bancarios nacionales y ha desarrollado otras medidas para garantizar que un rompimiento en la cadena de pagos no paralice la economía mundial. Por lo que, a pesar de que se creía que la hegemonía del dólar era insostenible, la FED ha demostrado que es una entidad capaz de salvaguardar la economía mundial #FEDDiosito.

Así, el desarrollo de esta crisis no solo implica caos y desorden, sino también una restructuración de la economía mundial en el largo plazo, así como la construcción de una economía más fuerte capaz de resistir shocks. Es seguro que la economía poscoronavirus será totalmente diferente a la que conocemos ahora, ya que los sectores habrán tenido que aprender a adaptarse a los cambios que esta crisis supone, pero esto no significa que todo irá peor, ya que, si algo caracteriza a la economía, es su capacidad de adaptarse ante los cambios.

Edición: Claudia Barraza