¿Sabías que existe un porcentaje muy reducido de personas con el gen DEC2 que pueden dormir 4 horas al día y sentirse renovados? Pues tú no eres uno de ellos, así que acompáñame en este artículo para que aprendas de una vez que dormir tus horas sí importa.

Fake Sleeping Beauty” por Flооd es licenciado a través de CC BY-NC-ND 2.0.

Imagina lo siguiente: estás en semana de exámenes y uno de tus amigos te dice “¡esta semana no se duerme!”. Tú piensas en cuán estudioso es tu amigo y en el sacrificio que hace para superarse a sí mismo. Pues si ese amigo se mantiene fiel a su palabra, probablemente tendrá resultados desastrosos. En este artículo, descubrirás por qué dormir lo suficiente contribuye más a tu promedio de notas que trasnochar.

Empecemos por lo básico, es decir, por el sermón que te da tu madre cuando te pilla despierto a las 2 am. Dormir bien contribuye a tu buen estado de ánimo, mejora tu aspecto físico y te mantiene productivo durante el día.

Pero, ¿por qué ocurre esto?

Según numerosos estudios, entre ellos uno realizado por la Revista Mexicana de Trastornos Alimentarios, las personas que duermen menos de 5 horas diarias presentan mayor incidencia de grasa visceral, obesidad y, a su vez, mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y diabetes. Asimismo, dormir a destiempo (esto es, acostarse un día a las 11 pm y otro a las 2 am) altera negativamente el ciclo circadiano y, en consecuencia, la segregación de insulina, melatonina y cortisol. Seguramente has escuchado de esta última sustancia: el cortisol es la hormona del estrés.

Aun así, más de alguno de los lectores estará pensando “es posible que me vea más cansado o más relleno, pero primero son las notas ¿no?” Sí y no. Primero, nada es más importante que tu salud, esta siempre debe ser tu prioridad. Si no confías en nuestra fuente, pregúntale a cualquier persona mayor (menos Elon Musk, él no es humano). Y en segundo lugar, el no dormir no es un trato que haces con el diablo para mejorar tus notas. Más bien es una estafa en la que pierdes dos veces: una el día del examen y dos cuándo llegues a viejo. Dormir contribuye a tu retención de conocimiento.

En un estudio realizado con estudiantes universitarios, se demostró esa hipótesis. Primero, en la mañana, se les enseñó un videojuego. Doce horas después se les pidió que lo jueguen y se notó que gran parte de lo que habían aprendido se les había olvidado. Sin embargo, sorprendentemente, a la mañana siguiente, quienes habían dormido una cantidad significativa de horas jugaban mucho mejor que el día anterior y que sus compañeros trasnochadores. En palabras del escritor de Scientific American, Steve Mirsky “Si quieres sacar una A, no olvides sacar una zzzz”.

Estudiante durmiendo. Imagen de Creative Commons

La explicación fisiológica detrás de este fenómeno se describe en el estudio realizado por Lior Appelbaum y Philippe Mourrain de la Universidad de Stanford, en que evaluaron la actividad cerebral de las larvas del pez cebra, un ser transparente que permite observar directamente su materia gris. Mediante el uso de tintes, los investigadores descubrieron que durante el sueño la actividad sináptica anuló las secciones de memoria irrelevantes para su supervivencia, mientras que afianzaba la presencia de “recuerdos útiles”. En otras palabras, durante el sueño nuestro cerebro es capaz de discernir qué conocimiento es relevante para nuestra supervivencia y qué no. Ante la ausencia de sueño nuestra psique estaría ante un caudal continuo de información que no sabría manejar. Nótese que este beneficio de dormir es especialmente útil para un estudiante. Así que el cerebro de tu amigo que decidió trasnochar no sabrá si quedarse con el recuerdo de las ecuaciones diferenciales de segundo orden o con el de los ingredientes del cereal que leyó en el desayuno. Siguiendo la misma línea, la falta de sueño está relacionada, en el largo plazo, con la aparición de enfermedades cognitivas como el Alzheimer y el Parkinson.

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Zebrafish Larva” por National Institutes of Health (NIH) es licenciado a través de CC BY-NC 2.0.

Si ya te logré convencer de dormir lo suficiente, solo queda una interrogante por responder: ¿Cómo dormir bien?

En el caso del sueño, cantidad y calidad guardan la misma relevancia. Por un lado es importante que duermas tus 8 horas seguidas. Esto último es importante porque las conexiones cerebrales descritas en el párrafo anterior no se activan en las pequeñas siestas, sino en el sueño profundo. Asimismo, es importante rescatar que 8 horas no es una cantidad sagrada: si estás revitalizado con 7 horas o si necesitas 9, es perfectamente normal, pero nunca bajes de 6. Por otro lado, es importante que duermas en un espacio cómodo, sin ruidos ni distractores (te diría que dejes tu teléfono fuera de tu cuarto pero sé que es mucho pedir) y que lo hagas siempre a la misma hora. Dormir con un horario fijo contribuye a regular el ciclo circadiano del que hablamos más arriba y facilita el descanso rejuvenecedor puesto que tu cuerpo sabe cuándo puede darse ese lujo. En cambio, si duermes a desfase, tu cerebro no sabrá si te alistas para dormir 8 horas o 10 minutos. Por último, es recomendable dormir relativamente temprano; aunque tu cuerpo puede adaptarse a dormir de 3 am a 11 pm (como ocurre con los guardias nocturnos), este hábito tarde o temprano se volverá un problema cuando tengas que levantarte a las 8 am y sientas que son las 5.

Por esto y mucho más, dormir lo suficiente todos los días cuenta. Cuenta para tus notas, para tu salud y para tu futuro.

Editado por  Juan Diego Linares