¿Ya sabes por quién votar? ¿Has investigado uno por uno a los partidos? #HaganSuTarea. Se acercan las elecciones congresales y, si de algo podemos estar seguros, es que por lo menos un gran número de los electos serán personajes conocidos en la política y que probablemente ya han sido legisladores alguna vez #LasFigurasSeRepiten #ComoEsDeCostumbre.

Se suele criticar y calificar de irracional el hecho de que los electores no eligen representantes nuevos y que, por el contrario, deciden seguir dando oportunidad a los mismos de siempre, a pesar de que ya han sido elegidos anteriormente.  Sin embargo, ¿sabías que existe una explicación racional sobre este tipo de elección? #LoRacionalDeLoIrracional

En la economía conductual, existe un sesgo al que los individuos nos enfrentamos con mucha frecuencia. Este es el sesgo del status quo, el cual se presenta cuando los individuos, a pesar de que nos encontramos en una situación subóptima, no sentimos incentivos a cambiar y preferimos mantenernos en esta situación, aun cuando tenemos la capacidad de hacerlo.

Este sesgo aparece generalmente cuando elegimos opciones con las que nos sentimos familiarizados en lugar de una alternativa nueva. Ejemplo de ello es la inclinación y lealtad hacia algunas marcas o la preferencia por planes anteriores. Asimismo, también se presenta cuando escogemos por defecto. Esta opción es aquella que el consumidor recibirá si no hace nada; es decir, si no hace una elección activa.

Así, en el caso de las elecciones, aparece cuando tomamos la decisión de por quién votar. Nos basamos en los candidatos que ya conocemos y tendemos a dudar de las nuevas opciones, ya que no estamos familiarizados con ellas . Del mismo modo, este sesgo se presenta cuando, quizá, debido a la falta de información acerca de por quién votar, decidimos elegir por los miembros de un partido conocido, con el que ya estamos familiarizados.

Este sesgo es causado por distintas razones. En primer lugar, se encuentra la aversión al riesgo del individuo, la cual se refleja en un miedo por lo desconocido y resulta la elección del “mal que ya se conoce”. Esta aversión genera una sobrevaloración por las cosas únicamente por el hecho de poseerlas, a esto se le llama efecto dotación o endowment effect. Así, la valoración de un bien dependerá del punto de referencia del individuo. El valor que recibe un bien por quien lo posee será mayor que el que recibe por quien no lo hace. Por lo tanto, desprenderse del bien implica una pérdida mucho mayor que la ganancia de obtenerlo.


Otra razón es el costo de tomar decisiones. Elegir una opción nueva implica ser más cuidadoso en evaluarla, lo que se traduce en tiempo y energía invertida #SomosFlojos. La opción de status quo, por lo tanto, reduce el costo de tomar una decisión, dado que no es necesario obtener más información.

En el caso de la toma de una decisión electoral, podríamos decir que solemos elegir a los mismos representantes políticos, debido a que preferimos escoger a candidatos con los que estamos familiarizados antes que asumir el riesgo de elegir nuevos. En este sentido, si, por ejemplo, un candidato tuvo un buen desenvolvimiento durante el período anterior, los electores, al desprenderse de él, percibirán una pérdida de utilidad mayor que la que ganarían si es que el nuevo candidato elegido también se desenvuelve bien. Asimismo, sabemos que el costo de oportunidad de informarnos podría ser mayor a lo que esperamos ganar de hacerlo. De este modo, preferiremos elegir la opción de status quo #EncimaDeFlojosMiedosos

En el Perú, el sesgo del status quo aparece con regularidad en las elecciones. Los votantes, en este caso, se encuentran en una situación inicial subóptima, con un Congreso lleno de corrupción e ineficiencia. Aquí, el electorado tiene la opción de votar por los mismos candidatos, o informarse y escoger por quienes le parezca mejores. La primera alternativa no generará mayor cambio en la utilidad de los individuos. Dado que, a pesar de que esta opción genera una situación subóptima, esta ya es conocida por los individuos.

No obstante, si se elige la segunda opción y los electores se informan y eligen por quien consideran mejor, se corre el riesgo de que este sea también corrupto. En el caso de que esto suceda, los individuos percibirán esta desutilidad mucho mayor, ya que no es una situación que se esperaba. Por lo tanto, la población tiene menos incentivos a cambiar y deciden mantenerse en la situación subóptima; es decir, votar por los candidatos conocidos.

Así, podemos evidenciar que las decisiones que solemos tildar de irracionales en su mayoría no lo son. Simplemente, son formas que tenemos de maximizar nuestra utilidad. Sin embargo, a pesar de que es una toma de decisión racional, en las elecciones congresales, es necesario tratar de evitar este sesgo, y la mejor manera de hacerlo es informándonos y conociendo más acerca de los partidos y candidatos #Infórmate.


Editado por Claudia Barraza