Hoy desperté tarde y apenas pude levantarme por el dolor de espalda. Fui a la cocina para desayunar y apenas quedaban algunos panes. Mañana probablemente despierte tarde otra vez. Quizá también el día siguiente, la semana o todo el mes. Estos últimos días han sido bastante iguales. Pero hoy no. Hoy, al menos, tengo algo distinto qué hacer. Debo escribir este artículo para Voz Actual.

Palm Springs, dirigida por Max Barbakow, se estrenó en el último Festival de Cine de Sundance, allá a comienzos del 2020. Cada año distintas películas independientes disputan para obtener el premio a Mejor película dramática del festival. Palm Springs no ganó, pero Hulu, servicio de streaming competidora de Netflix, compró los derechos del filme, y hace un mes acaba de estrenarse en su plataforma. Protagonizada por Andy Samberg, conocido por su papel en la serie de comedia Brooklyn Nine-Nine, y Cristin Milioti, conocida por ser asesinada (al igual que el final de la serie) por los guionistas de How I Met Your Mother.



Notamos algo extraño si observamos los primeros minutos de la película. Nyles (Andy Samberg) muestra un notorio desinterés por todo lo que lo rodea. Asiste con una camisa hawaiana a un matrimonio organizado en un hotel en medio del desierto, ignora la mayor parte del tiempo a su novia superficial y usualmente suelta frases acerca de la inutilidad de la vida. Todo lo que dice causa admiración entre los que le escuchan y sus movimientos están planeados al detalle. Esta perfección resulta atrayendo la atención de la hermana de la recién casada, Sarah (Cristin Milioti). En medio de una cita con los dos, por diversos motivos, ingresan a una cueva que emite una luz roja extraña. Entonces descubriremos que Nyles ha estado atrapado en el tiempo desde hace mucho, y ahora Sarah está atrapada con él.

Siguiendo la fórmula de la película Groundhog Day, Palm Springs modifica un aspecto del filme de los noventa. Mientras que veíamos a Bill Murray sufrir solo atrapado en el limbo de la repetición del Día de la Marmota, en la obra de Max Barbakow se presenta a dos personajes atrapados, Nyles y Sarah. Cada uno toma de forma distinta vivir eternamente el mismo día. Ambos con personalidades contrapuestas. El chico resignado a vivir siempre la misma fecha, la chica buscando siempre una solución a esta condena.



La trama de Palm Springs no es novedosa. Sigue los cánones de cualquier otra película de comedia romántica (chico y chica se conocen, se enamoran, momentos felices, conflicto, etc.). Sin embargo, a la historia se le añade un poco de ciencia ficción. O sea, además del limbo, también está el hecho de que una persona pueda aprender física nuclear solo con videos de internet. De ese lado, la película es un poco ingenua, pero tampoco aparenta ser inteligente o profunda. Es una comedia, con un humor irreverente a veces. No solo basada en frases o comentarios graciosos, sino también en escenas graciosas. Las bromas son mucho más efectivas cuando se las muestran y no cuando se las cuentan.

Además, lo mejor de la película es cómo desde el comienzo te deja retazos e insinuaciones acerca de los distintos problemas que enfrentarán los dos protagonistas más adelante. La película nunca deja de alimentar nuestra curiosidad. ¿Podrán salir de esta? ¿Lograran vencer sus problemas? Porque no hay un villano en Palm Springs. De hecho, el peor enemigo, como se suele decir, es siempre uno mismo. Nuestros dos protagonistas son personas infelices. Sin embargo, buscan escapar de su infelicidad con distintas acciones como tatuarse tonterías o estrellar una avioneta para alejar la idea de que siempre quedarán en un limbo, repitiéndose el mismo día una y otra vez.



Faltan unos meses para diciembre. Nos queda poco para terminar este año y lo más probable es que no volveremos a pisar una sala de cine hasta dentro de un buen tiempo. Ha sido un tiempo sin muchos estrenos y Palm Springs es uno de ellos. Divertida, entretenida, a veces conmovedora. Es perfecta para pasar y matar el tiempo. Ahora todo vale para pasar estos tiempos. Al fin y al cabo, no somos distintos a los protagonistas de la película. No soy tan distinto. Creo que también estoy en un bucle temporal, encerrado en un purgatorio por culpa de todas mis malas acciones. Aunque, probablemente, solo sea una consecuencia de la cuarentena.

Edición: Kelly Pérez V.